Las distancias recomendadas para ver la tele han sido tradicionalmente muy conservadoras. Ya hay quien propone que nos sentemos mucho más cerca
Cada vez hay televisores con paneles de mayor diagonal por precios que no son tan desproporcionadamente altos como hace unos años. De ahí que muchos usuarios apuesten por ir adquiriendo pantallas de mayores dimensiones y si hace más una década se consideraba que las 42 pulgadas eran un tamaño adecuado para un salón medio, ahora son ya las de 55 o 65 pulgadas la base para muchos entusiastas.
Algunos consumidores simplemente compran el modelo más grande que quepa en el mueble o en la pared del salón y que el presupuesto permita, sin tener en cuenta aspectos sobre distancias de visualización y tamaños de diagonal para que la tele se adapte a las características de la sala y sobre todo a dónde vamos a sentarnos.
Y es que este último es precisamente el punto fundamental del asunto, ya que situarnos muy cerca de la pantalla hasta ahora se consideraba como algo perjudicial para el usuario, aunque algunos expertos y creadores ya están variando esta opinión y piensan que con las teles y contenidos modernos nos estamos sentando demasiado lejos. ¿Quién tiene razón?
Distancia a la que vemos la tele: la teoría clásica
El problema básico con una tele demasiado grande es que, a partir de un ángulo de visión de 60 grados empezamos a perder percepción cromática y a los 124 grados se deja de ver bien con los dos ojos, por lo que hay asociaciones como la Society of Motion Picture & Television Engineers (SMPTE) que proponen considerar un ángulo de visionado óptimo de 30 grados.
Esto nos restringe el tamaño máximo del televisor que debemos instalar en casa en un intento por reducir el denominado como efecto o problema del "partido de tenis", que básicamente consiste en tener que estar moviendo la cabeza constantemente para apreciar todas las partes de la imagen.
¿Qué distancia sería entonces la óptima? Pues la regla general es que la distancia mínima de visionado para contenidos y usos generalistas sea de tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9.
Así, para distancias de menos de 2 metros sería recomendable un tamaño de hasta 50 pulgadas, las 55 pulgadas quedan reservadas para distancias de 2,1 metros, las 65 pulgadas son recomendables para unos 2,5 metros y si queremos meter 75 o más pulgadas deberíamos tener por lo menos 2,9 metros de distancia entre la pantalla y nuestra posición habitual en la sala.
No obstante, si nuestro uso no es todoterreno (es decir no vemos programas variados, videojuegos, noticias, series, noticias, etc.) y el principal destino de tu televisor es ver películas, podemos tomar en consideración las recomendaciones de la empresa THX, que es la que estipula el estándar de audio y vídeo para algunas salas de cine (conocida como certificación THX), y acercarnos un poco más a la pantalla.
Así, THX asegura que el ángulo de visionado perfecto para contenido en alta definición para una inmersión total es del de 40 grados, por lo que para calcular la distancia ideal de nuestro televisor deberemos multiplicar su diagonal por 1,2.
Pero estas recomendaciones generales dependerán también del tipo de resolución de los televisores. Por ejemplo, en la web de Sony hacen varias recomendaciones en función de la resolución de forma que si el modelo es Full HD se recomienda una distancia óptima que sea 3 veces la altura de la pantalla, pero si el modelo es 4K esta distancia es solo 1,5 veces la altura de la pantalla.
Y no es el único fabricante con recomendaciones, ya que como vimos en este artículo marcas como Samsung, Panasonic o LG tienen sus respectivas tablas con las distancias óptimas que varían con la resolución del panel o los contenidos que vamos a reproducir, con lo que el asunto de elegir correctamente se complica cada vez más.
No obstante, la regla generalmente aceptada para uso doméstico es que la distancia mínima de visionado para contenidos y usos generalistas sea la antes comentada de tres veces la altura del televisor o 1,6 veces la diagonal de una pantalla 16:9.
Es decir, las cada vez más populares 65 pulgadas requerirían que nos sentásemos a unos 2,5 metros de distancia, equivalente a un ángulo de visión de 30º. Unas cifras con las que disfrutar de la pantalla con cualquier tipo de contenido y durante tiempos prolongados sin fatigarnos.
Distancia a la que vemos la tele: más cerca, más inmersión
Las distancias antes comentadas han sido las clásicas durante muchos años. Sin embargo, con pantallas cada vez más grandes y la consolidación de la resolución 4K en teles y proyectores ha hecho que los creadores de contenidos modifiquen la forma de hacer cine y series.
Es algo que queda reflejado en charlas y conferencias como la del creador y cineasta Phil Holland recogida en este vídeo del canal de YouTube Stop de Fomo, donde se habla del tema argumentando que la forma de grabar vídeo está cambiando y las secuencias de cine ya no son como las de antes.
Ahora cada vez es más frecuente que los cineastas apuesten por planos abiertos de grandes proporciones donde los personajes quedan pequeños en comparación con el resto de la imagen. Secuencias de acción donde pasan muchas cosas a la vez en distintas partes de la pantalla gracias a la magia del CGI y a la mayor resolución (4K) que permite que objetos o personajes pequeños se vean con nitidez.
A diferencia de las películas y series de hace años con los personajes en primer plano y caras enormes para ver bien los detalles, ahora se graba con el plano más abierto y pensando desde el origen en que la pantalla del espectador es cada vez más grande. Esto hace que los ángulos de visionado óptimo varíen y que no resulte exagerado tomar uno de entre 50 y 60 grados para disfrutar del contenido.
De hecho, Phil Holland recoge en su web una aplicación desde la que podemos comprobar diferentes tamaños y distancias para obtener una tabla con las recomendadas para una resolución 4K y el tamaño en pulgadas que seleccionemos. ¿El resultado? Pues por ejemplo proponen que para una tele de 77 pulgadas no es descabellado sentarse a 1,48 m de distancia.
¿No es demasiado cerca? Bueno, por mi experiencia, estuve unos cuantos años con una pantalla de 106 pulgadas a 2,6 metros y no parecía grande en absoluto... pero claro, estas distancias y tamaños enormes tienen truco: el uso que vayamos a darle a la pantalla, que en mi caso era solo cine.
Y es que, no es lo mismo utilizar la tele para ver una serie o película que como mucho va a durar unas dos horas, de forma puntual un par de días a la semana, que si queremos un uso todoterreno diario para ver contenidos variados como noticias, debates, tertulias, telerrealidad, documentales, cine hecho para televisión, novelas, concursos, dibujos animados, etc.
En estos casos las grabaciones no cumplen con lo antes mencionado, ni en planos, ni en resolución y definición de los objetos en pantalla, y por tanto sentarnos más cerca con ángulos de visión de más de 30-40 grados hará que tendamos a estar incómodos, sobre todo si vamos a usarla muchas horas seguidas.
De hecho, no poder abarcar la pantalla entera de un solo vistazo puede llegar a ocasionar a la larga molestias en los músculos del cuello y espalda así como un exceso de acomodación en los ojos, que según algunos especialistas médicos puede desembocar en síntomas como escozor o visión borrosa que lógicamente empeoran con el tiempo de utilización de las pantallas.
Imagen portada | PXHere
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