No eres solo tú: media España está resfriada o en el baño. Así de fácil es acabar con los estornudos en casa

  • Todas estas medidas están encaminadas a limpiar el aire interior de casa, acabando con patógenos, alérgenos y todo tipo de partículas perjudiciales

  • Se pueden aplicar trucos caseros y medidas que ya ponían en práctica las abuelas, pero también aprovechar los beneficios de la tecnología

  • Además, hay que cuidar la limpieza e higiene en determinadas zonas

Gran parte de España ha comenzado el año con resfriados o problemas estomacales, debido a la propagación de virus que se transmiten por contacto y por el aire. En este caso, nos centraremos en los virus que se dispersan por vía aérea, ya que, con medidas simples, es posible reducir su presencia en casa.

El incremento de contagios se debe, en gran parte, a las reuniones familiares y de amigos durante las fiestas. Cenas, abrazos, celebraciones y momentos de alegría han favorecido la propagación de los virus. Ahora, con la llegada de la temporada de gripe, es fundamental implementar estas recomendaciones para eliminar los virus del ambiente en el hogar.

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Mantener un ambiente limpio y saludable en casa es fundamental para reducir la presencia de virus en el aire y prevenir resfriados. A continuación, te ofrecemos una guía completa con los mejores consejos para mejorar la calidad del aire y proteger tu salud.

Mejora la ventilación

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Lo primero que podemos hacer es recurrir a un método que las abuelas ya practicaban: ventilar la casa. Se trata de una técnica clásica, pero sumamente efectiva, que consiste en abrir las ventanas durante un tiempo adecuado para renovar y limpiar el aire interior.

Una ventilación adecuada es fundamental para reemplazar el aire cargado y viciado y reducir la concentración de virus en espacios cerrados. Siempre que sea posible, realiza una ventilación cruzada abriendo ventanas en extremos opuestos de la casa, lo que genera una corriente de aire que arrastra las partículas en suspensión.

La ventilación rápida de 10-15 minutos suele ser la más eficiente, especialmente si se combinan varias ventanas y puertas abiertas para facilitar el flujo de aire. Si deseas acelerar el proceso, puedes utilizar ventiladores que impulsen la circulación, reduciendo así el tiempo necesario para ventilar, aunque esto implica un ligero consumo de electricidad.

Pero en invierno, es posible que las bajas temperaturas o condiciones climáticas adversas dificulten la ventilación natural. En este caso, una solución práctica es instalar un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor (VMC), que permite renovar el aire de forma continua sin grandes pérdidas de energía. Este es el segundo consejo.

Ventilar usando la tecnología

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Un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor (VMC) renueva de forma continua el aire de una vivienda mientras recupera parte del calor del aire extraído, minimizando así las pérdidas energéticas. Es especialmente efectivo durante el invierno, ya que elimina el aire viciado sin desperdiciar el aire previamente climatizado, reduciendo el consumo energético y manteniendo una temperatura confortable en el hogar.

Al igual que la ventilación natural, este sistema expulsa el aire cargado que tiende a acumularse en diferentes áreas de la casa y que, de no renovarse, seguiríamos respirando constantemente. Su objetivo principal es reducir los niveles de CO₂ y renovar el ambiente, eliminando partículas y sustancias que puedan ser molestas o perjudiciales para la salud.

Tanto ventilando la vivienda de forma tradicional como utilizando un sistema de ventilación con recuperación de calor, se puede disminuir la acumulación de polvo, ácaros y otros microorganismos como bacterias y virus presentes en el aire. Además, ambos métodos ayudan a mantener una humedad relativa adecuada en el interior del hogar.

Controlar la humedad

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Otra forma por medio de la cual podemos lograr un aire respirable más sano pasa por regular la humedad relativa del aire dentro de casa. El valor ideal debería oscilar entre el 40 y 50%.

Si la humedad relativa desciende por debajo del 40%, pueden surgir molestias como sequedad en las mucosas. Por otro lado, si se mantiene por encima del 50% de forma constante, es probable que aparezcan problemas de condensación y moho en superficies como ventanas y puertas.

Y dado que estamos en invierno, una muy buena idea pasa por usar un humidificador para aumentar la humedad. Muchos de estos aparatos tienen sistemas que detectan el grado de humedad en el ambiente y cuentan con filtros que acaban con las impurezas del aire y además las pueden eliminar usando otras tecnologías como los rayos UV-C que pueden acabar con el 99,9% de las bacterias.

Dicho esto, es muy importante una cosa: limpiarlo regularmente para evitar que se convierta en un foco de moho o bacterias. Ten en cuenta además que si vives en una zona húmeda, un deshumidificador puede ser útil para evitar la proliferación de microorganismos nocivos.

