Docks en los que colocar nuestro iPhone hay muchos, pero como este no tantos. No se trata de un dock de carga, simplemente de una pieza con forma de mano en la que el mencionado dispositivo de Apple encaja como un guante y que, además de útil, funciona como pieza decorativa.
Podemos colocarlo tanto en posición vertical como horizontal, ya que la posición de los dedos y la propia postura de la mano hacen que el iPhone quede perfectamente sujeto en cualquiera de los casos. De todas formas personalmente me quedo con la opción de ponerlo en la pared dando la impresión de que la mano surge de ella para sostener el teléfono.
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Hablo del iPhone porque con este dispositivo en mente lo ha diseñado Harry Allen (el molde para el dock se hizo a partir de su propia mano, por cierto), pero podemos colocarle cualquier cosa que se ajuste al espacio que ofrece. En las fotos podemos ver, además del iPhone, un iPad y un libro. En el último caso no creo que sea lo más idóneo para leer, pero como expositor no está mal. Su precio es de 65 dólares.