Si tienes un hogar inteligente, ya sabrás que el Wi-Fi es el santo grial de la conectividad. Sin embargo, no es la única: el Bluetooth, Zigbee o Z-Wave también tienen su cuota de mercado. Y hay una tecnología relativamente nueva que ha dado un paso de gigante esta semana: el Li-Fi o Light Fidelity ya es oficial, un estándar que promete una velocidad 100 veces superior a la del Wi-Fi y que es capaz de transmitir información a través de las bombillas LED. Si no tienes muy claro qué es el Li-Fi, cómo funciona y sus ventajas e inconvenientes, en este artículo te lo explicamos.
Qué es el Li-Fi
Como adelantábamos en la intro, bajo el término de Li-Fi se esconde su nombre al completo, Light Fidelity. Este concepto data de 2011, cuando el profesor Harald Haas se refirió a ella por vez primera en una conferencia TED, detallando que la luz sirve para el envío de datos como alternativa a las tecnologías inalámbricas tradicionales.
Así pues, para hacer uso de la tecnología Li-Fi se necesitan bombillas LED, pero no valen todas: han de integrar un controlador que les permita modular la intensidad de la luz a velocidades tan altas que el ojo humano es incapaz de percibir, de modo que ellas transmiten datos sin que tú te des cuenta (porque no notas el parpadeo).
Así, son precisamente estas variaciones en la intensidad de la luz las que transmiten los datos. Un fotoreceptor integrado en dispositivos (por ejemplo, un smartphone) detectará y decodificará estos patrones para permitir la conexión y transferencia.
Hace unos días el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) integró el estándar 802.11bb para las comunicaciones inalámbricas basadas en la luz, un paso adelante para su adopción en dispositivos conectados, una extensión para que el Wi-Fi que posibilitará el uso de la luz como si de una nueva banda de frecuencias se tratase.
Ventajas e inconvenientes del Li-Fi
Aunque como tecnología inalámbrica que es, se postula a ser la competencia del Wi-Fi, a la hora de la verdad se entiende más como una tecnología complementaria para reforzar la conexión allá donde la wireless fidelity flojea.
La primera gran ventaja del Li-Fi es que, como presentábamos al iniciar el artículo, su gran velocidad de transferencia de datos, multiplicando por 100 las cifras de las del Wi-Fi. Así, según las pruebas se han logrado velocidades de 224 Gbps aproximadamente. La clave está en que el espectro de luz visible es capaz de transmitir datos mucho más rápido que las señales de radio del Wi-Fi convencional. Además, tiene todo el ancho de banda disponible.
Otra ventaja importante es que la transferencia de datos sufre de menor latencia, esos retardos temporales que sufrimos entre la solicitud de una orden y que esta se lleve a cabo.
También destaca por su privacidad y seguridad a la hora de transferir información, ya que como la transmisión tiene lugar a través de la luz requiriendo que emisor y receptor "se vean" (que establezcan contacto visual), se minimiza la posibilidad de que alguien intente espiar las comunicaciones en las proximidades.
Los módulos para la transmisión y recepción de Li-Fi son extremadamente pequeños, lo que posibilita su integración en prácticamente todo tipo de equipos.
Que para que dos dispositivos se conecten mediante Li-Fi sea necesario que se vean es una virtud y al mismo tiempo un hándicap, ya que implica que han de estar próximos, que cualquier intercepción física cortará la conexión y que por tanto, no puede atravesar obstáculos, paredes o techos. Estamos ante una tecnología de corto alcance (4 - 5 metros) inferior a la del Bluetooth
Asimismo, el Li-Fi no funciona en exteriores por culpa de las interferencias provocadas por la luz solar. La idea es el uso del Li-Fi como estándar de comunicación en lugares como oficinas.
En Xataka Home | LiFi sigue dando pasitos hacia las comunicaciones por luz visible en casa, pero más despacio de lo que nos gustaría
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