En la época de frio y lluvia, es habitual usar en casa sistemas de climatización para estar a gusto y con una buena temperatura. Pero si en un momento determinado estamos resfriados o con gripe, hay que prestar especial atención a cómo tenemos climatizada la casa observando factores como temperatura y humedad.
Y es que los problemas respiratorios relacionados con la calefacción pueden ser causados por diversos factores, como la sequedad del aire, la acumulación de polvo o alergenos en los conductos de calefacción, o incluso la presencia de contaminantes en el sistema de calefacción.
Cuidado con la calefacción
Estar a la temperatura adecuada en casa no significa estar en manga corta en invierno. Ya hemos visto cual es la temperatura ideal para estar cómodos y a la vez para ahorrar energía. Pero además, si estamos pasando por un resfriado o una gripe, hay que tener en cuenta que si la temperatura es demasiado alta o los niveles de humedad no son los adecuados, se pueden acentuar los problemas respiratorios.
Unos valores no adecuados pueden provocar que empeoren síntomas como la tos o la sequedad nasal y de otras vías respiratorias. Por eso, es interesante vigilar las condiciones que tenemos en casa para evitar por un lado la aparición de posibles problemas de salud y sobre todo porque podemos tardar más en recuperarnos.
Una calefacción a temperatura excesiva puede disminuir la capacidad y el funcionamiento del sistema inmune (un calor demasiado alto hace que baje la capacidad de defensa del organismo). Y es que una temperatura demasiado alta puede provocar un ambiente demasiado seco que puede provocar la aparición de otras patologías y dificultar la recuperación.
La importancia de ventilar
Para salir de dudas, hemos preguntado a Alberto Moral, médico de cabecera, sobre qué es lo que debemos tener en cuenta para contar en la casa con un ambiente adecuado. Y en la conversación ha destacado la importancia de ventilar las habitaciones. El motivo de la ventilación no es otro que evitar que el ambiente esté muy cargado y se pueda facilitar que se propague cualquier infección
En caso temperaturas excesivamente altas, se provoca sequedad de mucosas, lo que provocan lógicamente que al perder la función de defensa tengamos más facilidad para poder coger cualquier infección. Por eso es importante que siempre la temperatura no supere los 21ºC en cualquier domicilio. Además, es importante siempre, por la mañana o por la noche, ventilar dejando un rato las ventanas abiertas.
Y a la hora de hablar de la humedad, aclarar la creencia popular sobre la necesidad de colocar recipientes con agua en los radiadores. Es cierto que la humedad es algo básico y afecta enormemente a las vías respiratorias (mucosas de la nariz, boca, faringe, tráquea...), afectando por ejemplo a las alergias, catarros y a otros procesos que se desarrollan en el sistema respiratorio. Pero en palabras del doctor, "hay que buscar el equilibrio justo".
"El colocar recipientes con agua en radiadores no es lo más indicado porque afecta a las mucosas. El problema es que las infecciones que más habituales afectan preferentemente a vía respiratorias, pero sobre todo en forma de inflamación traqueal, es decir, dan esas toses secas irritativas que a lo mejor estas dos horas sin toser y de pronto empiezas con un pico de tos de garganta y tienes un tos molesta que persiste durante mucho tiempo".
Además, cuenta que "con los procesos de hoy en día, cuando la gente tiene un absceso, es un error la práctica de los baños de vapor, la inhalación y el vaho."
Un clima seco generado por el uso de la calefacción puede provocar sequedad en las vías respiratorias y por eso, quizás, en algún momento al estar en un sitio con la calefacción demasiado alta has notado la garganta reseca o si estás resfriado un aumento en las ganas de toser. Una forma de combatir esa sequedad, es "beber abundante líquido, a sorbos, que eso alivia cuando se tiene algún proceso con tos".
Pero igual que el clima reseco no es bueno, tampoco son adecuados los ambientes demasiados húmedos. Un ambiente inadecuado con demasiada humedad puede propiciar que aparezcan elementos perjudiciales como el moho, bacterias y otros alérgeno.
Dicho todo esto, los expertos coinciden en lo valores que hay que tener en casa. Lo más conveniente es mantener la temperatura del hogar no supere los 21ºC por regla general (hay que atender también a cuestiones geográficas, de clima, de aislamiento del piso...) y que los niveles de humedad se sitúen entre el 50 y el 70%.
Radiadores, bombas de calor y chimeneas
En este sentido, hay además que aclarar que no tiene la misma influencia usar una calefacción por radiadores, con una chimenea o usando una bomba de calor. Mientras que una bomba de calor climatiza por medio de una corriente de aire, los radiadores lo hacen radiando calor.
En este sentido, el uso de la bomba de calor lo que hace es que "provoca una sequedad excesiva" y por eso, recalca, es importante la ventilación, "dejando a ratos una ventana abierta". Eso sí, respecto a la creencia que la corriente de aire que genera el aire de la bomba puede provocar más contagios, hay que aclarar que no es del todo cierto, al ser virus que no tienen el carácter se supervirus que puedan permanecer en el ambiente demasiado tiempo.
