Durante la existencia de la televisión, hemos visto a estos aparatos circular en múltiples formatos, y con un amplio abanico de tecnologías. Con el paso de los años, han ido mejorando en todo tipo de aspectos, aunque hay algunos formatos que se quedaron en el camino.
Ejemplos de tecnologías que podemos considerar como "abandonadas" a día de hoy son el 3D en televisores, o las teles curvas, siendo en este último caso encontrando su sitio en el mercado de los monitores. En este artículo vamos a hablar de otro de los formatos que quisieron revolucionar el mundo del cine doméstico, y que finalmente también acabó encontrando su lugar en monitores. Hablamos de los televisores en formato de 21:9.
La importancia de la relación de aspecto
En la actualidad, la gran mayoría de televisores se encuentran en una relación de aspecto de 16:9. Esta relación es la correspondiente a resoluciones como 720p, 1080p, 4K, 8K, etc. Es decir, que la proporción de la imagen debe ser de 16 partes de largo por 9 de alto.
Esta relación de aspecto comenzó a consolidarse con la llegada de los primeros televisores en formato panorámico y HD. De esta forma, pasamos del clásico 4:3 al 16:9.
No obstante, hay veces que en el cine, las películas se graban en formato 21:9. Es por ello que cuando reproducimos alguna película en un televisor con relación de aspecto 16:9, aparecen unas bandas negras en la parte superior e inferior del film. Éstas bandas pueden ser muy molestas, sobre todo si estamos viendo el contenido con una iluminación exterior elevada.
El nacimiento de televisores en 21:9 y causas de su abandono
Algunos fabricantes intentaron dar solución a esto mediante el desarrollo de televisores con relación de aspecto de 21:9. De esta manera, cuando se reproducía una película, dejaríamos de ver esas bandas negras.
Fabricantes como Philips, LG, Hisense, entre otros, se iniciaron en esta tendencia con propuestas muy interesantes. Sin embargo, no tuvieron en cuenta dos factores importantes: que no todo el mundo utiliza su televisor para reproducir películas únicamente, y que el factor de forma puede no encajar del todo en muchos salones.
Desafortunadamente, no todo el contenido se graba en 21:9, por lo que de igual forma, seguiríamos viendo las bandas negras en caso de reproducir contenido que no esté grabado en dicha relación de aspecto. Por ejemplo, si contásemos con una de estas teles y reprodujéramos un vídeo de YouTube grabado en 1080p, veríamos bandas negras en los laterales, pues la relación de aspecto es de 16:9.
Además, un televisor de 21:9 en el salón puede llegar a ser demasiado llamativo para algunas personas, pues sería extremadamente largo.
Soluciones a las bandas negras y una tecnología que sí cuajó en monitores
A pesar de que la idea no acabara cuajando, sí han surgido soluciones para "eliminar" las bandas negras en las películas. Una de ellas es la apuesta por la tecnología OLED, con diodos led autoemisivos que permanecerán apagados si la imagen está completamente en negro. De esta forma, si reproducimos una película a oscuras y en un televisor OLED, diremos adiós a las bandas negras, porque si no lo ves "no existe".
Si bien el formato de 21:9 en televisores quedó en el olvido, sí acabó llegando a un mercado con cierto éxito: los monitores. Y es que a día de hoy podemos encontrar monitores ultrawide en multitud de marcas. No solo eso, sino que la locura por el ultrawide ha llegado incluso hasta relaciones de aspecto de 32:9, mucho más alargadas que los ejemplos que os hemos contado.
Contar con un monitor más "alargado" hace que podamos prescindir de un segundo monitor para trabajar, ya que tendríamos el espacio suficiente en pantalla como para organizar nuestras ventanas y pestañas por todo el panel. Además, también los hay curvos, mejorando la experiencia inmersiva en juegos.
Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com
VER 1 Comentario