Llega el calor y para estar bien fresquitos en casa podemos optar por diferentes trucos y consejos con los que bajar unos grados la temperatura en el interior de la vivienda, pero también por comprar algún aparato que nos ayude en esta tarea.
Lo más efectivo son los sistemas de aire acondicionado fijos, aunque requieren instalación, que tengamos espacio en la sala y un mayor presupuesto. De ahí que en los últimos años hayan proliferado los conocidos como aires acondicionados portátiles o pingüinos, una versión compacta y móvil que podemos instalar nosotros mismos.
Ofrecen prestaciones inferiores a los modelos de pared, así como sus propias ventajas e inconvenientes, pero sí, son capaces de generar aire frío de verdad con el que refrescar el ambiente de una habitación.
No todos los "aires acondicionados" que anuncian son aires acondicionados
Muy bien, hemos leído al respecto de estos aparatos y nos parece que pueden ser interesantes para nuestro hogar, así que nos decidimos a comprar uno y vamos a una tienda física o consultamos por Internet en las diferentes tiendas online al respecto.
En este momento es cuando comenzamos a ver publicidades del tipo "aire acondicionado portátil" o "refrigerador portátil" con aparatos muy económicos que aparentemente tienen formas exteriores similares con tamaños parecidos a los aires acondicionados portátiles, sobre todo si los estamos viendo en fotografías y no físicamente.
¿Cuál es el problema? Pues que muchos de los equipos que se anuncian como "aires acondicionados" portátiles en realidad no lo son, o por lo menos no se ajustan a la función que esperaríamos de estos equipos: generar aire frío.
Muchas tiendas utilizan esta terminología para atraernos hacia productos que en realidad son refrigeradores evaporativos, otro sistema completamente de refrescar la casa a base de ventiladores y evaporación de agua que pasa por un panel o circuito, teniendo un rendimiento y funcionalidades muy diferentes.
¿No se les puede llamar aires acondicionados? Pues podemos llamarles como queramos, puesto que "acondicionan el aire", pero su funcionamiento es completamente diferente a lo que esperaríamos de un aire acondicionado portátil, así como también el resultado que vamos a obtener, algo que vimos a fondo en este artículo y que podemos resumir en estos puntos:
- Capacidad para generar frío: los aires acondicionados portátiles son capaces de generar y expulsar aire realmente frío a entre 5 y 10 grados centígrados que es capaz de rebajar la temperatura de la sala de forma considerable. Los evaporadores también expulsarán aire "fresco", pero tan solo a uno o dos grados menos que la temperatura ambiente (típicamente por encima de los 20 grados) y su rendimiento dependerá de cuánta humedad haya en el aire.
- Precio de compra: los evaporadores son claramente más económicos que los aires acondicionados portátiles, con precios que rara vez superan los 150-200 euros frente a los más de 400 euros de los aires basados en compresor.
Y es precisamente este último punto, el del precio de compra, el que se usa como reclamo a la hora de vender estos "aires acondicionados" que en realidad son solo evaporadores con un sistema básico de ventilación.
Cómo distinguir fácilmente si es un aire acondicionado o un evaporador
Muy bien, y si no tengo experiencia con estos aparatos, ¿cómo puedo distinguir si me están vendiendo un aire acondicionado portátil de verdad o es un simple evaporador? Pues es muy sencillo, ya que basta con fijarse en estos puntos:
- Necesidad de instalación: los aires acondicionados portátiles auténticos necesitarán sacar un tubo por la ventana para expulsar el aire caliente producido en el sistema de compresión. Si en la caja no viene este tubo ni otras partes para ajustarlo a la ventana, probablemente no sea un aire acondicionado portátil sino un evaporador.
- Especifican la potencia de frío: en las especificaciones de los aires acondicionados portátiles reales el fabricante especifica qué capacidad o potencia para generar frío tiene el aparato, un dato que se mide en frigorías, BTU o vatios, como vimos en este artículo. Si no encontramos este dato en la publicidad del producto, probablemente se trata de un evaporador y no de un aire acondicionado.
- Depósito de agua: aunque hace muchos años algunos aires acondicionados portátiles venían con depósitos de agua en su interior para aumentar el frescor, poco a poco fueron perdiendo esta prestación por motivos de espacio y los modelos actuales no suelen tener dicha función. Por ello, si en la publicidad vemos que hay que rellenar un depósito de agua o meter hielos para generar frío, entonces probablemente será un evaporador y no un aire acondicionado.
- Consumo eléctrico: aquí podemos tener otra pista ya que los evaporadores no suelen superar los 60-70 vatios frente a los entre 500-1000 vatios de los aires acondicionados portátiles.
- Nivel de ruido: es sin duda el punto débil de los aires acondicionados portátiles, ya que producen niveles de ruido muy elevados que sobrepasan los 50 dB. Al contrario sucede con los evaporadores, que rara vez se acercan a esta cifra ni aunque los pongamos al máximo.
Imagen portada | AEG
En Xataka Smart Home | Aire acondicionado portátil o evaporador: qué es mejor, ventajas e inconvenientes de cada tecnología