Este son los trucos con los que cuidar tu colchón para hacer que dure más, tener un descanso de ensueño y mejorar tu salud

Es uno de los lugares de casa en los que, normalmente, más tiempo pasamos. Un espacio en el que pasamos la tercera parte de nuestras vidas: la cama. Esta cifra se puede deducir si consideramos que dormimos unas 8 horas diarias y lo mezclamos con la media de la esperanza de vida actual. Pasamos en la cama casi 25 años y por eso es fundamental cuidar el estado del colchón para cuidar la calidad de nuestro descanso.

Y aunque no lo parezca, el colchón es algo fundamental. Lo mismo que ya hemos visto al tratar de la temperatura adecuada para lograr un buen descanso, la cama, el colchón, también son importantes. Es un elemento que requiere un mínimo de mantenimiento puesto que, aunque no lo parezca, si está en mal estado puede terminar repercutiendo en nuestra salud. Por eso vamos a explicar que es lo que podemos hacer para cuidarlo y de paso alargar su vida útil.

La importancia de un buen descanso

El colchón, un buen colchón, no es precisamente barato y de ahí que sea conveniente cuidarlo para mantenerlo en buen estado, por nuestra salud pero también por nuestro bolsillo.

Los expertos afirman que es conveniente cambiar de colchón en un plazo que gira entre los 8 y 10 años. El motivo es que con el paso del tiempo, los componentes del colchón van perdiendo calidad y efectividad hasta llegar un punto en el que su uso puede perjudicar nuestro descanso. ¿Te levantas con dolor de espalda, te cuesta conciliar el sueño o te cuesta conciliar el sueño o ha empeorado tu alergia a los ácaros? Quizás, aunque puede haber más factores, todo esté motivado por el colchón.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 4 millones de adultos españoles sufren insomnio crónico. Un problema que puede afectar al rendimiento diario y producir déficits cognitivos y de memoria así como problemas de ansiedad y depresión, hipertensión, diabetes, obesidad, entre otros. Está claro, por lo tanto, que una buena salud también tiene que ver con un descanso adecuado.

Una evidencia más de que dormir bien y conciliar el sueño son fundamentales para tener una buena salud y la cama y el colchón, son una parte fundamental.

Pero antes de cambiarlo, hay algunas cosas que puedes hacer para alargar su vida útil. Son pequeños gestos, al alcance de todos, que ayudan a que el colchón se conserve mejor a lo largo de los años que lo vamos a usar. Y una de las cosas que podemos hacer es cambiarlo de postura.

Cambiar la posición del colchón es importante por varias razones, y hacerlo con cierta frecuencia puede contribuir al mantenimiento de su calidad y durabilidad. De entrada, no hay un intervalo fijo que se aplique a todos a la hora de cambiar la posición del colchón, ya que esto puede depender de varios factores como el tipo de colchón, la frecuencia de uso y las preferencias personales. Sin embargo, como regla general, se recomienda hacerlo cada seis meses o al menos una vez al año.

Es aconsejable rotar y voltear el colchón, ya que esto ayuda a garantizar un desgaste más uniforme. Al cambiar la posición del colchón, se favorece un desgaste más uniforme de los materiales, lo que ayuda a mantener su forma y soporte original.

Los colchones están diseñados para proporcionar un cierto nivel de firmeza y soporte. Cambiar la posición del colchón ayuda a mantener estas características, evitando que se forme un patrón de uso que pueda afectar negativamente la estructura del colchón.

Si siempre duermes en la misma área del colchón, es posible que esa zona se desgaste más rápidamente, lo que podría afectar negativamente la comodidad y el soporte y terminar repercutiendo en tu salud.

De esta forma evitamos la aparición de hundimientos y deformaciones. Los colchones tienden a hundirse con el tiempo, especialmente en las áreas donde se aplica más peso. Al cambiar la posición del colchón, se reduce la presión en áreas específicas, lo que puede ayudar a prevenir hundimientos y deformaciones prematuras.

Eso por no hablar de la reducción de la acumulación de alérgenos y ácaros. Cambiar la posición del colchón permite ventilar y airear el material, lo que puede ayudar a reducir la acumulación de alérgenos como el polvo y los ácaros. Esto es especialmente importante si eres propenso a alergias.

Siempre es aconsejable consultar las instrucciones específicas del fabricante, ya que algunos colchones pueden tener recomendaciones particulares en cuanto al mantenimiento y la rotación. Así por ejemplo, hay modelos que no permiten más que rotarlos, pero no darles la vuelta, porque son de una sola cara o hay otros que tienen una cara para invierno y otra para verano.

Además, hay algunos indicios que pueden servir a modo de alerta para avisarte que es necesario tomar alguna medida con el colchón. Si notas que una zona o todo el colchón presenta hundimientos, se aprecia la forma de tu cuerpo, notas los muelles al descansar o aprecias si tu pareja se mueve, son síntomas que avisan que tu colchón ya no está en buen estado. Es muy importante que prestes atención a cómo te sientes al dormir y si notas que el colchón ha perdido su comodidad o soporte original, podría ser un buen momento para cambiar su posición o considerar la posibilidad de reemplazarlo.

Una correcta limpieza

Además, hay otra cosa que conviene hacer. Se trata de mantener una correcta higiene en el colchón limpiándolo de forma habitual y periódica. Limpiar el colchón es importante por varias razones que afectan tanto la salud como la durabilidad del colchón y es algo que no siempre hacemos.

Según un estudio de 2020 del The American Cleaning Institute (ACI), un 25% de los encuestados decían que limpiaban sus dormitorios, pero el 19% admitía que la ropa de cama y el colchón no eran zonas en las que prestasen atención. Y eso que los expertos suelen recomendar una limpieza al menos dos veces al año, que coincida con la llegada de la primavera y el otoño y el cambio de ropa de cama.

Aunque parezca limpio, el colchón puede acumular ácaros del polvo, sus heces, las bacterias, los virus, bacterias, hongos y otros alérgenos que con el tiempo podrían afectar a tu bienestar mientras duermes. La limpieza regular ayuda a reducir la presencia de estos agentes, lo que puede ser especialmente beneficioso para personas con alergias o problemas respiratorios.

Los ácaros, por ejemplo, se alimentan de la caspa y de las células muertas de la piel y su inhalación, ingestión o contacto de los ácaros, sus alérgenos o sus heces pueden provocar problemas de salud en personas sensibles como asma, rinitis alérgica, dermatitis de contacto...

Una acumulación de suciedad y humedad además puede crear un ambiente propicio para la proliferación de insectos como los chinches. La limpieza regular ayuda a prevenir infecciones no deseadas y de paso a prevenir la formación de manchas y minimizar los olores no deseados provocados por los derrames accidentales, el sudor y otros líquidos.

La suciedad y los residuos en el colchón pueden afectar negativamente su comodidad y apoyo. La limpieza ayuda a preservar estas características, asegurando un descanso más cómodo y un mejor soporte para el cuerpo y de paso contribuir a mantener la integridad del colchón, evitando la acumulación de suciedad y residuos que podrían acelerar su desgaste. Un colchón limpio y bien cuidado tiende a durar más tiempo.

Recuerda además, que también hay que cuidar la limpieza en la ropa de cama. Es aconsejable lavar las sábanas y las mantas con una temperatura adecuada de entre 60º y 90º como medio para eliminar y acabar con los alérgenos, ácaros y otros contaminantes.

Imagen portada | Bing Creator

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