El desarrollo de la Alta fidelidad ha sido posible, sobre todo, gracias a las innovaciones desarrolladas por un nutrido grupo de emprendedores e ingenieros que ha contribuido a hacer de esta afición lo que es hoy. Nombres como Saul Marantz, William Z. Johnson, Frank McIntosh, Mark Levinson, John Curl, Nelson Pass o Daniel D'Agostino, entre otros, han quedado estampados con letras doradas y para siempre en la historia del Hi-Fi. A la misma altura de estos «gigantes» está el ingeniero estadounidense al que me gustaría dedicar este post, Joseph D'Appolito, cuya principal contribución ha sido la configuración de altavoces para cajas acústicas que lleva su nombre.
D'Appolito ha asesorado durante décadas, y actualmente sigue haciéndolo, a muchos fabricantes de cajas acústicas que querían colocar en el mercado diseños capaces de ofrecer un sonido de auténtica referencia. Hoy en día no es difícil encontrarse con él en algunas de las ferias más importantes del sector, como el High End de Múnich o el CES de Las Vegas, y siempre tiene una actitud afable y didáctica. Una de las compañías con la que más estrechamente está trabajando durante los últimos años es la taiwanesa Usher Audio, responsable de la caja acústica que podéis ver en la imagen de este post, la fantástica CP-777. Pero lo más interesante de este diseño es que, precisamente, utiliza la «configuración D'Appolito».
Una solución ingeniosa
Como él mismo nos explica en el vídeo que tenéis debajo de estas líneas, el diseño D'Appolito que lo ha consagrado como uno de los ingenieros más influyentes en la industria de la Alta fidelidad consiste en utilizar una distribución simétrica de los altavoces de medios y agudos (suele conocerse como MTM, sigla de la denominación en inglés Midwoofer-Tweeter-Midwoofer), de manera que el tweeter queda colocado en el eje vertical justo entre los transductores que restituyen las frecuencias medias. Según D'Appolito, esta configuración resuelve varios problemas importantes presentes en otros diseños.
Por un lado, controla la respuesta en frecuencia vertical, cancelando las reflexiones perjudiciales que provoca la proximidad del techo y el suelo, y, a la par, amplía la dispersión horizontal de las ondas sonoras. Y, por otra parte, la razón por la que fue diseñada esta configuración en un principio fue resolver las deficiencias de coherencia temporal que el filtro divisor de frecuencias utilizado en las cajas acústicas de más de una vía para enviar a cada altavoz la señal que contiene el rango de frecuencias que es capaz de reproducir, no es capaz de corregir.
En las cajas con un solo altavoz de medios situado habitualmente debajo del tweeter es difícil conseguir un patrón de radiación en el eje vertical simétrico y homogéneo, pero la configuración D'Appolito lo resuelve con mucha eficacia al duplicar el transductor de medios/graves. Pero este diseño no es perfecto. A cambio de esta mejora introduce modificaciones en la tonalidad y el timbre más fáciles de apreciar a medida que nos acercamos a la caja acústica y modificamos el punto de escucha en el eje vertical.
Aun así, la mayor parte de las cajas que utilizan la configuración D'Appolito resuelve este problema optimizando la posición de los altavoces en el recinto y el diseño del filtro. Si tenéis la oportunidad de escuchar alguna de ellas, no la dejéis escapar.
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