Me sirve con dispositivos antiguos, funciona como un reloj y no necesita conectarse al WiFi
Hemos visto en distintas ocasiones como el horno y la lavadora aparecen en el top de electrodomésticos de casa que más consumen en la factura eléctrica y los dos tienen un punto en común. Tienen que calentar bien agua o bien la temperatura para poder funcionar. Y para hacerlo usan unas resistencias eléctricas que consumen una buena cantidad de energía.
En otros artículos hemos visto como evitar el gasto de luz usando el cuadro eléctrico, a optimizar el uso del aire acondicionado, en el frigorífico o cómo ahorrar en la lavadora con un pequeño truco evitando usar agua caliente y ahora te voy a comentar el sistema que yo aplico en el día día cuando se trata de ahorrar usando un termo eléctrico que surte a la casa de agua caliente sanitaria.
Para modelos que no son Smart
A diferencia de la caldera tradicional que por ejemplo tengo en casa y que funciona con gas, en la residencia de verano hacemos uso de un termo eléctrico, un modelo tradicional sin conectividad de ningún tipo. Un voluminoso dispositivo que a modo de depósito de agua lo que hace es mantenerla siempre caliente para que cuando haya que usarla este siempre lista. De hecho si tienes un termo es probable que notes como el agua sale caliente en menor tiempo y a más temperatura que con una caldera normal.
El funcionamiento de este tipo de aparatos es sencillo y efectivo. Calientan el agua fría por medio de un sistema de resistencias eléctricas que hay en su interior. Además incorporan un termostato que hace que la resistencia se apague cuando alcanza la temperatura marcada, quedando el agua caliente en su interior.
El problema aquí radica en que cuando el termostato detecta que el agua del depósito baja de temperatura por el tiempo que lleva almacenada o por su gasto, la resistencia se enciende de nuevo y el agua vuelve a calentarse. Esto supone un tirón de luz y puede que no siempre sea necesario. Un termo conectado nos ahorra estos problemas.
Para intentar mitigar este problema y ahorrar en la factura de la luz, en el piso he usado un pequeño accesorio que puedes encontrar en casi cualquier tienda de electrónica: un temporizador o programador. Es la alternativa al enchufe conectado e inteligente, que seguramente muchos usan, pero que en esta situación no me sirve pues no hay red Wi-Fi en casa.
Los hay muchos y variados. Con precios muy variables, puedes encontrar modelos por unos pocos euros menos de 10 en algunos casos hasta otros de casi 100 euros.
Se trata de un dispositivo que puede ser tanto digital como analógico (el de casa es así, el más básico) y en ambos casos se trata de encontrar la misma función. Conectado entre el enchufe y la toma de corriente, en este caso del termo eléctrico, lo que hacemos es programar unas horas en las que este dispositivo va a permitir que el aparato en cuestión reciba electricidad.
En mi caso en cuestión lo tengo programado para que funcione sólo durante una hora al día. Ese es el tiempo que el termo va a poder funcionar para calentar el agua y he comprobado de buena mano que para un uso habitual con tres personas en la vivienda da más que de sobra para un día normal.
Estamos hablando del uso que permite una ducha por cada una de las personas del hogar (somos tres) y fregar los platos, siempre con el agua caliente y sin que en ningún momento salga fría.
Este barato sistema evita que el la resistencia eléctrica se active más veces de las que son necesarias. Además, en caso de necesidad siempre puede desactivar el reloj de forma manual y dejar el termo conectado a la red si quiero que caliente agua sin esperar a la programación.
Una versión anterior de este artículo fue publicado en 2023.
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