Llega el momento de abandonar la casa y nos preocupa la situación en la que la dejamos, máxime cuando tenemos que irnos de vacaciones. En este sentido y en función del tiempo en el que vamos a estar ausente podemos pensar en aplicar unas u otras medidas para intentar ahorrar unos euros en la factura de la luz. Una ecuación el la que el frigorífico puede ser una parte esencial.
Hemos visto cómo usar el cuadro eléctrico desconectando algunos elementos que no vamos a usar y en ese caso uno de los que casi siempre se quedaban encendido será el frigorífico. Un frigorífico sin usar encendido una semana no supone un mayor problema pero imaginemos que nos vamos a ausentar un mes, dos meses o más. En ese caso quizás sea interesante bien desconectar el frigorífico o bien realizar algunos ajustes para que para que esté consuma lo menos posible y eso es lo que vamos a ver en este artículo.
Devorador de "luz"
Hay que tener en cuenta que el frigorífico representa el elemento que más consume en el hogar y no por la potencia empleada, sino porque funciona los siete días de la semana, las 24 horas del día sin descanso. Según un estudio de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), mantener un frigorífico funcionando durante todo un mes puede llegar a costar aproximadamente entre 3,5 y 7 euros en función del tamaño, características y prestaciones.
Llegados a este punto queda por ver cuál es la forma ideal en la que podemos dejar el frigorífico cuando nos vamos a ausentar de casa. Y en este sentido podemos optar por distintas formas de adecuar el uso de la nevera.
- Ajustando la temperatura de funcionamiento
- Usando sólo el congelador
- Apagar la totalidad del frigorífico
Ajustar la temperatura
Si optamos por dejarlo funcionando cómo ante la imposibilidad, por el motivo que sea que impide dejarlo apagado, es fundamental mantenerlo con la temperatura adecuada. Casi todos los modelos de un tiempo a esta parte, permiten ajustar la temperatura de uso. En mi caso, por ejemplo, siempre lo tengo en modo "Eco", pero se puede ajustar por encima o por debajo.
Lo ideal es dejarlo con la menor cantidad de alimentos dentro para que tenga que trabajar lo menos posible. Cómo no estaremos en casa sobran los consejos de no abrir la puerta en exceso o no introducir alimentos calientes. Así que nos centramos en la temperatura ideal.
Para los modelos con "frigo" y congelador la temperatura ideal en el día a día oscila entre los 3º y 5ºC (a más frío más consumo) para que tus alimentos mantengan los nutrientes en el caso de la nevera, mientras que en el congelador se recomienda el uso a -18ºC aproximadamente. En este último caso, esta temperatura es la idónea para que tanto carnes como pescados no pierdan sus propiedades, mientras que bacterias y parásitos que se encuentran ellas mueren a estas temperaturas.
Pero si nos vamos a ausentar tiempo, podemos subir esos grados, teniendo en cuenta los alimentos que dejamos. Podemos aprovechar que algunos modelos cuentan con un modo "vacaciones" o lo podemos hacer nosotros a mano. Elevar los grados hasta alcanzar una temperatura de entre 10º y 15º para que consuma menos. Ojo, hay que tener en cuenta que alimentos vamos a dejar, pues esta temperatura es válida para más o menos conservar bebidas, panes, frutas, verduras, embutidos y similares.
Para cambiar la temperatura podemos usar bien un selector táctil o digital en los modelos más modernos o en el caso de los "frigos" más antiguos, un selector de temperatura que suele estar en el interior. Un termostato que puede estar fuera o dentro del frigorífico. Y junto a la temperatura, algunas consideraciones extra.
Junto a esta medidas, es importante mantener los alimentos ordenados en el interior y con cierta separación con el fin de facilitar la circulación del aire de forma que el frío se distribuya adecuadamente y se requiera un menor consumo. El fin es el de lograr una mayor eficacia en la relación rendimiento consumo.
Igualmente el entorno es importante. Con calor exterior, es importante adoptar cualquier medida que pueda reducir la temperatura en casa. El objetivo es que la nevera tenga a su alrededor la temperatura menos alta posible para minimizar la carga de trabajo.
