Tras décadas haciendo uso de los televisores de tubo de rayos catódicos, varios fabricantes comenzaron a lanzar al mercado teles considerablemente menos gruesas y con una tecnología de panel novedosa. Hablamos de los televisores de plasma, los cuales acabaron revolucionando la industria. También hay que decir que hubo una campaña de marketing tan potente alrededor de esta nueva tecnología que aún a día de hoy podrás encontrar a gente pensar que siguen siendo los que mejor calidad de imagen ofrecen.
Y es que los fabricantes de teles se cercioraron de que cuando alguien hablara de teles de plasma, estuviera hablando de un producto sinónimo de calidad y de alta gama. Durante un tiempo así fue, pues la evolución frente a las antiguas CRT era considerable. En este artículo hemos querido rendir homenaje a este tipo de televisores, mencionando sus orígenes, en qué consistía su tecnología, y a sus sucesores.
Pasaron décadas hasta ver el primer televisor de plasma
Aunque la pantalla de plasma fuese desarrollada en la década de los 60 para el sistema informático PLATO (Programmed Logic for Automated Teaching Operations) por un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois, no fue hasta finales de la década de los 90 cuando se comenzaron a comercializar televisores con esta tecnología. Durante todo ese lapso de tiempo existieron pantallas monocromas (naranja, verde o amarillo), muy populares por su dureza y porque se desprendían de elementos como la memoria o circuitos para actualizar la imagen.
Imagen: Wikipedia
En 1973, IBM desarrolló una pantalla monocroma de 11 pulgadas con esta tecnología, acompañando al computador IBM 3270 y haciendo que éste pudiera mostrar hasta cuatro sesiones de terminal a la vez.
La compañía Plasmaco, fundada en 1983, también jugó un papel esencial para el desarrollo de esta tecnología. De hecho, fue adquirida en 1996 por Matsushita Electric Industrial, quienes en 1983 lanzaron al mercado el Executive Partner, su primer ordenador con pantalla de plasma. A esta última se le conoce hoy día como Panasonic, una de las compañías que más ha impulsado la tecnología de plasma.
Cuando en 1997 Pioneer lanzó al mercado el primer televisor de plasma al público, la tecnología comenzó a popularizarse en gran medida, prometiendo pantallas más grandes y mejor calidad de imagen y brillo.
Paneles mucho más grandes y con mayor calidad de imagen
El televisor de plasma posee un conjunto de pequeñas celdas situadas entre dos paneles de cristal. Estas contienen una mezcla de gases nobles (neón, argón y xenón) que tras la carga de los electrodos se crea una diferencia de voltaje entre la parte trasera y frontal, provocando que el gas se ionice y cambie su estado a plasma. Tras este proceso, los iones del gas se desplazan hacia los electrodos, donde colisionan y generan fotones, provocando así la emisión de luz.
Imagen: ReparaciónLCD
Esta tecnología permitía fabricar televisores con mucho más brillo que las teles de tubo. Además, fueron populares dado su mayor tamaño, pues en el mercado podíamos encontrar televisores de plasma superiores a las 70 pulgadas.
En cuanto a calidad de imagen, fue un salto increíblemente notorio, con una mayor gama de colores y negros más profundos que las primeras LCD, dada su baja luminiscencia. Sin embargo, eran televisores que se calentaban demasiado, siendo poco agradable para el usuario en el caso de pasar largas horas con el televisor encendido. De hecho, tal y como ocurre con las OLED, en las televisiones de plasma también estaba el temor al quemado del panel.
En el mercado podíamos encontrar todo tipo de modelos de plasma de distintos tamaños. Fabricantes tales como Pioneer, Panasonic, LG, o Samsung, entre muchos otros, mostraron al mundo las capacidades de esta tecnología en televisores, la cual se hizo muy popular, aunque eso sí, bastante más costosos que los televisores CRT.
El precio y su estancamiento enterraron a esta tecnología
La desventaja de precio, y la necesidad de que el panel tenía que ser de gran diagonal para su fabricación, hicieron que el televisor de plasma pasara a formar parte de un mercado muy concentrado. Por otro lado, la tecnología LCD no paraba de crecer. Y es que aunque los primeros televisores de LCD eran notablemente inferiores que el plasma, poco a poco fueron conquistando al público, atajando eventualmente los problemas de píxeles muertos o ghosting de las primeras generaciones.
Durante los últimos años de vida, el plasma apenas llegaba al 5% de la cuota de mercado, en un contexto en el que marcas como Samsung o LG dominaban el mercado de las pantallas planas con tecnología LCD.
En 2014, la mayor parte de los fabricantes de televisores de plasma abandonaron finalmente la tecnología, aunque esta dejó de ser relevante varios años antes. No obstante, siempre será recordada como una de las tecnologías que más ayudó a avanzar en la calidad de imagen de los televisores.
