Hace unos días hablábamos de los sistemas de aire acondicionado portátiles, sobre sus principales ventajas, inconvenientes, si merecen la pena y casos de uso en los que resultan más convenientes que un equipo fijo con instalación.
Por si ya tenemos uno de estos dispositivos en casa o si estamos pensando en adquirirlo, hoy vamos a ver una serie de consejos a la hora de instalarlos para mejorar su rendimiento y funcionalidad de forma rápida y sencilla.
Compra más frigorías de las teóricamente necesarias
Como ya señalamos en el anterior artículo, la ineficiencia de este tipo de equipos de refrigeración debida a la instalación interna del aparato y el tubo de extracción hace que necesitemos más frigorías de las teóricamente necesarias.
Normalmente se suelen recomendar equipos capaces de proporcionar entre 100 y 140 frigorías por cada metro cuadrado a cubrir para un dispositivo con instalación exterior. En el caso de uno portátil podemos recomendar más de 140 frigorías por metro cuadrado sin temor a pasarnos.
Así, para una sala de unos 20 metros cuadrados en la que habitualmente bastarían con unas 2.000 o 2.500 frigorías deberemos apostar por un modelo que llegue por lo menos a las 3.000 frigorías si queremos un rendimiento equivalente.
Colócalo sobre una alfombra y bien calzado
El ruido es uno de los principales inconvenientes de los equipos portátiles y una forma de ayudar a reducir el de baja frecuencia es colocarlo sobre una alfombra o superficie aislante. Esto hará que cada vez que salte el compresor las vibraciones indeseadas no se transmitan directamente al suelo sino que se amortigüen parcialmente.
Siempre que podamos debemos tratar de evitar colocar el equipo justo en las esquinas de una habitación, ya que en esta posición se excitarán ondas estacionarias de baja frecuencia que incrementarán aún más el ruido del dispositivo. También conviene que esté bien calzado para que no vibre constantemente.
El tubo cuanto más corto mejor
Uno de los principales causantes de las ineficiencias de este tipo de aires acondicionados es el tubo encargado de expulsar el aire caliente al exterior de la habitación. Suele ser de plástico, sin aislamiento y emite una parte del calor hacia la sala calentando el ambiente que queremos refrigerar.
Normalmente suelen ser tubos extensibles con cierta flexibilidad para facilitar su colocación en cualquier tipo de ventana, pero siempre que podamos debemos tratar de usar la menor longitud posible del tubo para minimizar el área de superficie radiante de calor dentro de la habitación.
Además, tenemos que tratar de que haya los menores recodos posibles, ya que cada vez que se dobla es un obstáculo para la salida del aire y empeorará el rendimiento del equipo.
No lo instales frente a una puerta o ventana
Al tener que expulsar constantemente aire de la sala a la calle se crea una diferencia de presión que producirá corrientes entrantes hacia ella procedentes de las habitaciones o pasillos que la rodeen. Para evitar que estas corrientes hagan entrar el aire del exterior o de otra habitación calurosa, procura no colocar el aire justo frente a una puerta que no esté bien aislada (las de interior de la casa no suelen estarlo) o frente a una ventana no aislada del exterior.
Si lo hacemos es fácil comprobar poniendo la mano sobre la rendija de la puerta o ventana mal aislada como entra continuamente una corriente de aire caliente procedente del exterior de la sala que evitará alcanzar la temperatura deseada mucho antes y hará trabajar constantemente al compresor incrementando el ruido.
Este es un problema que se soluciona con los modelos que incluyen doble tubo de conexión con el exterior (que por otra parte no son muy habituales de encontrar en las tiendas), uno que saca el aire hacia fuera y otro que lo recoge hacia dentro, no expulsando el aire de la sala constantemente hacia la calle.
Revisa los filtros con frecuencia
Puede parecer obvio, pero un filtro sucio en este tipo de dispositivos puede hacer que la salida de aire vaya taponándose y la eficiencia del equipo disminuya considerablemente. Conviene revisar y limpiar los filtros por lo menos una vez cada temporada de uso o más frecuentemente si vivimos en una región con mucho polvo en suspensión.
También tenemos que vigilar los recipientes internos donde el dispositivo almacena el agua de condensación para evitar el crecimiento de moho, la corrosión o que implemente se desborden.
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