Con la llegada de la época de lluvias, son muchos los propietarios de pisos y casas que toman las medidas necesarias para proteger su hogar frente a los efectos no deseados del agua, los que van más allá de la aparición del vaho en los cristales. Se trata de repasar aquellos puntos por los que el agua se puede entrar en casa.
Pon una cuenta con una serie de lugares por los que una lluvia abundante, puede hacer que aparezcan humedades, filtraciones, incluso que llegue entrar el agua en casa. Por eso, nada mejor que repasar una serie de consejos con el objetivo de evitar posibles problemas y tener que recurrir al seguro del hogar.
Evitar que el agua se cuele por donde no debe
En toda situación, el primer punto de partida para resolver un problema, es identificarlo. Y en este caso lo primero que debemos hacer es determinar cuáles son los sitios de la casa que pueden estar más expuestos al agua. Los tejados, las terrazas y los patios, son los lugares más propicios para que entre el agua.
Si por ejemplo, una teja rota, por la que ya pasado demasiado tiempo, o unos sumideros de agua limpios o que estén saturados de suciedad, pueden provocar que el agua termine entrando en el hogar. Lo mejor es repasar de los puntos que presentan más riesgos antes de que lleguen las primeras lluvias.
Esto puede incrementarse además, si tenemos un jardín o abundante vegetación cerca, puesto que genera hojas y demás elementos que pueden contribuir a ensuciar, de forma natural nuestra casa y de paso a saturar los sitios por los que tiene que escurrir el agua. Por eso es importante mantener las plantas en buen estado, eliminando los restos de hojas caídas y podándolas cuándo es necesario.
En el caso de patios, terrazas, o tejados, es aconsejable repasar el buen estado de los mismos, sin que encontremos grietas, roturas, o fisuras que puedan favorecer la entrada de agua. Además, si observamos alguna filtración, podemos asegurarnos del buen estado de la capa asfáltica aislante. Esta se encuentra también en los tejados, y es clave para evitar humedades provocadas por las acumulaciones prolongadas de agua.
Toca ver también y relacionados con lo anterior, los posibles puntos por los que el agua sale evacuada de terrazas, patios y tejados. Hablamos de canalones, sumideros y arquetas de casa. Toca repetir lo anterior: están saturados o llenos de suciedad, hojas o restos de tierra.
Tras el paso del verano y el otoño, podemos observar se ha acumulado suciedad, tierra, hojas secas... en patios, terrazas y en aliviaderos, canalones y demás, lo que hace que se forme una masa que impide la libre circulación del agua y por eso hay que despejar cualquier vía de escape del agua para evitar que se desborden o saturen y afecten a otras zonas de la vivienda.
Cuidar cierres, ventanas y puertas
Este apartado es también importante. Tanto si usamos ventanas metálicas o de PVC, como sobre todo cierres de madera, es importante controlar que estén correctamente sellados y que no presente ningún tipo de grieta.
En el caso de las primeras, es importante vigilar que la silicona no esté estropeada y que todos los posibles ángulos y grietas estén correctamente sellados. Además, debemos controlar que los carriles por los que se mueven las ventanas, en el caso de las correderas, estén limpios y sin suciedad.
Si lo que tenemos en casa son ventanas y cierres de madera, debemos mantener una vigilancia sobre el estado de los mismos. Si no llevamos a cabo un correcto mantenimiento, con el paso del tiempo, la madera se puede estropear, dejando a la vista rajas y grietas que dificultan el ajuste y que propician la entrada de frío y agua.
A que ya no se trata solo de fijarse en la silicona que rodea los cristales, a modo de sellado, sino que es importante que durante el paso del tiempo tengamos un buen mantenimiento de la madera, con el tratamiento adecuado de barnices protectores, aceites, selladores y demás elementos que resulten adecuados al tipo de madera a cuidar.
La puerta es otro de los elementos vulnerables, máxime en los casos de casas solas o plantas bajas, ya que en estos lugares la puerta de la casa está expuesta al contacto directo con el agua.
En este sentido hay que aplicar parte de lo que hemos visto antes, puesto que si la puerta es de madera, el buen mantenimiento de la misma será fundamental.
Además, podemos ayudarnos y evitar la entrada de agua en casa, reforzando la zona inferior de la puerta. En caso de que quede espacio entre el suelo, con tiras adhesivas que funcionan a modo de selladores. Incluso, y en el caso de esperar fuertes venidas de agua, podemos reforzar el sellado colocando algún tipo de tablón de usar y quitar justo delante de la puerta, que con una cierta altura impide que entre el agua.
Humedades, primera alerta
Algunas de las señales que nos pueden alertar de que el agua se está filtrando por donde no debe, es la aparición de una humedad. Podemos empezar a sospechar si vemos vapor en cristal de la ventana, dura que comienza a desconcharse, un fuerte dolor, o directamente un humedad en la pared, en el techo o en el suelo.
Si has observado que aparece alguna mancha en una pared, suelo o techo de casa, es importante que acudas y consultes a un profesional. Las humedades es el primer síntoma de que el agua se está filtrando por donde no debe, una brecha que es necesario tapar.
Un primer paso lo podemos dar, antes de seguir, observando si en casa tenemos una correcta ventilación, pues la humedad puede deberse a una falta de ventilación en la habitación. La importancia de abrir la ventana, todos los días al menos 15 minutos para que el aire se renueve y de esta forma evitar la acumulación de malos olores y humedades.
Y es que, lejos de ser solo un desperfecto estético, una humedad puede afectar tanto a nuestra salud, como la estructura de la casa. Por ello, es sumamente importante que se mantenga todos los días, al menos unos treinta minutos, alguna ventana abierta para permitir que el aire se renueve y no se acumulen olores ni humedad en las habitaciones. Esto es algo fundamental y debe hacerse en todas las estaciones del año, incluso en invierno aunque no resulte agradable.
Una posible solución, si se observa que aparece alguna humedad en casa, es realizar una comprobación en la fachada por si hay alguna grieta por la que pueda colarse el agua. En este caso, lo ideal es realizar un tratamiento que garantice el aislamiento frente a la humedad y la lluvia para que no se filtre el agua. Un punto en el que de nuevo, lo correcto es contactar con un profesional que nos de soluciones en forma de aislantes que podamos usar.
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