A menudo los usuarios se enfrentan a todo tipo de problemas relacionados con su conexión a Internet. Hoy día, tener acceso a esta tecnología es indispensable para la realización de multitud de tareas, entre ellas de corte laboral u ocio y entretenimiento. Además, cada tiempo que pasa contamos con la posibilidad de hacer muchas más cosas, entre ellas hacer videollamadas, jugar a videojuegos en línea, ver películas en streaming en 4K u 8K sin necesidad del formato físico, etc.
Como es lógico, este tipo de tareas requieren una infraestructura estable y rápida para que todo funcione correctamente. Sin embargo, aunque tengas una conexión rápida a Internet, hay veces en las que esto no es suficiente. La comunicación entre nuestros dispositivos y los servidores para intercambiar información es un proceso que se encuentra en constante mejora, y mejorar la latencia entre estas conexiones es un factor que se encuentra en los planes de muchos fabricantes y empresas.
A pesar de contar con latencias muy bajas en comparación a hace una década o más, cada vez encontramos usos más exigentes que darle a Internet, y por ello, hay situaciones en las que el tiempo de respuesta entre dichas comunicaciones debe mejorar para garantizar el correcto funcionamiento de las tecnologías que más inmediatez necesitan. Este es uno de los objetivos de la tecnología L4S, un concepto que posee el potencial de cambiar Internet por completo.
¿Qué es L4S y por qué será importante para el futuro de Internet?
Es perfectamente normal que no hayas oído hablar de esta tecnología antes. Y es que no fue hasta el pasado mes de enero cuando se finalizó y publicó la documentación relacionada con este nuevo protocolo. L4S viene del inglés “Low Latency, Low Loss, Scalable Throughput”, que básicamente significa “baja latencia, bajas pérdidas y rendimiento escalable”. La idea es poner solución de una vez por todas a algunos de los cuellos de botella que surgen en determinados elementos de la infraestructura que posibilita las conexiones a Internet para que la latencia sea aún menor.
¿Y para qué queremos una menor latencia si el Internet ya es lo suficientemente rápido? Bueno, esa es la gran mentira, ya que nunca llegaremos al punto en el que Internet sea lo suficientemente rápido para nosotros. Con el paso del tiempo, Internet se ha adaptado a nuestros hábitos de consumo, y en un contexto en el que en un hogar puede haber más de una docena de dispositivos conectados a Internet, siempre hay margen de mejora.
Obtener una latencia menor significará, por ejemplo, que las videollamadas dejen de entrecortarse, o que podamos jugar en línea o incluso a través de la nube, sin apenas notar el tiempo de respuesta entre que pulsamos un botón y hay una reacción en el juego. Además, llegará un momento en el que navegaremos por Internet sin apenas tiempos de carga gracias a la mejora de las latencias en las conexiones, y este nuevo estándar promete deshacerse de todos estos males.
¿Cómo funciona el protocolo L4S?
Aunque como con cada gran invento tecnológico, debemos prestar atención a los hechos y a lo que se espera que cambie en base a su funcionamiento. Es por ello que también te vamos a explicar cómo pretende este nuevo estándar hacer que la latencia de las conexiones sea menor. Para ello debemos entender el concepto de búfer.
En informática, un búfer de datos no es más que un espacio de memoria en el que se almacenan datos de forma temporal. El objetivo principal del búfer es que se garantice la correcta transferencia entre dispositivos, aplicaciones, programas, o en una comunicación con un servidor. Para ello, los datos se almacenan en un búfer mientras se transfiere la información.
En Internet, se trata de una técnica para evitar la sobrecarga entre la transferencia de datos y una forma de gestionar el tráfico entre las conexiones. Sin embargo, es precisamente en su concepto donde radica el hecho de que a veces los datos se procesen más lentamente, haciendo que se limite nuestra velocidad en Internet.
El ejemplo más claro lo tenemos cuando reproducimos un vídeo en YouTube o en cualquier otro servicio. Mientras reproducimos un vídeo, hay un búfer que va almacenando la información que se va a mostrar después para que no tengamos cortes en nuestra experiencia. Pero a veces, debido a ciertos cuellos de botella en nuestra conexión o dispositivo, no hay espacio suficiente en el búfer para cargar la información, y por tanto sufrimos interrupciones.
La sobrecarga del búfer es la principal causa de que la latencia y velocidad disminuya en nuestras tareas. Los datos que se almacenan en él se envían y reciben en forma de paquetes. Si éstos se envían demasiado rápido, estos paquetes pueden perderse en el proceso, de ahí a que el búfer los almacene antes de enviarlos. Sin embargo, nuestros hábitos de consumo han suscitado que estos paquetes cada vez sean más grandes, haciendo que los servicios deban de esperar más tiempo para que se complete la transferencia. La intención del L4S es evitar este problema.
Para reducir la latencia en estas situaciones, el protocolo L4S se encarga de disminuir el tiempo en el que los paquetes se mantienen en cola. Para ello informan a los sistemas a través de un indicador en cada paquete de datos para señalar si se ha experimentado congestión o no en el tráfico. En caso de que haya congestión, los dispositivos, aplicaciones y programas que dependan de la transferencia ajustan la velocidad para evitar el aumento de latencia en la conexión, lo que garantiza un flujo de datos constante y sin interrupciones.
Una tecnología que apunta a mejorar la velocidad en las tareas más exigentes
La idea es que esas decenas o cientos de milisegundos que se invierten en cada proceso de transferencia se transformen en una tasa de tan solo un dígito, lo que permitiría que las tareas más exigentes como reproducir una película en 4K u 8K, jugar a un videojuego en la nube o hacer una videollamada, se produzca sin esperas y sin cortes.
Aunque ya se han sentado las bases de este protocolo, parece que todavía queda un buen tiempo hasta que las principales compañías lo adopten. Sin embargo, ya sabemos que empresas como Apple, Google, Comcast, NVIDIA, Nokia, Valve y otras tantas, están invirtiendo grandes esfuerzos en actualizar su infraestructura ante este cambio.
Hay algunos routers que ya admiten esta tecnología, incluso Apple ha integrado la opción en las últimas versiones de iOS y macOS. Todo pinta a que L4S mejorará en gran medida nuestras conexiones a pesar de que la terminología y conceptos sean lo suficientemente técnicos como para que pase por alto o no sea tan atractivo a la práctica.
Imagen | Jordan Harrison
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