No todas las bombillas LED son iguales: cinco aspectos clave en los que fijarse al comprar una para casa

Cada bombilla LED es un mundo, pero estas son las especificaciones básicas que conviene tener en cuenta

A la hora de actualizar los dispositivos de iluminación de casa como lámparas y bombillas tenemos hoy en día multitud de opciones, tanto convencionales como inteligentes, aunque en ambos casos hay una serie de características técnicas que conviene conocer antes de ir a la tienda.

Y es que, no todas las bombillas LED son iguales, existiendo una serie de aspectos clave fundamentales que es necesario conocer a la hora de comprar un modelo concreto para que resulte adecuado para nuestra vivienda y el uso que queremos darle.

Tipo de casquillo

Imagen: Amazon

En primer lugar debemos conocer el tipo de casquillo que utilizará nuestra bombilla. Es la parte cilíndrica que va unida a ella y encajada dentro del portalámparas. Las conexiones integradas en él pueden ser metálicas o de un material conductor que permita el paso de la electricidad, mientras que el exterior es generalmente de plástico o cerámico.

A la hora sustituir una antigua bombilla incandescente o de bajo consumo por un nuevo modelo LED, hay que fijarse en el tipo de casquillo que tenemos en casa, siendo los más habituales los denominados E27, E14, GU10 y MR16.

  • Casquillo E27: Es el más tradicional y de los más utilizados, con rosca tipo Edison de tamaño grueso y a él se pueden conectar bombillas de bajo consumo, halógenas y LED.
  • Casquillo E14: Es también con rosca tipo Edison pero de menor tamaño que el anterior. Es muy común en lámparas de araña u otras con  bombillas tipo vela. Las bombillas que se pueden conectar a este casquillo pueden ser de bajo consumo, halógenas y LED.
  • Casquillo GU10: Es de dos pines y se acopla mediante clemas al portalámparas. Su principal característica es que estos casquillos tienen el final del borne más grueso, de forma que para insertar la bombilla en el casquillo hay que hacerlo mediante un pequeño giro a la derecha.
  • Casquillo MR16: Los pines están a una distancia de 5,3 mm de distancia y suele incluir un transformador de 12 voltios para que sea compatible con las bombillas LED. Se acopla mediante presión introduciendo las patillas finas en el casquillo tipo clema del portalámparas.

Temperatura de color de la luz

Una vez que ya sabemos qué tipo de casquillo tiene nuestra lámpara conviene fijarse en la temperatura de color que queremos para nuestra luz, un factor que se mide en grados Kelvin o "K". El rango va desde los 1500 Kelvins para las temperaturas de luz más cálidas hasta los 9000 Kelvins para blancos naturales.

Imagen: Amazon
  • Por ejemplo, si elegimos una bombilla de entre 1500 y 3000 K tendremos una luz amarilla similar a la de las bombillas incandescentes tradicionales.
  • Si compramos una bombilla con una temperatura de color de entre  los 3000 y  5500 K tendremos una iluminación con un blanco neutro muy similar al de las bombillas de bajo consumo.
  • Si preferimos una luz más natural parecida a la presente en  exteriores por el sol, entonces debemos optar por una bombilla con una  temperatura superior a los 5500 K.

Ángulo de iluminación del haz de luz

El siguiente factor a tener en cuenta es el relacionado con el ángulo de emisión de luz, también llamado ángulo sólido. Es el ángulo del cono de luz que producirá la bombilla, estando indicado en grados.

Las de tipo LED son bombillas que suelen emitir un haz de luz más direccional que las incandescentes clásicas, por lo que tienen un ángulo de iluminación menor.

Si queremos una luz de tipo focalizada e intensa es mejor elegir una bombilla LED con un ángulo solido pequeño. Si por el contrario preferimos una luz más ambiental y generalizada, tendremos que buscar una bombilla con ángulos de emisión grandes.

Potencia de las bombillas LED

Imagen: José Antonio Carmona

Al hablar de potencia de una bombilla LED varios son los aspectos que conviene tener en cuenta. Para empezar, la cantidad de luz emitida por la bombilla, que se mide en lúmenes (lm) y está directamente relacionada con su potencia eléctrica consumida medida en vatios (W).

La relación entre ambos valores nos da el término de eficiencia lúmen/vatio,  valor que por regla general suele estar alrededor de los 60 Lm/w, aunque hay muy diferentes niveles de eficiencia que dependen de cada modelo concreto, por lo que conviene fijarse en alguna tabla de valores equivalentes dada por el fabricante para conocer cómo se comporta nuestra bombilla en relación a otras tecnologías como la incandescente o la de bajo consumo.

Como podemos observar en la tabla, sustituir una bombilla tradicional por LED nos permite obtener la misma cantidad de luz utilizando muchos menos vatios de potencia eléctrica, lo que redundará en una notable reducción del consumo energético del hogar a final de mes.

Tiempo de vida útil

Otro de los factores importantes que conviene conocer es el relacionado con la vida útil de la bombilla LED, dato que en general irá de la mano del precio que tendrá cada modelo en concreto. Por ello en ocasiones hay ofertas aparentemente muy atractivas pero que ocultan bombillas menos duraderas.

Los fabricantes suelen expresar este valor de diferentes formas. Por ejemplo, indicando el número de horas de vida, valor que indica la cantidad de horas que la bombilla LED funcionará de manera correcta.

También nos pueden dar el número de ciclos de encendido, valor que se refiere al número veces que podemos encender o apagar la bombilla sin que se estropee. O bien el tiempo de encendido, valor que hace referencia al periodo que transcurre hasta que la bombilla alcanza el 60% de su luminosidad.

Imagen portada | José Antonio Carmona

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