Por eso ventanas cerradas en la cocina, puertas cerradas (o abiertas, según el caso si así refresca), uso de toldos... cualquier solución para mantener en la cocina una temperatura lo más estable y baja dentro de nuestras posibilidades.
Usar sólo congelador
Otra opción pasa por desconectar el frigorífico pero dejar encendido sólo el congelador y usar este a modo de nevera. Algo que sólo será posible en modelos que lo permitan y que permite optimizar el uso dejando sólo funcionando el congelador y pasando la comida de una a otra zona.
Es algo que se puede hacer en modelos side by side, no tanto en los combi. Incluso si tenemos un congelador de tipo arcón eficiente y con buen aislamiento. Podemos mantener los alimentos a una temperatura adecuada y anular unas las partes del electrodoméstico.
Apagar el frigorífico/congelador
Respecto a apagar la totalidad del frigorífico, es una opción que cuenta tanto con defensores como con detractores. Los hay que afirman que hacerlo sirve para ahorrar electricidad mientras que otros afirman que lo que gasta al encenderlo de nuevo supondrá un mayor consumo de energía.
Para salir de dudas he preguntado a un servicio técnico, en este caso de Bosch por medio de su página de soporte y me han aconsejado que es conveniente "para evitar un gasto de electricidad, siempre y cuando se trate de periodos prolongados". Mi pregunta era para un mes y además me han indicado que una vez vacío deje las puertas abiertas, con un tope en forma de paño para que no se cierren y dejarlo desenchufado y vacío".
Para contrastar opiniones, he contactado con otra marca, Samsung, en su página de soporte y aquí la respuesta ha sido otra la misma. Preguntando por un modelo combi me han contestado que si el modelo dispone de modo vacaciones, se puede activar este sistema que lo que hace es subir la temperatura de la nevera. Si no lo tiene, podemos vaciarlo y desenchufarlo".
Eos sí, en ambas marcas me han informado que no es conveniente apagar y encender, a no ser que sea para periodos prolongados de tiempo. Para conocer el motivo, he preguntado en un servicio técnico de mi ciudad y me informan que en determinados modelos apagar y luego volver a encender se produce un tiro de luz mayor que no compensa el que se vaya a dejar apagado, a no ser que ese periodo sea de un mes o más".
Además me aclaran que "andar apagando y encendiendo el frigorífico es algo que no conviene de cara al uso del gas que emplea para enfriar y a los conductos de refrigeración. La presión del gas aumenta cuando está apagado y se pueden provocar con el tiempo fugas y pérdidas"*.
Además en el caso de los modelos antiguos que integren un congelador y no tengan el sistema "no frost", podemos toparnos con un problema extra al apagar el congelador.
Ojo a los congeladores sin sistema "no frost"
Apagar el congelador y de paso descongelar, ayuda a evitar la presencia de hielo y escarcha, algo que hace que el consumo de energía sea mayor. Esto ocurre en los modelos que no son "no frost", puesto que los no frost evitan la acumulación de hielo o escarcha
Antes de apagar un congelador sin "no frost", debemos tener en cuenta que no es un proceso rápido. El tiempo depende de cómo de lleno tengamos el congelador, de forma que el proceso puede ir desde las 24 a las 48 horas.
Lo primero es vaciar el congelador de alimentos, bien para consumirlos o llevarlos a otro sitio en el que conservarlos. También sacar los cajones. Llegados a ese punto basta con desenchufar el congelador y poner en el suelo paños que absorban el hielo que se va a ir derritiendo al dejar la puerta abierta. Si queremos acelerar el proceso podemos usar un secador (con precaución de no mojar el secador) o agua caliente.
Con el frigorífico ya apagado, y también el congelador y ya sin hielo, se puede quedar este desenchufado y en el caso del frigorífico, al estar vacío, se puede dejar con las puertas abiertas para evitar los malos olores.
Una buena práctica en este momento donde dejamos la nevera apagada, es optar por limpiar baldas y estantes para que estén listas cuando vayamos a volver a usarlo y de esta forma evitar los restos de comida que hayan podido quedar y así no tener luego malos olores.
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