Hace ya más de siete años que se presentó Dolby Atmos para el mercado doméstico, un nuevo formato de sonido multicanal basado en objetos procedente de las salas de cine que prometía mejorar la fidelidad del posicionamiento en la escena sonora gracias a la incorporación de nuevos altavoces en la sala. Un año después llegaba DTS:X, también basado en objetos y con algunas funciones adicionales a priori interesantes con las que "revolucionaría" nuestros dispositivos de sonido.
Los fabricantes lanzaron rápidamente sus equipos compatibles, tanto en forma de receptores AV como de altavoces y barras de sonido, prometiendo grandes mejoras en la espectacularidad del audio y haciendo que deseemos renovar nuestros sistemas de cine en casa. ¿De verdad lo han conseguido?, ¿merece la pena actualizarse?, ¿podemos sacarles partido en una vivienda convencional o está más bien reservado a grandes salas dedicadas?
Sin altavoces extra no hay "magia"
La clave de los nuevos formatos pasa irremediablemente por la instalación de nuevos altavoces en la habitación. Entre las configuraciones de referencia para Atmos por ejemplo se incluyen la 5.1.2, que implica agregar dos altavoces de techo o habilitados para Dolby Atmos a un sistema 5.1 tradicional, y la configuración 7.1.4, que está formada por un sistema 7.1 tradicional al que se agregan cuatro altavoces de techo o habilitados para Dolby Atmos.
En un mundo ideal, hay que instalar estos bafles extra en el techo, aunque también se venden altavoces con los drivers inclinados hacia arriba que utilizan los rebotes en la parte superior de la sala para recrear los efectos envolventes. Pero en este último caso los resultados pueden ser bastante decepcionantes, ya que necesitamos una sala de escucha con unos requisitos que no solemos tener.
El techo ha de ser liso (no abovedado o con ángulos), de un material acústicamente reflectante, como puede ser una pared de yeso normal, el estucado, el hormigón o la madera densa, y a una altura de entre 2,4 y 2,7 metros para un resultado óptimo. De lo contrario y en cuanto haya algún obstáculo, el efecto se pierde e incluso puede llegar a empeorar la sensación de posicionamiento que se quería conseguir.
¿Qué significa esto? Pues que ya podemos descartar de nuestra lista de deseos los sistemas de emisión de sonido frontal como las barras de sonido. Puede que en un principio nos parezca que ofrecen unos efectos muy espectaculares, pero a la larga nos cansarán y probablemente optemos por dejarlos apagados.
Muchos contenidos disponibles...si hablas inglés
Otro de los problemas que tienen que resolver Atmos y DTS:X es el relacionado con los contenidos disponibles. ¿Para qué queremos un sistema que los soporte si no tenemos ninguna película compatible? Haberlas haylas, y cada vez más vienen en Dolby Atmos, aunque por el momento solo en inglés. Si eres hispanohablante mejor sigue esperando, porque las distribuidoras no parecen estar muy por la labor a pesar de llevar casi una década con el formato entre manos.
¿Hasta cuándo? Daba la impresión de que estaban esperando a que se asentaran los Blu-ray UHD en el mercado para incluir en los discos el sonido Atmos y DTS:X como una novedad o extra más que debería animarnos a comprarlos frente a los Blu-rays convencionales. E incluso la incorporación de estos formatos en las plataformas de streaming nos daba algo de esperanza.
Pero por el momento tampoco parece estar en su objetivo y con suerte, con mucha suerte, tenemos audios DTS-Master Audio o similares en castellano, siendo más habitual de lo que desearíamos incluir pistas en Dolby Digital y DTS con baja tasa binaria y por supuesto solo con 5.1 canales.
Precios más elevados
Aunque en los últimos dos o tres años los nuevos formatos vienen ya de serie con la mayoría de lanzamientos de equipos, todavía si no tienes un presupuesto superior a los 600-800 euros para el receptor A/V probablemente te quedes fuera de un sonido Atmos y DTS:X de calidad o incluso puede que necesites un amplificador externo para manejar los canales extra ya que por este presupuesto es difícil encontrar equipos que puedan trabajar con 7 o 9 altavoces a niveles de potencia decente.
Además, hay muchos casos en los que la compatibilidad con Atmos y DTS:X no viene de serie, sino que la logramos a través de una posterior actualización de firmware (por ejemplo en los modelos de 2016-2017) que muchos usuarios no saben o quieren hacer después de haberse gastado una fortuna en sus nuevos equipos.
¿Merece la pena actualizarse? Pues la respuesta sigue dependiendo del presupuesto que tengamos y sobre todo de la sala en la que vayamos a instalar el equipo. Si podemos contar con una dedicada o una semi-dedicada con posibilidad de instalar altavoces adicionales en techo y paredes podemos plantearnos comprar un amplificador compatible. De lo contrario quizá nos sea más rentable apostar por un receptor más antiguo (de entre dos y cuatro años) a buen precio o seguir con lo que ya tengamos en casa.
Además está el tema del idioma. Si lo nuestro es escuchar en versión original podremos disfrutar de los últimos lanzamientos en Blu-ray, Blu-ray UHD y streaming con importantes mejoras con respecto a las pistas de audio dobladas. De lo contrario, Dolby Atmos y el esquivo DTS:X siguen siendo más una utopía que una realidad para el consumidor de habla hispana.
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