Lejos quedaron los tiempos en los que el afilador pasaba por nuestros hogares con su nostálgica melodía para dejar perfectos nuestros cuchillos. A pesar de que somos un medio tecnológico y es evidente que multitud de inventos y soluciones nos han facilitado ampliamente nuestra vida, algunos de ellos también han reducido las vivencias físicas con otras personas. Pero bueno, eso es harina de otro costal. En este artículo vas a aprender cómo afilar cuchillos en casa de múltiples formas.
Si notas que tus cuchillos ya no cortan como antes y que son muy antiguos, no te deshagas de ellos. En casa tienes múltiples formas para afilarlos y darles una segunda vida (siempre y cuando el mango y las demás partes del mismo sigan en condiciones como para utilizarlo). Bajo estas líneas te dejamos con los detalles.
Cómo afilar tus cuchillos en casa
En casa puedes utilizar varios utensilios que te pueden servir perfectamente para afilar tus cuchillos. Te vamos a contar cómo hacerlo de cuatro formas y otra de ellas será un truco para cuando estés en apuros y no cuentes con ninguno de los otros utensilios para hacerlo.
Piedras de afilar: el utensilio más común para afilar nuestros cuchillos. Son herramientas tradicionales, pero ampliamente efectivas. Ten en cuenta de utilizar una piedra adecuada para tus cuchillos, es decir, que sea de grano grueso para afilado y grano fino para pulido. Para afilar, mantén el ángulo correcto para el cuchillo (entre 15 y 20 grados aproximadamente) y desliza la hoja a lo largo de la piedra.
Chairas: se trata de un afilador manual muy básico y con forma de cilindro largo. Tiene un mango en el extremo y el grosor es semejante al de un dedo. Es muy sencilla de utilizar, para ello debemos sujetarla frente a nosotros verticalmente, apoyando el extremo sobre la mesa o superficie de trabajo y después colocar el cuchillo en un ángulo de entre 15 o 20 grados, deslizándolo por ambos lados hasta que esté a punto.
Afiladores eléctricos: otra de las herramientas de las que puedes contar son los afiladores eléctricos. Aquí, la tarea se simplifica, ya que tan solo debemos mantener en una posición el cuchillo y el afilador hará el resto. Son rápidos y fáciles de utilizar y algunos modelos incluso tienen guías de ángulo incorporadas para que te sea aún más sencillo colocar el cuchillo en la posición idónea. Te recomendamos además seguir las instrucciones del fabricante para un resultado óptimo.
Afilado con otro cuchillo: un arte que se ha convertido en un icono de todo cocinero o cocinera que se precie. Si no tienes herramientas para afilar tus cuchillos en ese momento, podrás utilizar otro cuchillo para afilarlo. Para ello, debes escoger el cuchillo con un filo más duro que el cuchillo que deseas afilar. Después, desliza la hoja del cuchillo a lo largo del filo del otro cuchillo con un ángulo óptimo para comenzar a afilarlo. Hazlo varias veces hasta que estés satisfecho con el resultado.
Tazas de cerámica: un truco que quizás no sabías es que puedes utilizar la base de tus tazas de cerámica para afilar cualquier cuchillo. Para ello, asegúrate de que la taza esté completamente seca y que no tenga la base esmaltada. Después, pon la taza boca abajo y en una superficie que no deslice (puedes colocar un paño bajo la taza volteada para ello). Con el borde de la taza boca arriba, mantén el cuchillo en un ángulo de 20 grados aproximadamente y desliza el filo del cuchillo hacia abajo en un movimiento controlado. Repite el proceso varias veces y también para ambos lados del filo.
Ya sabes, si no tienes ni idea de con qué afilar el cuchillo de casa si no cuentas con un afilador, también tienes formas de hacerlo sin recurrir a este tipo de herramientas. Sin embargo, si utilizas cuchillos que ya tienen un largo recorrido a menudo, quizás debas considerar el hecho de adquirir un afilador para casa, ya que son realmente económicos.
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