Hay que tener en cuenta que el uso de bombas de calor y aires acondicionados, puede favorecer que se muevan y arrastren partículas por el aire (de ahí la importancia de limpiar los filtros). Si en el ambiente existen ácaros, polen u otros alérgenos, estos se expandirán con más facilidad.
El hecho de que la calefacción generada por bombas de calor, tienda a reducir la humedad en el aire (ya hemos visto que la sequedad puede irritar las vías respiratorias y hacer que las personas sean más susceptibles a infecciones respiratorias, como resfriados), contribuye al estancamiento del aire en interiores si no hay una buena circulación. Esto puede aumentar la concentración de virus y bacterias en el aire, lo que potencialmente podría afectar a la salud respiratoria.
Y lo mismo que las bombas de calor pueden afectar, las chimeneas también pueden impactar en el ambiente de casa y en la salud ya que pueden tener algunos efectos adversos en el sistema respiratorio en casa si no se maneja adecuadamente... la ventilación vuelve a ser protagonista.
Las chimeneas emiten partículas finas, humo y gases de combustión. Estos contaminantes pueden irritar las vías respiratorias y empeorar condiciones respiratorias preexistentes, como el asma o las enfermedades pulmonares crónicas. El uso constante de la chimenea puede contribuir a la sequedad del aire en el hogar, lo cual puede irritar las vías respiratorias y la piel y de nuevo es conveniente una adecuada ventilación para evitar ambientes resecos y sobrecargados.
Además de que no hay que olvidar que el humo y los olores de la chimenea pueden afectar negativamente a personas sensibles, especialmente a aquellas con alergias o sensibilidad a la calidad del aire y que las partículas liberadas por la combustión pueden desencadenar alergias y empeorar los síntomas del asma en algunas personas.
Por último, si la estancia en la que se usa la chimenea no se ventila correctamente, puede haber acumulación de monóxido de carbono, un gas incoloro e inodoro que además de ser peligroso para la salud (puede ser mortal), puede provocar síntomas como dolor de cabeza o mareos.
Por su parte, los radiadores, aunque quizás son los que menos afectan, sí que siguen provocando una reducción de la humedad en el aire y por lo tanto, irritar las vías respiratorias y la garganta, lo que podría ser incómodo para alguien que ya está lidiando con los síntomas de un resfriado.
Además, como antes, el aire seco puede deshidratar las mucosas nasales, lo que podría empeorar la congestión nasal y la irritación en el caso de un resfriado.
Controlar la humedad del ambiente
Si llegados a este punto, notas que el ambiente está demasiado reseco en casa, puedes recurrir al uso de humidificadores. Estos aparatos evitan una sequedad excesiva del ambiente e incrementan la humedad a unos niveles óptimos, pero no es algo que sea necesario u obligatorio.
Hemos visto como no es necesario ir colocando recipientes con agua como pueden ser cubos o cuencos cerca de las fuentes de calor. Basta con ventilar la estancia y encontrar un equilibrio adecuado de humedad.
Eso sí, un ambiente húmedo tiene aún más importancia a la hora de dormir, pues una temperatura demasiado alta y un clima seco puede provocar que sea más difícil tener un descanso óptimo. De hecho, muchos expertos aconsejan que por la noche la temperatura sea unos 2 o 3ºC menor de la temperatura diurna y la humedad se sitúe entre un 50% y un 70%.
Cuidar la calefacción
Así es fundamental cuidar el estado de los sistemas de calefacción, con un mantenimiento óptimo y añadiendo otras pautas a nuestro día a día relacionadas con la ventilación o la ropa de casa que usamos:
- Mantenimiento regular del sistema de calefacción: asegúrate de que tu sistema de calefacción esté limpio y en buen estado de funcionamiento.
Realiza mantenimientos periódicos, como la limpieza de los conductos y la sustitución de filtros según las recomendaciones del fabricante. - Ventilación adecuada: asegúrate de que haya una buena circulación de aire en tu hogar. Abre ventanas de vez en cuando para permitir que entre aire fresco y se ventilen los espacios.
- Control de la humedad: la calefacción tiende a resecar el aire en el hogar, lo que puede irritar las vías respiratorias. Busca encontrar el grado de humedad adecuada.
- Limpieza regular: limpia a fondo tu hogar para reducir la acumulación de polvo y alergenos. Presta especial atención a las áreas alrededor de las salidas de aire y los radiadores.
- Uso de filtros de aire: considera la posibilidad de instalar filtros de aire de alta eficiencia en tu sistema de calefacción para reducir la presencia de partículas irritantes en el aire.
- Ubicación de plantas: coloca plantas en tu hogar, ya que algunas especies pueden ayudar a purificar el aire.
- Utiliza ropa de cama adecuada: viste ropa de cama adecuada para mantenerte abrigado sin depender en exceso de la calefacción. No hay que tener el verano en casa cuando estamos en invierno.
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