Ya estamos en pleno verano, con el calor y bochorno habituales de estas fechas, por lo que nos decidimos a instalar un sistema de aire acondicionado en casa que nos ayude a sobrellevarlo mejor esta temporada.
Si no somos muy expertos en este tipo de aparatos y aunque hay muchas más características en las que fijarse, en general lo que solemos pedirles son dos cosas: que enfríen mucho para no pasar calor y que gasten lo menos posible en electricidad para que no se dispare la factura.
Parece sencillo, pero estos dos parámetros no se dan así directamente en las especificaciones de las máquinas, sino que hay que saber extraerlos de otros datos, como veremos a continuación. ¿Cuáles son los puntos que no pueden faltar en las características de un aire acondicionado para cumplir con dichos requisitos?
Lo más importante: que tenga tecnología inverter y suficiente potencia
Si queremos que nuestro nuevo aire enfríe mucho, lo que le estamos pidiendo es que tenga una buena potencia de refrigeración, un parámetro que hará variar mucho el precio del aparato.
Como ya vimos en este artículo en profundidad, cada tipo de habitación va a necesitar una potencia de refrigeración mínima para poder estar fresquitos en ella, por lo que en primer lugar hay que asegurarse de que el nuevo equipo va a ser capaz de suministrarla. En la siguiente tabla tenemos varios ejemplos para diferentes tamaños de habitación:
Pero además, si no queremos que generar este frío nos cueste una fortuna nos convendrá que el equipo de climatización cuente con algún tipo de tecnología inverter, un sistema que permite variar la potencia de funcionamiento de sus compresores o motores en un cierto porcentaje para estar siempre listos y trabajando sin necesidad de alcanzar el 100% de potencia.
El compresor con tecnología inverter es capaz de mantenerse en un ciclo de movimiento controlado continuo consumiendo lo mínimo posible para alcanzar un punto de funcionamiento "dulce". Así se reducen las fluctuaciones de potencia y está siempre listo para subir de nivel si lo pide el usuario, todo ello sin terminar de apagarse por completo hasta que no se lo pidamos expresamente.
Una vez alcanzada la temperatura pedida por el usuario, en vez de apagar el compresor por completo y posteriormente tener que arrancar de cero cuando baje la temperatura de la sala, el compresor se sitúa en un ciclo intermedio gracias al cual es capaz de seguir expulsando calor o frío manteniendo la temperatura media de forma más eficiente.
Esto evita picos de consumo energético y desgaste en las piezas mecánicas, pero ofrecen un funcionamiento más silencioso, estable y con mayor confort. En estos aires acondicionados con tecnología inverter se tarda menos tiempo en alcanzar la temperatura pedida por el usuario ya que hay aportes constantes de frío o calor sin parones, y se mantiene mejor durante largas sesiones de uso, evitando los cambios térmicos bruscos.
Por todo ello, resulta en una característica que hoy en día conviene esté presente en nuestro nuevo modelos de aire acondicionado. De hecho, suele estarlo en las gamas medias y sobre todo en las altas, pero si nos vamos a equipos de gama baja, todavía hay modelos muy económicos, sobre todo entre los portátiles, que no la incluyen.
Valores de SEER y SCOP para una buena eficiencia energética
Otra de las característica en la que debemos fijarnos al comprar un equipo de aire acondicionado para asegurarnos de que no va suponer un lastre en la factura de la luz es la eficiencia energética, ya que en estos aparatos hay una enorme diferencia entre los más y menos eficientes.
De hecho, los equipos más baratos y menos eficientes pueden llegar a consumir hasta un 40% o 50% más de electricidad que sus equivalentes más eficientes. Y no hace falta irse de una marca a otra. El mismo fabricante ofrece en sus modelos prémium más caros una notable mayor eficiencia que pagaremos en el instante de la compra pero que luego podremos recuperar en el medio plazo.
¿Cómo se mide esta eficiencia? si tenéis un equipo anterior a 2013, el rendimiento de los aires acondicionados y bombas de calor se medía a través de dos índices: EER (Energy Efficiency Ratio) para medir la eficiencia en el modo de refrigeración y COP (Coefficient Of Performance) para medir en el modo calefacción.
Ambos reflejaban la relación entre la energía entregada y la energía que consumían, y cuanto mayor era esta relación más eficiente era el equipo. Aunque había un problema, ya que los dos índices se calculaban con el aparato trabajando a pleno rendimiento y no tenía en cuenta la ventaja en eficiencia de los equipos inverter.
Hoy en día, los índices EER y COP ya no se consideran fiables y en las especificaciones y etiquetas energéticas de los nuevos aires acondicionados se incluyen dos nuevos índices de referencia que conviene conocer para saber si un equipo será más o menos eficiente al consumir electricidad: son el SEER y el SCOP:
- SEER significa Ratio de Eficiencia Energética Estacional y es el estándar que determina el rendimiento de un aparato cuando trabaja en modo refrigeración, por lo que es el que nos importa al comprar un aire acondicionado. Así, cuanto mayor sea el SEER, más eficiente será el equipo que vayamos a comprar. ¿Qué valores son los mejores actualmente? Pues como podemos ver en la escala adjunta, cifras superiores a 5,6 ya ofrecen un buen rendimiento en climas templados, aunque los mejores aires son capaces de sobrepasar SEER de 8-8,5, lo que nos asegura un funcionamiento muy eficiente incluso en climas calurosos.
- SCOP significa Coeficiente de eficiencia estacional y es el estándar que determina el rendimiento cuando el equipo funciona en modo calefacción. Cuanto más alto sea, mejor será la eficiencia energética y menor el coste para nuestros bolsillos. ¿Qué valores de referencia hay ahora mismo? Pues cifras superiores a 4 o 4,5 son suficientes para climas templados o calurosos donde no se requiere mucha calefacción, pero si queremos la máxima eficiencia buscaremos modelos con un SCOP superior a un valor de 5,1.
Muy bien, ya sabemos qué significa esto del SEER y el SCOP, pero ¿por qué hay que buscar estos valores en las especificaciones y no solo la electricidad que gastan los aparatos? Pues porque el valor de electricidad que se suele dar es el de pico del equipo, donde no se incluye la eficiencia energética ni cómo va a afectar al consumo final que tendremos en casa.
Por eso, puede que leyendo las características veamos que hay dos equipos que consumen ambos 1.000 vatios a la hora y nos parezcan los dos iguales, aunque en realidad no lo sean, ya que uno puede consumir mucho más que el otro. Así, es el SEER el valor que conviene consultar para comparar estos consumos o, en su defecto, el consumo en kWh anual que se incluye en la etiqueta de eficiencia energética.
Imagen portada | TCL
En Xataka Smart Home | Quiero poner aire acondicionado en casa: qué potencia de refrigeración necesito en cada habitación para estar fresquito y ahorrar luz
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