No hace falta abrir paredes: estos son todos los viejos conductos de casa que puedes usar para cablear si el WiFi te va mal

En la mayoría de viviendas contamos con diferentes tubos y cableado ya instalado que puede usarse para montar una red local de alta velocidad

Contar con una buena conexión a Internet en toda la vivienda es imprescindible hoy en día, no solo para conectar nuestros ordenadores personales, sino para poder disfrutar de otros equipos como televisores inteligentes con acceso a servicios online, consolas, reproductores multimedia, equipos de sonido, dispositivos inteligentes, etc.

Lo más rápido y cómodo para llegar a todos los rincones del hogar es utilizar WiFi, pero si la cobertura no llega bien a las zonas más alejadas y no queremos andar instalando más amplificadores, extensores, puntos de acceso o redes Mesh, entonces tenemos que ir a por una solución cableada.

En estos casos lo ideal sería poder contar con una instalación de cable de red Ethernet ya hecha que vaya desde el lugar donde tenemos el router hasta las diferentes habitaciones. Sin embargo, aunque es algo que se da cada vez con más frecuencia en viviendas de nueva construcción, en las antiguas es difícil encontrar algo así.

Y hacerlo no es que sea demasiado complejo, pero sí requiere de unos mínimos conocimientos y además tenemos que contar en casa con ciertos recursos, como por ejemplo canalizaciones dedicadas que conecten las habitaciones, algo que tampoco suele ser habitual. ¿Qué otras opciones tenemos?

Tubos corrugados de la electricidad

La opción más inmediata que nos viene a la mente pueden ser los clásicos tubos corrugados de la instalación eléctrica que todas las viviendas tienen ocultos en el interior de sus paredes.

Son unos tubos en general de color negro por cuyo interior van los cables eléctricos hasta las distintas zonas de distribución y recorren toda la casa centralizándose finalmente en el cuadro eléctrico. ¿Cómo los puedo usar?

Pues en general el problema con estos tubos es que su interior suele estar saturado de cables y no siempre hay espacio para poder pasar un cable Ethernet convencional. Y no solo el propio cable que es relativamente delgado, sino el cabezal del conector que es más grueso, aunque en este caso siempre tenemos la opción de comprar los cables sin los conectores finales y ponerlos nosotros.

Además está el asunto de las posibles interferencias electromagnéticas, ya que si usamos un cable Ethernet pegado a los cables eléctricos necesitaremos contar con un mejor aislamiento, lo que engordará el cable y lo hará más difícil de pasar.

¿Alguna otra opción? Pues lo que si podemos hacer es utilizar estos tubos corrugados de la electricidad para crear una red basada en fibra óptica de plástico. Es un cable extremadamente delgado, pues no pasa de los 2,2 milímetros. Además es muy flexible, lo que hace que se pueda usar sin problema en instalaciones donde los tubos son antiguos y cuentan con ángulos cerrados (tiene radio de curvatura de hasta 20 milímetros).

En general no hay pérdidas de transmisión para instalaciones de unas decenas de metros y tampoco le afectan las interferencias electromagnéticas de los cables eléctricos, por lo que al igual que en el caso de los cables Ethernet nos permite aprovechar todo el ancho de banda que tenemos contratado con independencia del punto de la casa en el que efectuemos la conexión.

Como inconvenientes nos encontramos que es menos resistente a altas temperaturas que los cables convencionales, a fuentes de luz infrarroja o a entornos húmedos. Además, el coste de los kits de esta fibra con varios adaptadores es elevado, y si queremos cablear con este sistema toda la casa el importe a pagar puede rondar el rango de los 400 a 1000 euros.

Usando el cable de antena de TV

Otra opción interesante para llevar Internet a las habitaciones pasa por aprovechar las instalaciones ya existentes de cables coaxiales usados habitualmente para llevar la señal de TV, que contarán con sus propios conductos y rozas ya hechos en la vivienda.

La idea no es pasar otro cable de red por dichos conductos, sino transformar al cable de antena que ya tenemos en una conexión de red. Para ello podemos usar los conocidos como adaptadores coaxiales-Ethernet, que son como una especie de extensor Ethernet punto a punto que llega a diferentes habitaciones.

Suelen ser equipos pequeños, con forma de "caja negra" que podemos colocar en casi cualquier parte, incluso colgados de la pared, y prácticamente no ofrecen opciones de configuración o gestión. Simplemente se conectan, enchufan y listo, deberían empezar a realizar su función.

En general, los adaptadores cuentan con una o varias tomas para cable coaxial a la que deberemos conectar las terminaciones de las tomas de la pared que ya tengamos en casa, y también tienen una entrada Ethernet que deberá ir al router o al equipo que queramos conectar (por ejemplo un PC  o un televisor), así como una toma de alimentación que conectaremos a un enchufe.

Su principal ventaja es la sencillez de instalación y uso.  Basta con sacarlos de la caja, conectarlos en las habitaciones donde queramos llevar la red Ethernet y ya está, poco más hay que hacer.  Además, los modelos más modernos y potentes cuentan con una gran  velocidad de transmisión de datos de hasta 2,5 Gbps, por lo que podemos usarlos para cualquier actividad que nos propongamos realizar en red.

Como inconveniente nos encontramos con que no todas las viviendas están preparadas para que funcionen correctamente, ya que necesitamos un cableado directo, punto a punto, entre los dos extremos de la red que vamos a crear. Si hay divisores de señal, amplificadores y similares, algo muy típico para llevar la señal de TV a distintas zonas de la casa, puede que el rendimiento descienda considerablemente o que directamente no podamos establecer la red Ethernet.

Viejos cables del teléfono fijo

Imagen: Adria Berrocal Forcada

Otra de las opciones que tenemos en las viviendas más antiguas pasa por aprovechar el espacio que han dejado los clásicos cables de teléfono fijo que la mayoría teníamos en casa.

Por ejemplo, hace años resultaba habitual que la compañía telefónica nos instalase una toma principal en el salón o en la entrada de la vivienda y luego, mediante una distribución por tubos corrugados o directamente con el cable visto pegado o grapado en la pared se llevase hasta las diferentes habitaciones para tener un teléfono supletorio.

Hoy en día los teléfonos fijos ya no suelen usarse tanto y la mayoría de operadoras ofrecen el servicio a través de las redes de fibra óptica o coaxial, por lo que el clásico par de cobre que teníamos desplegado en casa ya no sirve para nada.

¿Cómo podemos aprovecharlo? Pues si contábamos con una instalación con su propia canalización ya hecha en casa podemos tratar de reutilizar los tubos que ya están en las paredes para pasar un cable Ethernet o de fibra óptica como comentábamos antes.

En el caso de que no tengamos estas canalizaciones pero sí dispongamos del clásico cable de teléfono que va pegado a la pared por fuera, también podemos quitarlo y sustituirlo por uno de fibra óptica que pase por los mismo lugares que el de cobre, aprovechando los posibles taladros que haya ya hechos en los muros para pasar de una habitación a otra.

Imagen portada | 2H Media

En Xataka Smart Home | Quiero mejorar la conexión dentro de  casa sin usar WiFi, PLC ni cable Ethernet: así puedes hacerlo gracias a  la fibra óptica de plástico

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