El precio de encender la calefacción en casa este otoño-invierno sigue siendo una de las principales preocupaciones de muchas familias que ven cómo la electricidad sigue por las nubes, el gas y el gasoil está en máximos históricos y los importes de la leña tradicional o los pellets se han disparado estos últimos meses.
Así, poner la calefacción todo el día como muchos hacíamos años atrás para tener una temperatura confortable es algo que puede salir bastante caro, con precios que dependiendo del tipo de materia prima que empleemos para calentarnos puede llegar a costar casi el doble que la pasada temporada. ¿Qué podemos hacer?
Pues además de aplicar los trucos de ahorro más habituales que ya hemos comentado por aquí en anteriores ocasiones, tenemos además la posibilidad de combinar varios sistemas de calefacción para tener el mayor ahorro posible, siempre y cuando contemos con ellos en nuestra vivienda, claro.
Usando la calefacción eléctrica en los horarios más baratos
La idea básica es aprovecharnos de que los precios de electricidad, si bien siguen muy elevados con respecto a años anteriores, no tienen estos precios altos todos los días ni en todos los horarios de cada día.
Como vimos en este artículo, hay días de la semana donde la electricidad suele estar mucho más económica y unos horarios valle (que no coinciden con los oficiales marcados por el Gobierno pero que están ahí) donde la diferencia de precio por cada kilovatio consumido puede llegar a ser menos de la mitad, incluso a veces hasta tres o cuatro veces más barato con respecto al importe en horas punta.
Es una situación que podemos observar en la tarifa regulada o PVPC, pero también en las del mercado libre desde que se ha comenzado a aplicar la compensación al gas hace unos meses, y que es posible comprobar consultando cada día el precio de la luz con los diferentes métodos disponibles que ya hemos comentado en anteriores ocasiones.
Muy bien, entonces, ¿cómo podemos ahorrar aprovechando estas horas donde la luz es más barata? Pues si contamos en casa con un sistema de calefacción eléctrico, ya sean por ejemplo radiadores de aceite, de resistencia convencional, compactos o mejor aún aire acondicionado con bombas de calor, podemos en primer lugar ajustar el mayor consumo de los equipos (por ejemplo el encendido para calentar la casa inicialmente) a las horas cuando el precio de la luz sea más reducido y subir la temperatura en dichas horas.
Puede parecer obvio, pero muchas veces por comodidad encendemos la calefacción, aunque sea a una temperatura óptima para gastar menos, pero la mantenemos de forma constante todo el día o incluso por la noche. Sin embargo, lo más eficiente es aprovechar para encender y subir la temperatura un par de grados con respecto a la óptima conectando estos equipos eléctricos en las horas más baratas.
Estas variaciones podemos hacerlas de forma manual o, si no queremos estar pendientes aprovechar los temporizadores y programadores que incluyen muchos equipos de calefacción. Y, ¿qué sucede cuando llegan las horas donde el precio de la luz es más caro?
Combinar calefacción eléctrica con opciones de combustión
En este caso tenemos varias opciones. La primera es bajar la temperatura objetivo de los termostatos en nuestros equipos o si contamos con un sistema de calefacción alternativo directamente apagar los eléctricos y usar el de gas, leña o pellets.
Lo ideal es que pudiésemos conocer aunque sea de forma aproximada cuánto nos cuesta cada hora de calefacción utilizando estos sistemas de combustión. Por ejemplo en el caso de la leña y los pellets es fácil hacer una cálculo rápido viendo cuántos kilos gastamos cada hora y trasladando estos kilos a euros.
En el caso de calefacción con gasoil o gas natural es más complicado, ya que es difícil averiguar el consumo medio de estos combustibles cada hora, pero podemos hacer una estimación con las facturas de años anteriores para averiguar la cantidad total gastada en un periodo concreto y trasladarla a los precios actuales que tengamos contratados.
De este modo la idea es cada día hacer una previsión de a qué hora nos convendrá más utilizar uno u otro sistema de calefacción en casa, logrando importantes ahorros a final de mes.
Un ejemplo práctico
Por ejemplo, en mi caso tenemos en casa estufa de leña tradicional y aire acondicionado con bomba de calor. Dependiendo del día y la hora vamos alternando, teniendo en cuenta que la estufa tienes que encenderla con antelación, tarda un rato y no se puede apagar ni encender pulsando un botón. Pero sí es posible con cierta planificación lograr un consumo energético más eficiente.
Nuestro consumo de leña cuando la estufa está a plena potencia es aproximadamente de unos 2,5 kilos la hora, dependiendo del tipo de leña y de la temperatura que queramos conseguir, lo que con un coste de 0,20 euros por kilo nos da un precio de 0,5 euros cada hora de uso de la estufa.
Los aires acondicionados con bomba de calor en conjunto tienen un consumo máximo de 3,2 kWh (son cuatro equipos), aunque luego en promedio esta cifra puede bajar hasta la mitad, dependiendo de la temperatura que pongamos, lo que supone alrededor de 1,6 kWh cuando alcanzamos la temperatura de crucero.
Entonces, cuando el coste de la luz está más barato que esos 0,5 euros la hora que nos cuesta la leña (por ejemplo cuando baja de los 0,3 euros el kWh), como suele ser habitual los fines de semana, pues esos días usamos calefacción eléctrica. También solemos usarla por las mañanas y hasta las 16:00 horas, que como vimos en su día en general es el periodo más económico del día. Luego en el horario de tarde-noche con precios más caros de la electricidad nos es más conveniente usar la estufa.
Imagen portada | Bernard Hermant
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