Este post es la tercera y, por el momento, última entrega de la serie de artículos que hemos dedicado a las grabaciones musicales cuya elevada calidad técnica las hace especialmente recomendables para poner a prueba equipos de música de Alta Fidelidad.
Como recordaréis, en la primera de ellas os propusimos cinco grabaciones de rock fantásticas, y en la segunda otras tantas, pero de jazz. El género en el que me gustaría profundizar ahora es la música clásica, sin duda, uno de los favoritos de muchos audiófilos y melómanos.
La música más difícil de reproducir
Lo más interesante es que la complejidad de la música clásica no se manifiesta únicamente cuando la escuchamos; también está presente durante el proceso de reproducción. Por esta razón, las grabaciones que pertenecen a este género son sin duda las más difíciles de reproducir de una forma convincente, ante todo, por dos razones.
La primera de ellas reside en la dificultad de recrear una escena sonora amplia y bien estratificada que haga justicia a la masa orquestal que está interpretando la composición. Y, la segunda, está provocada por la necesidad de respetar el timbre de un conjunto muy numeroso de instrumentos, que, como es lógico, tienen un sonido muy distinto.
Al igual que en los posts que hemos dedicado a las grabaciones de rock y jazz, hemos seleccionado estas compilaciones, ante todo, por su calidad técnica, aunque lo cierto es que la mayor parte de ellas tiene también una gran calidad artística. Vamos con ellas.
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Beethoven. Symphony No. 9. The Solti Collection. La calidad de la grabación original de esta obra magníficamente interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chicago, y dirigida por Sir Georg Solti, es muy alta. No obstante, si tenéis la oportunidad de haceros con el CD masterizado por Victor Entertainment usando la tecnología K2HD (24 bits / 100 kHz), os dejará sin palabras. Impresionante por su dinámica y descomunal escena sonora.
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Vivaldi. The Four Seasons. I Musici / Felix Ayo. Otra grabación clásica de enorme valor artístico y técnico, al igual que la mayor parte de las que realizó Philips para su sello de música clásica en las décadas de los 50 y 60. Resulta de gran ayuda para averiguar si un equipo Hi-Fi es capaz de respetar el timbre exacto de los instrumentos de cuerda, y analizar la forma en que discrimina cada instrumento.
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Bach. Transcriptions. Esa-Pekka Salonen. La Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y Esa-Pekka Salonen, su director entre 1992 y 2009, estuvieron especialmente inspirados en esta grabación. Todo en ella es impecable: dinámica, escena sonora, microinformación... Si te gusta Bach, no la dejes escapar.
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Rachmaninoff. Piano Concerto No. 3. Arcadi Volodos. La intensidad con que este pianista ruso interpreta este concierto de su compatriota es única. Precisamente, esta es la principal cualidad de esta grabación: ofrece un respeto absoluto de la dinámica, y, sobre todo, del timbre del piano, un instrumento especialmente difícil de reproducir. Mejor en SACD.
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Mozart. Requiem. Teodor Currentzis. Y cerramos el post con una extraordinaria grabación de una composición histórica de Mozart. Aunque carece de la dinámica de alguna de las grabaciones que os proponemos en este post, destaca por su escena sonora, y, sobre todo, por un respeto absoluto de las voces. Fantástica.
En Xataka Smart Home | Cinco grabaciones de jazz para poner a prueba tu equipo Hi-Fi
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