Puede protegernos del frío y del agua y además ayudar a climatizar la casa dejando pasar los rayos de sol
Son fáciles de instalar y el mantenimiento es más económico que otras alternativas
Llega el invierno, el frío y las lluvias (esperamos) y a la hora de preparar la casa para crear un ambiente agradable no es conveniente pasar nada por alto. Hemos visto trucos útiles y cómo podemos aplicar algunos consejos y dispositivos no tan conocidos para lograrlo.
Y al igual que en su día vimos como un ventilador de techo también puede ayudar en invierno, ahora vamos a ver cómo podemos aprovechar una pérgola, en este caso una pérgola bioclimática para lograr un ambiente más agradable... incluso cuando hace más frío.
Útil en verano y en invierno
Para empezar lo primero es conocer que es una pérgola bioclimática. Se trata de una estructura arquitectónica diseñada para proporcionar un espacio al aire libre que se adapte a las condiciones climáticas, maximizando la comodidad y que se puede usar durante todo el año.
Este tipo de pérgolas están diseñadas para ser versátiles y ajustarse a las necesidades cambiantes del clima, especialmente en términos de protección solar, ventilación y protección contra la lluvia. Se trata de elementos diseñados para regular la temperatura en el exterior de la casa sin necesidad de obras ni una complicada instalación.
Las pérgolas bioclimáticas suelen contar con lamas orientables o sistemas de paneles retráctiles que pueden cerrarse para proteger el área debajo de la pérgola de la lluvia y la nieve.
Estas lamas, que suelen ser de aluminio, pueden estar automatizadas, de forma que se adaptan al clima de cada momento sin que tengamos que hacer nada, o moverse de forma manual por medio de una manivela o un mando a distancia.
Estas lamas lo que hacen es girarse, de forma que permiten entrar más o menos luz y de esta forma aprovechan los rayos de sol para calentar la terraza y el interior de la casa. Al mismo tiempo que se voltean las lamas, se logra favorecer la circulación del aire y evitar el efecto invernadero.
Y en caso de lluvia, las lamas se pueden cerrar para protegernos del agua. Para lograrlo, las lamas son aislantes para no dejar pasar el agua y sobre todo añaden un sistema de canalizaciones y desagüe para que cuando se abran las lamas el agua no esté estancada y nos caiga encima.
Además, y cómo cuentan en Leroy Merlin, hay modelos que cuentan con iluminación LED. De esta forma, el espacio de la pérgola se convierte en una extensión más de la casa incluso por la noche.
Ventajas de una pérgola bioclimática
Protección contra la lluvia y la nieve: las pérgolas bioclimáticas suelen contar con lamas orientables o sistemas de paneles retráctiles que pueden cerrarse para proteger el área debajo de la pérgola de la lluvia y la nieve. Esto permite que el espacio al aire libre siga siendo utilizable incluso en días lluviosos o nevados.
Aislamiento térmico: las pérgolas bioclimáticas también pueden incorporar sistemas de calefacción, como radiadores o calentadores infrarrojos, que permiten mantener el espacio cálido en invierno. Esto hace que sea un lugar cómodo para reuniones al aire libre o para disfrutar del entorno incluso en temperaturas frías.
Aprovechar la luz solar: durante los meses de invierno, cuando el sol está más bajo en el cielo, las lamas orientables de la pérgola bioclimática se pueden ajustar para dejar entrar la luz solar y el calor, lo que puede ayudar a calentar el espacio de manera natural.
Ventilación: a pesar del frío, la ventilación es importante para evitar que el espacio se vuelva viciado. Las pérgolas bioclimáticas permiten ajustar la ventilación según las necesidades, evitando la acumulación de humedad y mejorando la comodidad.
Protección contra el viento: en climas fríos, el viento puede hacer que la sensación de frío sea mucho más intensa. Las pérgolas bioclimáticas pueden proporcionar protección contra el viento, lo que ayuda a mantener un ambiente más agradable en invierno.
Favorecer la climatización en casa y el ahorro de energía: al poder abrir y cerras las lamas, se permite la entrada de sol y de aire, de forma que se pueden aprovechar para caldear el interior de casa sin tener que usar sistemas de climatización o refrescarla en verano.
En resumen, una pérgola bioclimática es una solución versátil que puede adaptarse a las condiciones climáticas cambiantes, lo que la hace útil durante todo el año, incluyendo los meses de invierno. Proporciona protección contra la lluvia, el frío, el viento y la nieve, al tiempo que permite la entrada de luz natural y la ventilación controlada, lo que la convierte en un espacio agradable para disfrutar al aire libre incluso en invierno.
Imagen portada | Keoutdoordesign
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