Este es el sencillo truco que hace que los radiadores calienten más y mejor, que gasten menos y que aplico todos los años en casa

  • La tarea de purgar los radiadores es algo habitual. Un mantenimiento casero que tiene muchos beneficios

  • Entre las ventajas que ofrece, una mayor eficiencia, un calor más uniforme y de paso, un ahorro energético

Se acerca el invierno y, con la llegada de las bajas temperaturas, toca poner a punto los sistemas de climatización en casa. Hemos hablado de aerotermia, de leña, de estufas de mica, de pellets, y junto a todos ellos no podemos olvidar un clásico como son los radiadores. Tras un año parados, este truco es más que aconsejable a la hora de ponerlos de nuevo en funcionamiento.

Y es que puede que te hayas encontrado con unos radiadores que no calientan por igual en todas las zonas o que no alcanzan la temperatura adecuada. Un efecto secundario del largo tiempo parados que tú mismo puedes solucionar con este pequeño truco.

Ventajas de purgar los radiadores

Se trata de usar la pequeña llave de paso, que tienen casi todos los radiadores del mercado y de esta forma purgarlos. Es lo que se denomina como purgar los radiadores, una tarea de mantenimiento esencial que mejora la eficiencia y la durabilidad del sistema de calefacción, ahorra energía y aumenta la comodidad en el hogar. Se recomienda hacerlo al menos una vez al año, preferiblemente antes de la temporada de calefacción.

Con este truco, lo que hacemos es quitarles el aire que se ha quedado acumulado en el interior y que dificultan la circulación del agua caliente y por lo tanto impiden que alcancen la temperatura adecuada en todas las zonas.

Purgar los radiadores de calefacción es un mantenimiento importante que conlleva varias ventajas:

  • Más eficientes: cuando hay aire atrapado en el sistema de calefacción, este ocupa espacio en los radiadores y puede dificultar la circulación del agua caliente. Al purgar los radiadores, se elimina el aire atrapado, lo que permite que el agua caliente fluya de manera más eficiente y, por lo tanto, caliente la habitación de manera más efectiva.
  • Ahorro de energía: al mejorar la eficiencia del sistema de calefacción, se requiere menos tiempo y energía para calentar una habitación a la temperatura deseada. Esto puede resultar en un ahorro significativo en los costos de energía a lo largo del tiempo.
  • Mayor durabilidad: al eliminar el aire y los gases atrapados en el sistema de calefacción, se reduce la probabilidad de corrosión y oxidación en los radiadores y otras partes del sistema. Esto puede prolongar la vida útil del sistema en general.
  • Calor uniforme: cuando los radiadores están purgados correctamente, proporcionan un calor más uniforme en toda la habitación. Esto evita áreas frías y calientes, mejorando la comodidad en el espacio.
  • Menos ruido: el aire atrapado en los radiadores puede causar ruidos molestos, como golpeteos y gorgoteos. Purgar los radiadores elimina estos ruidos no deseados, lo que hace que el sistema de calefacción sea más silencioso.
  • Evita problemas de congelación: en climas fríos, si el agua se congela en el sistema debido a la presencia de aire atrapado, puede causar daños en los radiadores y las tuberías. Purgar los radiadores ayuda a prevenir este problema.
  • Mayor comodidad: un sistema de calefacción correctamente purgado garantiza una temperatura más estable y confortable en el hogar, lo cual es especialmente importante en invierno.

Cómo iniciar la purga

En este caso puede que no sepas como purgar los radiadores. Es algo muy sencillo que podemos hacer nosotros mismos con sólo jugar con la válvula de purgado que incluyen todos los radiadores (puede variar en algunos modelos).

Se puede regular la válvula de purgado usando desde la propia mano, hasta un destornillador o incluso llave inglesa y abrirla hasta que expulse todo el aire que queda en su interior.

Este se puede abrir con la mano

Antes de purgarlos debemos tener dos precauciones previas.  La primera es  tener la caldera apagada y la segunda contar con un recipiente que colocar bajo la toma del purgador para recoger el agua que sobra.

Abrimos la llave de purgado y al iniciar el proceso oiremos un leve silbido. Comienza a salir el aire almacenado y al terminar de expulsarlo comenzará a salir agua del interior, momento en que debemos cerrar la válvula reguladora.

Al terminar, si tenemos caldera en casa, es conveniente vigilar la presión de la misma y que esta no ha bajado de los parámetros que indica el fabricante para el modelo concreto. En caso de una presión demasiado baja al quitar el aire, el agua caliente no circulará bien.

Para corregir ese problema, debes abrir la llave de llenado de la calefacción (es una pequeña tuerca que suele ser de color rojo o azul) situada en la parte inferior de la caldera. Es importante hacerlo poco a poco, no de golpe, abriendo despacio la llave de paso en el sentido contrario a las agujas del reloj y observando cómo sube la presión lentamente. Cuando la presión se sitúe entre 1 y 2 bares, que es lo habitual, puedes cerrar la llave de llenado.

Como ves, se trata de unos sencillos pasos con los que nosotros mismos podemos mantener el buen funcionamiento de nuestra calefacción, ahorrándonos dinero en mantenimiento y, de paso, aligerando la factura mensual.

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