Son una solución sencilla pero eficaz a la hora de mejorar la calidad sonora de nuestras teles
A la hora de mejorar el sonido de nuestros televisores planos podemos optar por un sistema de receptor AV o amplificador más altavoces, barras de sonido, sistemas de sonido integrados como las minicadenas o conjuntos de cine en casa multicanal con todo incluido.
Sin embargo, también contamos una opción algo menos popular pero igual de solvente, incluso en ocasiones más sencilla de instalar y utilizar y con una capacidad sonora por encima de muchas barras de sonido y kits multicanal.
Se trata de los altavoces autoamplificados o activos, equipos con muy diferentes formas, configuraciones y modelos interesantes en el mercado que incorporan el amplificador en el propio cuerpo del altavoz para proporcionar un sistema de sonido integrado generalmente estéreo que podemos conectar a cualquier fuente como una tele, reproductor multimedia, consola, PC, etc. ¿Qué debemos considerar antes de comprar uno de estos dispositivos?
Instalación y facilidad de uso
Una de las principales ventajas de los altavoces autoamplificados es su sencillez a la hora de instalarlos y manejarlos. En general basta con conectarlos a la tele, enchufarlos a una toma eléctrica y ya están listos para funcionar.
No hay que considerar nada más relacionado con incompatibilidades con el amplificador, impedancias, sensibilidades ni demás cuestiones típicas de los altavoces pasivos, ya que llevan en su interior las etapas de amplificación necesarias, los DSP y toda la electrónica esencial para su puesta en marcha.
Además son una opción muy sencilla de utilizar, al contar generalmente con un limitado número de opciones, controles y funcionalidades. Bastará con encender el interruptor, tocar algún parámetro como el ajuste en frecuencia, la selección de fuente de entrada y poco más, lo cual tiene sus ventajas si no queremos complicarnos mucho la vida, pero también el inconveniente de que estaremos más limitados en cuanto a opciones de configuración y posibles usos.
Diseño y prestaciones
En primer lugar debemos pensar en qué tipo de altavoz queremos y podemos situar junto a nuestros televisores. Si tenemos espacio de sobra en la sala o la tele colgada de la pared en un espacio diáfano, es posible recurrir a modelos de grandes dimensiones en formato torre que nos proporcionarán una mayor potencia y capacidad sonora. Si por el contrario tenemos la pantalla situada sobre el típico mueble de salón con reducido espacio libre a los lados tendremos que recurrir a un modelo de estantería.
Deberemos además considerar el diseño acústico de los altavoces en relación a nuestro espacio en la sala y las posibilidades de instalación que tengamos, sobre todo en lo relacionado con la salida de frecuencias graves. ¿Tendremos que tener el altavoz colocado en un rincón y pegado a la pared? Entonces no conviene comprar un modelo con salida bass-reflex trasera ya que obtendremos un sonido más retumbón.
También es recomendable pensar si estamos buscando un sistema que tenga o pueda tener más adelante un subwoofer externo aparte para mejorar la respuesta en bajas frecuencias conformando una distribución 2.1 o de lo contrario uno 2.0 con solo los altavoces principales.
Puede que no queramos gastar mucho dinero al principio pero nos interese dejarnos la puerta abierta para futuras ampliaciones, con lo que conviene considerar que los altavoces cuenten con la opción de añadir posteriormente un altavoz de graves o incluso que podamos integrarlos en un conjunto más grande o en un sistema multiroom.
También es conveniente valorar si el equipo cuenta con algún sistema para el control de la tonalidad, de graves y agudos, con función de ecualización, de adaptación a la sala donde vamos a instalarlo, corrección acústica o incluso control desde un terminal móvil. Suelen ser funciones muy útiles pero que encarecen el precio final de los altavoces.
Conectividad de los altavoces
Uno de los factores clave a la hora de elegir altavoces autoamplificados para la tele es su conectividad con la pantalla. Deberemos buscar un modelo que sea compatible con nuestro televisor y sus salidas de sonido. Por ejemplo, hay que ver si tienen puertos RCA analógicos, ópticos digitales, HDMI (este suele ser muy infrecuente en este tipo de altavoces), o incluso algún tipo de interfaz inalámbrica como Bluetooth.
También hay que valorar el tipo de conexión que tendrán los altavoces entre sí. Lo habitual es que, al no contar con un equipo de amplificación aparte, una de las cajas acústicas incorpore toda la electrónica necesaria para hacer funcionar el conjunto (altavoz maestro) y la otra se alimente directamente por medio de un cable (altavoz esclavo).
En estos casos conviene revisar antes de comprar los altavoces que la longitud del cable maestro-esclavo es suficiente para nuestras necesidades, ya que suelen emplear formatos con conectores propietarios que no podremos cambiar después. Es decir, tendremos que calcular qué distancia tendremos entre los altavoces cuando estén instalados y buscar un modelo que tenga cable suficiente.
Además, si como comentábamos anteriormente queremos añadir ahora o en el futuro un subwoofer externo, conviene buscar en las especificaciones si contamos con una salida dedicada para ello y si tenemos la opción de variar los filtros de corte en frecuencia para adaptar el altavoz de graves a los altavoces autoamplificados.
Funcionalidades extra
Otro punto a considerar son las funcionalidades extra o adicionales que pueden presentar los altavoces autoamplificados. Por ejemplo la opción de reproducir directamente contenidos musicales, interfaces Bluetooth para enviar contenidos desde el móvil, conectividad WiFi o Ethernet para acceder a servicios de streaming, luces LED (sí, los hay con iluminación RGB integrada), etc.
Puede que en principio parezca buena idea contar con todas estas funciones, pero si lo que queremos es un sistema de sonido que complemente a la tele y ésta es moderna probablemente no las usemos y supondrán un incremento de precio a tener en cuenta.
También podemos buscar modelos que cuenten con un mando a distancia desde el que controlar las funciones básicas como el nivel de volumen, algo muy útil si lo queremos utilizar como complemento frecuente de nuestra tele, o que nos den la posibilidad de utilizar el móvil como sistema de control remoto.
Imagen portada | Klipsch
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