Usando un purificador

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Un purificador de aire es una herramienta altamente efectiva para mejorar la calidad del aire en el hogar, ya que elimina contaminantes como polvo, polen, ácaros, bacterias y virus. Estos dispositivos funcionan utilizando tecnologías avanzadas, como filtros HEPA, que capturan partículas microscópicas, o sistemas de ionización y luz ultravioleta (UV-C), que desactivan microorganismos. Su uso es particularmente beneficioso para personas con alergias, asma o sensibilidad a contaminantes, ya que contribuyen a mantener un entorno más saludable y confortable.

Además de eliminar alérgenos y patógenos, los purificadores son eficaces para reducir olores desagradables y partículas volátiles liberadas por productos químicos o materiales de construcción. Para maximizar su eficacia, es importante ubicarlos en las áreas más frecuentadas, como dormitorios o salones, y asegurarse de que tengan la capacidad adecuada para el tamaño del espacio. Con un mantenimiento periódico, como la limpieza y sustitución de filtros, los purificadores pueden ser una solución práctica y eficiente para mantener el aire interior limpio, promoviendo así el bienestar general en el hogar.

Mantenimiento de los sistemas de climatización

Es igualmente esencial llevar a cabo un mantenimiento adecuado de los sistemas de climatización, como aires acondicionados y bombas de calor. Estos dispositivos pueden acumular partículas y patógenos en sus conductos si no se limpian con regularidad, lo que podría afectar tanto su funcionamiento como la calidad del aire en el hogar.

Por ello, es fundamental realizar tareas de mantenimiento periódico, que incluyan la limpieza o el reemplazo de los filtros según sea necesario. Si estás considerando adquirir un sistema de climatización, opta por modelos equipados con filtros de alta eficiencia (MERV 13 o superior), ya que estos ayudan a mejorar significativamente la calidad del aire que circula en tu vivienda, contribuyendo a un ambiente más limpio y saludable.

Usar plantas purificadoras de aire

Foto de Faraz Ahmad

Una excelente forma de aprovechar el poder de la naturaleza es incorporar plantas como aliadas para mejorar la calidad del aire en el hogar. Algunas especies tienen la capacidad de purificar el aire, eliminando contaminantes y creando un ambiente más saludable.

Entre las plantas más efectivas para este propósito se encuentran el pothos, la palmera de bambú, la sansevieria, la palma areca, el espatifilo, las cintas, la hiedra y el lirio de la paz. Estas especies no solo filtran contaminantes, sino que también aportan frescura y mejoran la estética del hogar. Para maximizar su eficacia, es importante mantener sus hojas limpias y libres de polvo, lo que potencia su capacidad para purificar el aire.

Minimiza los contaminantes interiores

Foto de Curtis Adams

Es igualmente crucial minimizar las fuentes de contaminación en el hogar, como el humo del tabaco, las velas perfumadas, el incienso o el uso excesivo de productos químicos agresivos. Estos elementos liberan partículas y compuestos nocivos en el aire que pueden empeorar los problemas respiratorios, especialmente en personas sensibles como niños, ancianos o aquellos con afecciones preexistentes.

Además, estas fuentes de contaminación contribuyen a la acumulación de sustancias irritantes en el ambiente, lo que no solo disminuye la calidad del aire interior, sino que también puede facilitar la propagación de virus y bacterias al debilitar las defensas naturales de las vías respiratorias. Para mantener un entorno saludable, prioriza alternativas menos contaminantes, como velas de cera natural, productos de limpieza ecológicos y ambientes libres de humo. Una buena ventilación complementará estas medidas, ayudando a renovar el aire y a eliminar posibles contaminantes acumulados.

Limpieza regular

Foto de Matilda Wormwood

Finalmente, algo que debes cuidar es la limpieza del hogar, especialmente en aquellas superficies en las que el el polvo se suele acumular más fácilmente, como estanterías, mesas, encimeras... y además cuidar la higiene en superficies de alto contacto como pueden ser pomos de puertas, interruptores...

Todo esto es fundamental para minimizar la transferencia de patógenos. Para lograr una higiene adecuada, puedes usar remedios caseros o productos desinfectantes que sean efectivos contra virus y tener la precaución de realizar esta limpieza de manera habitual. Es importante complementar esta práctica con un lavado frecuente de manos y evita tocarte la cara para reducir el riesgo de dispersión de virus en el aire.

Foto de portada | Cottonbro Studio

En Xataka SmartHome | Aire acondicionado y purificadores domésticos: así pueden ayudar a mantener a raya los virus y bacterias dentro de casa

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