Hacen que derrochemos calefacción y disparan la factura a final de mes: estos son los problemas energéticos más habituales en casa

Llega el frío y queremos mantener nuestras viviendas calentitas a la temperatura ideal durante los meses de otoño e invierno, para lo cual contamos con muchas opciones en sistemas de calefacción, algunas más eficientes que otras.

Sin embargo, con independencia del tipo que elijamos, hay una serie de obstáculos que pueden hacer disminuir su rendimiento e incluso que estemos desperdiciando calefacción cada día en casa y aumentando la factura en energía a final de mes.

¿Cuáles son los problemas más habituales en nuestras viviendas? Pues en el último informe de Iberdrola se revelan los más frecuentes a los que muchas veces no hacemos caso.

Pérdidas por mal aislamiento de fachada y ventanas

Suele ser una de las mayores superficies de las viviendas, especialmente en las unifamiliares, una zona por donde perdemos mucha energía térmica, factor que dependerá de la exposición de la vivienda a la intemperie. Así, las vivienda con tres y cuatro fachadas al exterior tendrá una mayor pérdida que las interiores, y más aún si se trata de viviendas en altura intermedia que no estén protegidas.

Según el IDAE, es una de las zonas con mayor repercusión en el rendimiento de los equipos de calefacción y refrigeración domésticos, ya que la envolvente y su capacidad de aislamiento puede suponer entre un 70- 80% del total de pérdidas energéticas del hogar.

Y dentro de las fachadas son las ventanas los puntos débiles de nuestras casas a la hora de perder energía. Las pérdidas serán más importantes cuanto mayor sea la proporción de superficie acristalada y variarán en función de la orientación, si tenemos persianas, si están integradas en un módulo estanco, así como del tipo de acristalamiento que tengamos.

Según IDAE, las peores son las ventanas de cristal simple de una sola lámina, que experimentan restricciones significativas en cuanto a su capacidad para mantener la temperatura interior en la vivienda. El organismo aclara que la sustitución del cristal monolítico por un vidrio doble aislante conlleva considerables beneficios en términos de eficiencia energética.

Así, por ejemplo con sustituir las ventanas de vidrio con marco metálico por otra con un vidrio doble de 16mm de espesor, con una cámara de aire entre los dos paneles de vidrio y un marco metálico mejorado con rotura de puente térmico las pérdidas de energía se reduzcan en el hogar un 63%.

Aunque el proceso de sustitución de las ventanas por otras con mejor aislamiento es caro, existen ayudas estatales y locales que se pueden solicitar hasta 2026 y si aún así queremos hacer algo por poco dinero siempre está la opción de instalar estores, cortinas y visillos gruesos que amortiguarán las pérdidas energéticas.

Techos y suelos mal aislados

Otra de las zonas fundamentales por las que perdemos energía térmica en las viviendas son los techos y los suelos, zonas cuya mejora suele resultar difícil sin meterse en una reforma importante.

Los techos bien aislados son fundamentales en invierno, puesto que el aire caliente tiende a subir y si el aislamiento en la zona superior no es bueno se escapará fuera de la casa. Es especialmente importante en las viviendas de tipo unifamiliar, así como en los pisos de última planta o áticos.

En este sentido, desde Iberdrola señalan que en general las mejoras realizadas en cubiertas mal aisladas suelen ser más efectivas que las que se realizan en fachadas, debido a la accesibilidad de estas en ciertos tipos de viviendas y a la mayor superficie que está en contacto con el exterior.

Finalmente son los suelos los grandes olvidados en cuanto a pérdidas energéticas se refiere, ya que en general no cuentan con cámaras de aire ni elementos aislantes específicos.

Esto es más importante en zonas como pisos situados sobre soportales o garajes fríos, que pueden tener un factor de pérdidas elevado. Como en el caso anterior, el aislamiento de estos suelos puede llegar a ser complejo y caro sin no se ha previsto en la construcción original de la vivienda.

No obstante, un método sencillo y barato para minimizar el problema pasa por utilizar suelos de tarima flotante de madera, alfombras y moquetas que harán de capa aislante intermedia.

Imagen portada | Étienne Beauregard-Riverin

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