Fue con la llegada del contenido en ultra alta definición (UHD) cuando la industria del entretenimiento encontró que era necesario modificar el soporte en el se comercializaba el contenido que llegaba a nuestra casa: las películas y videojuegos se encontraban con un cuello de botella y la resolución HD comenzaba a quedar al margen al ver aparecer cambios en el horizonte.
El vetusto VHS había dado paso al DVD que era bastante para esos 720x480 píxeles en NTSC o 720x576 en PAL, pero que ahora quedaba corto. Y dada esta escasez, llegaba el momento de dar el salto. Fue entonces cuando dos propuestas llegaron al mercado: HD-DVD y Blu-Ray y comenzó una batalla en la industria. Pero lo mismo que pasó con otras tecnologías que pasaron a mejor vida, con el HD-DVD también volvió a repetirse la historia. Una caída en el olvido que vino motivada por una conjunción de circunstancias de todo tipo que a la vez favorecieron que el Blu-ray ocupara su lugar.
HD-DVD o Blu-ray... a elegir
El HD-DVD fue un formato de disco óptico de alta definición que compitió con el formato Blu-ray en la batalla por la supremacía en el mercado de medios de alta definición. Fue desarrollado por Toshiba y NEC, entre otros, y lanzado al mercado en 2006. Sin embargo, el HD-DVD perdió la guerra de formatos frente al Blu-ray, respaldado por Sony y otros fabricantes.
Una parte fundamental de la bajada a los infiernos de este soporte fue la falta de apoyo por parte de la industria. Mientras que el Blu-ray contó con el respaldo de grandes estudios de cine y empresas como Sony, Panasonic, Philips y Samsung, el HD-DVD no logró obtener el mismo nivel de apoyo. Un ejemplo es que mientras que el HD-DVD tuvo el respaldo de Microsoft para sus consolas con un reproductor externo, Sony lo incluyó de serie con su PlayStation 3... y ya sabemos lo que pasó.
Además, la industria del entretenimiento también le dio la espalda. Varios estudios importantes, como Sony Pictures, 20th Century Fox y Disney, optaron por respaldar el formato Blu-ray, lanzando sus películas en ese formato y no en HD-DVD.
Los estudios de cine comenzaron a respaldar el formato Blu-ray, y muchos fabricantes de electrónicos de consumo optaron por incorporar reproductores de Blu-ray en lugar de reproductores de HD-DVD.
No hay que olvidar otro aspecto como es la capacidad de almacenamiento. Al igual que el Blu-ray, ambos formatos están basados en el uso de diodos láser azules, con una longitud de onda más pequeña que los rojos usados en el DVD. Pero luego había diferencias y mientras que en el Blu-ray, la máxima capacidad es de 50 GB usando discos de doble capa y en el HD-DVD es de 30 GB.
El Blu-ray tenía una mayor capacidad de almacenamiento en comparación con el HD DVD. Esta diferencia de capacidad se traducía en un mayor espacio para contenido de alta definición.
Y si en la capacidad ganaba Blu-ray, en el bitrate máximo también. Mientras que Blu-ray soporta hasta 40 Mbits por segundo, contando solo vídeo, HD-DVD se queda en 29.4 Mbits por segundo, claramente inferior. En comparación, el DVD llegaba hasta 9.8 Mbits por segundo.
La guerra de formatos llegó a su fin en 2008, cuando Toshiba, el último impulsor del HD-DVD, anunció que dejaría de fabricar y promover dispositivos con esta tecnología. A partir de ese momento, el Blu-ray se consolidó como el estándar dominante para los discos de alta definición, y los consumidores y la industria se volcaron hacia ese formato.
En Xataka SmartHome | Qué fue del D-VHS: el formato en cinta de vídeo que podía verse mejor que algunas películas en Blu-ray