Han pasado las Navidades y llega la temida cuesta de enero. La felicidad desbordante de las fiestas pasa ahora factura con unos gastos que en ocasiones pueden haber sido excesivos, por lo que ahora toca meter la tijera y reducir gastos, algo que también podemos hacer desde casa con algunas pequeñas rutinas y comportamientos.
Tras los regalos, comidas, celebraciones y demás extras, llegan las rebajas y con este término no nos referimos a las ofertas para seguir comprando. Se trata de ahorrar cambiando nuestros hábitos y nuestro día día y dejando un lado los accesos. Así que toma nota que vamos a ver algunas cosas que puedes hacer en casa para ahorrarte unos euros al finalizar el mes.
Elimina gastos superfluos
Y como suele ser habitual, el primer paso para poner remedio y acordar los gastos, es saber cuál es el desembolso fijo que vamos a tener al final del mes. Por eso es importante crear un listado con todos los gastos fijos que tenemos en el mes y así eliminar aquello que pueda resultar superfluo o que no sea necesario.
Éste punto además nos sirve para comparar por ejemplo, distintos servicios a los que estamos suscritos y así elegir otro que también nos pueda convenir y que a la vez sea más barato. El mejor ejemplo puede ser la factura del teléfono, donde podemos buscar otra operadora con las mismas prestaciones y con un precio inferior.
Organiza y optimiza tu cocina
Otra cosa que podemos hacer es organizar y optimizar el uso que hacemos de nuestra cocina. Y no, no requiere que pasemos por caja y compremos una lavadora, un frigorífico, un horno... más eficiente. Cómo ya hemos visto con el lavavajillas, se puede mejorar el uso de lo que ya tenemos en casa.
Se acabaron las grandes comidas, pero eso no quiere decir que no tengamos que seguir cocinando. En este sentido, el ahorro también puede llegar a la cocina aplicando distintos métodos que nos permiten ahorrar unos euros al final del mes. Así por ejemplo podemos empezar a aprovechar el calor residual que queda al preparar un alimento para darle el toque final. Es el "Batch Cooking" que ya vimos como aplicar por ejemplo en el horno.
Esto también lo podemos usar para cocinar otros plazos distintos, cuando ya hemos dejado terminado el plato principal. Imaginemos que hemos hecho un pollo al horno, y tras terminar de cocinarlo, podemos aprovechar el calor residual para asar verduras.
Igualmente, el cocinar, emplea un recipiente del mismo tamaño que el fuego o el anillo de la vitrocerámica. Se trata de ajustar la superficie a la del fuego y así no gastar energía de manera inútil.
Además, podemos buscar utensilios de cocina que nos ayuden a preparar los platos en menos tiempo y sean más eficientes. Si tienes así, un robot de cocina y lo tienes guardado en el cajón, es hora de sacarlo y comenzar a aprovechar todo su potencial, lo mismo que si tienes una olla a presión u olla express. Menos tiempo para cocinar, más tiempo para tí y menos energía consumida.
También es un buen momento para organizar el frigorífico, en el congelador y la despensa. Ahora que podemos pasar más tiempo en casa con los días grises de enero, podemos comprobar qué alimentos tenemos almacenados. Fijarnos en las fechas de caducidad, y tirar de lo que caduca antes. Además el congelador en nuestro amigo y de camino que oxigenamos y le damos salida a los alimentos más antiguos, podemos ahorrarnos unos euros en la factura del supermercado aprovechando lo que ya tenemos para planificar nuestros menús.
Climatizar sin gastar
Ahora que vamos a pasar más tiempo en casa, es fundamental tenerla, siempre bien ventilada, sin que ello suponga perder el calor que hemos acumulado. Se trata de calentar la casa sin tener que poner la calefacción a tope para volver a recuperar la temperatura. Hay pequeños dispositivos para calentarnos por muy poco dinero y podemos ventilar la casa y de hecho es aconsejable hacerlo durante 5 o 10 minutos, para luego cerrar bien y mantener el calor.
Y para evitar tirar de calefacción, podemos lograr un hogar mucho más acogedor, tirando de complementos como son cojines, cortinas, mantas o alfombras. Además de para decorar, todos estos elementos no sirven para no pasar frío, sin tener que usar aparatos como calefactores o radiadores. Una simple mantita junto al sofá, no sirve para arroparnos en cualquier momento y una alfombra, un felpudo o una moqueta, sirven para aislar el frío que desprende el suelo.
Ajusta el uso de tus electrodomésticos
Otra cosa que puedes hacer es revisar las horas de mayor consumo eléctrico. Ya hemos visto por ejemplo, cual es la mejor hora para poner la lavadora Yy lo mismo se puede aplicar al resto de electrodomésticos. Basta analizar el uso que vamos a hacer de los mismos y determinar cuál es la hora a la que nos interesa ponerlos. Por lo general, la luz es más cara en las horas centrales del día (desde las 12 hasta las 22 horas aproximadamente).
Puedes reducir el gasto en tus facturas si además repasas el gasto fantasma de todo lo que tienes enchufado. Desde lo que gasta el frigorífico. Puedes estudiar todo lo que tienes enchufado, y determinar si hay aparatos que no son totalmente necesarios.
La luz de standby que se queda encendida en la tele o en el sistema de cine en casa cuando lo apagas, está ahí también para recordarte que está consumiendo luz y apagar ese aparato por completo puede suponer al final de año un ahorro de entre un 7 y un 11% del consumo total según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía).
Una forma de ahorrar es aprovechar si tienes alguna regleta o enchufe que puedas programar o controlar a distancia. Con estos dispositivos, podemos controlar nuestro consumo y establecer programaciones que nos hacen ahorrar unos euros al finalizar el mes.