El calor puede afectar negativamente el rendimiento de muchos de los dispositivos electrónicos que tenemos en casa. Ya hemos visto como debemos "esconder" la electrónica de los rayos directos del sol y el router es uno de los dispositivos que tenemos en casa permanentemente encendido.
Dejando a un lado la posibilidad (o no) de apagarlo en verano, lo cierto es que ya no solo la incidencia directa del sol, sino que el calor acumulado y el ambiental pueden afectar al rendimiento de un router. Por eso me propuse colocarle un ventilador cerca para ver como cambiaba la temperatura, si es que lo hacía, y este ha sido el resultado.
Jugando con el calor
El calor puede afectar a un router como al resto de la electrónica de casa y puede hacerlo de varias maneras. Los routers son dispositivos electrónicos que generan calor durante su funcionamiento normal, pero si a este calor se suma una temperatura ambiental alta (en casa en la habitación estoy a 29 - 30 grados) y no se disipa adecuadamente, pueden surgir problemas.
De entrada hay una serie de consejos que se pueden poner en práctica para mitigar el calor generado por el router. Por eso y para evitar que el calor afecte negativamente al router, es recomendable seguir estos consejos:
- Ubicación adecuada: colocar el router en un lugar abierto y bien ventilado, lejos de fuentes de calor como radiadores o electrodomésticos que emitan calor.
- No cubrir el router: Evita cubrir el router con objetos o colocarlo dentro de un mueble cerrado, ya que esto puede dificultar la disipación del calor.
- Mantener limpio el : evita cubrir el router con objetos o colocarlo dentro de un mueble cerrado, ya que esto puede dificultar la disipación del calor..
- Actualizar el firmware: asegúrate de tener la última versión del firmware del router, ya que las actualizaciones pueden mejorar la eficiencia energética y la gestión del calor.
- Utilizar disipadores de calor o ventiladores: en casos extremos, especialmente en entornos donde el calor es un problema recurrente, es posible que se utilicen disipadores de calor o ventiladores adicionales para ayudar a mantener una temperatura adecuada.
Y esto último es lo que he decidido probar con el router de casa. Es un router de Digi que funciona en vertical, por lo que el calor generado debería disipar antes. Pero he medido la temperatura en la carcasa y como se ve bajo estas líneas, se sitúa cerca de los 38 grados.
Por eso decidí probar un ventilador USB, de esos que podemos encontrar por unos 10 euros y si usarlo a modo de disipador me ayudaba a solucionar el problema. En la habitación no tengo aire acondicionado, por lo que decidí realizar la prueba y comprobar el resultado.
Coloqué el ventilador a unos 30 centímetros del router, enfocando parte del aire que da al router y el resto a mi cara (no quiero derretirme mientras escribo). Y justo antes tomé la temperatura de la superficie y controlé la temperatura de la estancia.
Pasados unos 40 minutos, apagué el ventilador y me propuse medir la temperatura. Desde los casi 38 grados había bajado hasta 34 grados. Una bajada significativa que eso sí, hacía que para seguir trabajando en silencio tuviese que usar tapones para los oídos (el ventilador se oye y bien).
Además, volví a medir a los 5 minutos tras apagar el ventilador y el calor en el router volvía a subir. Se acercaba a los 36 grados... por lo que estaba claro que para mantener la temperatura no quedaba más remedio que usar el ventilador a modo de refrigerador todo el tiempo encendido.
Y es que no se pueden pasar por algo algunos de los efectos que el calor puede tener en un router:
- Sobrecalentamiento: si el router se calienta demasiado, puede provocar un sobrecalentamiento, lo que puede llevar a fallos temporales o incluso permanentes en el dispositivo.
- Rendimiento reducido: el calor excesivo puede afectar el rendimiento del router. Pueden producirse interrupciones en la conexión a Internet, velocidades de transferencia más lentas o una disminución general en el rendimiento de la red.
- Congestión de la red: un router sobrecalentado podría tener dificultades para gestionar eficazmente el tráfico de la red. Esto puede provocar una congestión en la red y, como resultado, una experiencia de navegación más lenta para los usuarios.
- Fallos intermitentes: cuando el router se sobrecalienta, es posible que experimentes desconexiones intermitentes o caídas de la conexión a Internet.
- Daño permanente: si el calor no se controla y el router se expone a temperaturas extremadamente altas de forma constante, podría producirse daño permanente en los componentes internos del dispositivo.
Por eso, dejando a un lado el experimento, si quieres preservar la salud de tu router, es interesante que controles su temperatura y apliques algunos de los consejos antes visto para minimizar el impacto del calor en el router y mantener un rendimiento óptimo de la red.
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