El precio de la electricidad continúa encabezando los primeros puestos de las preocupaciones de los hogares españoles, a pesar de las distintas medidas para abaratar su coste, como el tope al gas o los famosos tramos horarios establecidos el pasado verano que como hemos visto no siempre funcionan como esperábamos.
De ahí que muchos de nosotros estemos pendientes diariamente de los precios de la luz para el mercado doméstico como una fórmula eficaz para rebajar nuestra factura a final de mes, datos que como ya comentamos en su día es sencillo conocer consultando estas fuentes online ya sea desde un navegador o con aplicaciones dedicadas.
En las últimas semanas, a medida que entraba el otoño y el frío se instalaba en la Península obligándonos a hacer uso de los sistemas de calefacción que requieren de electricidad o gas para funcionar, los precios de la electricidad para nuestros hogares en lugar de subir han ido abaratándose, incluso con niveles inferiores a los que hemos ido teniendo durante la primavera y el verano.
Por ejemplo, según recoge un reciente estudio de la OCU, la factura del mes de noviembre para un hogar medio en España sujeto a la tarifa regulada PVPC cerró con un precio de 72,39 euros, cifra que supone un descenso del 15% con respecto a los 85,63 euros del mes de octubre y lejos de los 130,99 euros que tuvimos que pagar de media en agosto.
Vientos de cambio para la generación eléctrica
¿Cómo es posible que con tanto día de lluvia completamente nublado donde el sol prácticamente ni aparece, y por tanto la producción fotovoltaica es casi nula, y con tanto encendido de las calefacciones eléctricas y de gas se reduzca el precio de la luz?
La respuesta es relativamente sencilla: en España estamos aprovechando a fondo la enorme cantidad de vientos que temporal tras temporal están azotando nuestro territorio. Las tormentas y borrascas que han ido sucediéndose desde mediados de noviembre han dejado no solo lluvias, sino también un recurso eólico casi inagotable que ha hecho de este sistema limpio y ecológico el principal para la creación de electricidad en la Península.
Para hacernos una idea de la importancia en la mezcla energética de la energía eólica podemos consultar la página web del OMIE, Operador del Mercado Ibérico de Energía, donde hay una sección específica que nos indica cómo se reparte la producción de la energía cada día y cada hora en nuestro país.
Como podemos ver en la siguiente gráfica, correspondiente a los datos del mes de diciembre de 2022, la importancia de la energía eólica ha sido muy superior al resto de tecnologías juntas, superando con creces al uso del gas y por supuesto a la energía solar.
Por ejemplo, el día 12 de diciembre, periodo donde la generación eólica fue la más importante de lo que llevamos de mes, tenemos una producción de 36.720 MWh con carbón, 169.641 MWh con centrales nucleares, 99.659 MWh con hidraúlica, unos modestos 24.501 MWh con ciclo combinado (gas), unos escasos 1.032 MWh con fuentes fotovoltaicas y unos extraordinarios 353.577 MWh con energía eólica.
Además, a medida que las lluvias van llenado los embalses es posible ir generando cada vez más electricidad desde las fuentes hidroeléctricas, algo que también va reflejándose progresivamente durante estos primeros días de diciembre en los datos de la siguiente tabla:
En conclusión, la llegada incesante de borrascas y frentes de lluvia con tormentas y viento está consiguiendo que el precio de electricidad baje por fin después de casi un año de incesantes subidas donde prácticamente ninguna medida parecía ser capaz de frenar el encarecimiento de nuestras facturas.
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