La tele salió al mercado con Android 10 y tras dos años aún no ha cambiado de versión de SO mientras Android 14 ya está aquí
Mi tele Sony A95K ha sido una de las mejores compras que he realizado. Una Smart TV muy top que pude adquirir a un fantástico precio gracias a una oferta. Y dicho todo esto, tengo una cosa clara: no volvería a gastarme el dinero en otra compra similar.
Puede que suene un tanto ilógico, pero para mi no es más que el síntoma de una problemática clásica (y en Android atemporal). Un error de base que afecta a los dispositivos que tienen Android TV (en este caso Google TV) cómo sistema operativo. Un problema que en los teléfonos top se ha superado, pero que sigue presente en muchos otros ecosistemas. Y en las teles, sobre todo en las de gama alta, es sangrante.
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Abandonada a su suerte
Compré una tele no sólo por el sistema operativo, que también, sino por su calidad de imagen y sonido. Además el ser de una marca consolidada hizo el resto. Motivos más que suficientes para pagar la cantidad de dinero que cuesta. Pero con el paso del tiempo he comenzado a usar dos dispositivos más que nunca: el Apple TV y el Chromecast.
Pero vamos al grano. Esta tele me llegó con Android 10 como la base de Google TV. Eso allá por 2022, cuando salió al mercado, un momento en el que Android 12 ya estaba en la calle. De entrada nació con un sistema operativo algo anticuado pero tenía la esperanza que actualizara.
Y pasados dos años nada de eso ha ocurrido. Sí, ha recibido actualizaciones periódicas, unas dos por año (la última el 26 de mayo) pero todas ellas se limitaban a añadir mejoras de funcionamiento y subsanar errores junto con la actualización del parche de seguridad, pero nada más.
Dicho esto voy a hacer un inciso. Con la última actualización de hace unos días, la la versión del parche de seguridad que ha llegado es la de marzo de 2024 (ya en junio) mientras que en teléfonos con Android como algunos Samsung, cada mes actualizan con el parche de seguridad del mes en curso. Sony cero, mi teléfono móvil uno.
Es un problema que ya estaba con Android TV. Los fabricantes lanzan productos que en mucha ocasiones luego dejan a un lado. Soporte postventa casi nulo en cuanto a actualizaciones. Prefieren centrase en otros nuevos pero ojo, en los que tampoco vuelcan las últimas versiones de Android.
Mientras... Android 14
Android 14 ya es una realidad, pero pocos fabricante se afanan por actualizar sus televisores... y da igual que sean más básicos o más exclusivos. Lo cierto es que muchos se quedan en la versión del sistema operativo con el que salen de fábrica. Aquí no se trata solo de corregir errores o mejoras de funcionamiento con una actualización disponible. Es tener soporte a largo plazo para un producto que debe durarnos varios años.
A lo que me refiero es que tras realizar una compra un desembolso importante por un producto que normalmente permanece con nosotros varios años, el usuario se puede llegar a encontrar con una situación en la que una aplicación deja de funcionar porque requiere una versión en concreto. De hecho, es algo que hace un tiempo me ocurrió en una consulta con Disney+ y su soporte. Me llamó la atención que me dijesen que mi tele tenía un SO antiguo (Android 10) y que por eso quizás fallaba.
Pero ojo, porque ahí no acaba la cosa. No es solo que no se actualice a la úñtima versión de Android o a otra más reciente. Manteniendo la que tiene, Android 10, he llegado a recibir bloatware en una actualización de las periódicas (como se suele decir, tarde y mal).
Lo cierto es que no es sólo que un dispositivo no esté al día. Un hecho que además no es exclusivo de los televisores (ahí está el Chromecast y lo que le cuesta Google mantenerlo al día) y se aprecia en otros dispositivos.
Las ventajas de estar actualizado
No es sólo ver un número más en la versión de Android de turno. Contar con la última versión del sistema operativo supone una serie de beneficios y ventajas importantes tanto a nivel de seguridad como de funcionalidad y rendimiento
Además de una seguridad mejorada, pues las últimas versiones suelen incluir parches y actualizaciones para vulnerabilidades recientes. Esto, además de proteger el sistema contra malware, virus y otras amenazas, hace que se implementen protocolos de seguridad más avanzados y eficientes.
Un sistema operativo actualizado ofrece acceso a nuevas funcionalidades. Cada nueva versión suele introducir características y herramientas nuevas que pueden mejorar la experiencia del usuario y además, suele ser compatible con las tecnologías más recientes, incluyendo hardware y software.
Eso por no hablar que las actualizaciones suelen incluir optimizaciones que mejoran el rendimiento del sistema, haciéndolo más rápido y eficiente (pueden usar de forma más eficiente de la memoria y la batería). Además, muchas aplicaciones y programas requieren la última versión del sistema operativo para funcionar correctamente, y aunque en el caso de las teles hay margen de unos años para darles soporte, ya hemos visto como hay ejemplos (hola Sony y Netflix) que tras unos años, dejan de dar cobertura.
Ante esta situación, cada vez son más los usuarios que optan por mejorar un televisor comprando un dispositivo extra pero mucho más barato. Un Chromecast o un Fire TV son una opción económica e interesante para tener un televisor a la última. Y en caso de que queden antiguos, la inversión efectuada habrá sido mucho menor.
Mi elección, el Apple TV
Dicho todo esto, tengo que reconocer que de un tiempo a esta parte, uso más que nunca el Chromecast, pero sobre todo el Apple TV. Muchos pueden pensar si tiene sentido un aparato como estos frente a una Smart TV. Es cuestión de gustos, pero encuentro que ofrecen bastantes ventajas a medio y largo plazo y que en general, el "aparato" de Apple sale siempre ganador.
En lo que al Chromecast se refiere, aunque la interfaz difiere poco de la que tiene el televisor con Google TV, no me preocupa que pueda quedarse sin soporte o anticuado con el tiempo. En el peor de los casos llegará el momento de gastarse el dinero y comprar otro Chromecast, pero mucho menos de lo que cuesta una tele top. Y si no, en otra escala superior está la opción Apple.
Por qué me he enamorado del Apple TV
Por un lado la interfaz de usuario funciona de forma más ágil y aunque Google TV en mi tele va bien (por ahora, porque pasará el tiempo y se volverá lento), en el Apple va todo aún mejor y moverse por los menús y abrir aplicaciones es una gozada por su agilidad.
Además no sólo las aplicaciones reciben actualizaciones más frecuentes, sino que me aseguro que el dispositivo funcionará mejor durante más tiempo gracias al soporte de la empresa. Ahora mismo recibo las actualizaciones al mismo ritmo que el iPhone.
Elegir el Apple TV no sólo está relacionado por ser usuario de Apple (también tengo un Android) pero no se puede negar que todo se integra mejor con sus otros dispositivos. Puedo decir que encuentro que, pese a tener una tele buena, el Apple TV brinda mejor calidad de sonido e imagen.
Por eso viendo todo esto tengo claro que quizás la mejor combinación sería una tele con un buen panel y olvidarse del sistema operativo. Seguro que quedará anticuado y con lag pasado un tiempo. Lo que tengo claro es que es más interesante, al menos desde mi punto de vista apostar por una opción mucho más económica.
En Xataka SmartHome | Mi Smart TV no me dejaba actualizar las aplicaciones. Así encontré la causa y esta fue la solución
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