Llega el momento de mirar atrás y recordar una de las tecnologías que, si ya tienes unos años, seguro que recuerdas con nostalgia. Eran los albores de la época dorada de los vídeoclubs cuando un sistema, quería hacerse un hueco en nuestros hogares. Era el sistema Betamax, impulsado por Sony, que quería democratizar el vídeo en casa.
Corría el año 1975. La televisión era el centro del entretenimiento familiar, pero sin que existieran la cantidad de cadenas que tenemos hoy día y cuando los servicios en streaming no eran más que una fantasía. Llegaban los sistemas de vídeo doméstico y Betamax fue un adelantado. Esta es la historia de su auge y su caída.
Betamax, un adelantado a su época
Imagen | Makelessnoise en Flickr
Fue justo antes de la década de los 80. Sony fue una empresa puntera que presentó formatos icónicos como el Walkman y otros no tanto como el MiniDisc (aunque era muy bueno) y junto a estos, el 10 de mayo, Sony presentó el sistema Betamax.
Betamax fue un formato de grabación de video analógico desarrollado por Sony en la década de 1970. Fue lanzado al mercado en 1975 como una tecnología para grabar y reproducir programas de televisión y películas en cintas magnéticas. Betamax competía directamente con otro formato de videocasete analógico llamado VHS (Video Home System), desarrollado por JVC un año más tarde (en 1976) y este fue el responsable de su caída o uno de ellos.
No metemos en esta ecuación a la tercera opción de mercado. Video 2000, también conocido como V2000, era el otro sistema de grabación de vídeo analógico de la época. Fue desarrollado por la compañía holandesa Philips y lanzado al mercado en 1979 como una alternativa al formato Betamax de Sony y al formato VHS de JVC. Video 2000 fue diseñado para competir en el mercado de grabación de video doméstico, que estaba en auge en ese momento... pero fue el que menos triunfó de los tres.
La llegada de un sistema que permitía grabar programas de televisión para verlos más tarde, aunque en pleno 2024 pueda sonar a chiste, fue toda una revolución. En los comercios se vendían cintas vírgenes con distintos metrajes (40 o 60 minutos) que hacían de Betamax un sistema asequible... más o menos.
Y es que los primeros grabadores tenían un precio a todas luces alto. Recuerdo que en casa, dónde optamos por VHS, el precio de un aparato de ese tipo hacía que las familias valorarán mucho su compra. Pero no sólo era el precio. Seguro que has escuchado la relación porno y Betamax.
Sony, la dueña de Betamax, no quiso que las grandes distribuidoras comercializasen pornografía con su sistema. Betamax, al igual que JVC un año más tarde (en 1976), llegaron en la época dora del porno y esta decisión pudo provocar que muchos usuarios del contenido para adultos optaran por el formato de JVC.
Y eso pese a que el sistema de Sony se presuponía que era mejor. La principal característica de Betamax era su calidad de imagen superior en comparación con VHS, y el porno fue quizás una de las limitaciones, pero no la única, que eventualmente llevaron a su declive en el mercado de consumo.
Además, estaba de por medio el tema de derechos de autor, como los que le reclamó a Sony la industria audiovisual, en concreto Universal, que presentó una denuncia alegando violación de derechos de autor, un conflicto que Sony no ganó hasta 1984.
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Otro de los factores críticos fue la duración limitada de las cintas Betamax, inicialmente diseñadas para una hora de grabación, mientras que VHS permitía grabaciones más extensas. Había cintas vírgenes de VHS de hasta 240 minutos. Sony tardó en igualar esta característica en las cintas de su sistema y eso le pasó factura.
Aunque Betamax no logró prevalecer en el mercado doméstico de grabación de video, se utilizó durante muchas décadas en entornos profesionales, como la producción y la edición de video. Sin embargo, en 2016, Sony anunció oficialmente el cese de la fabricación de cintas Betamax, marcando el fin de este formato en todas sus aplicaciones.
Sony terminó adoptando VHS, el formato impulsado por JVC y fue uno de los principales fabricantes de vídeos VHS del mercado, siendo el mercado japonés el país en el que Betamax resistió durante más tiempo.
A pesar de su fracaso en el mercado de consumo, Betamax es recordado como uno de los primeros formatos de videocasete y un protagonista en la "guerra de formatos" que tuvo lugar en las décadas de 1970 y 1980.
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