Dar una respuesta convincente a una pregunta como esta no es sencillo. Y no lo es porque entran en juego las preferencias personales, por lo que no existe una verdad absoluta. No obstante, en estas circunstancias lo mejor que podemos hacer es llegar a una conclusión en términos estrictos de Alta Fidelidad, lo que debe llevarnos a comparar la experiencia que nos ofrece el acontecimiento musical original con la que nos depara su reproducción en la intimidad de nuestro hogar.
Escuchar por primera vez música en formato multicanal suele impactar. Todos estamos acostumbrados a escucharla en estéreo, por lo que el sonido procede de dos únicas cajas acústicas situadas normalmente delante de nosotros. Cuando escuchamos música a través de un equipo 5.1 o 7.1 nuestro cerebro recibe información sonora procedente de seis u ocho cajas acústicas, por lo que la forma en que es estimulado es muy diferente.
Habitualmente a todos esta sensación nos parece placentera, sobre todo, por su novedad. Y lo es. Puede ser placentera y estimulante, pues nos sitúa dentro de la escena sonora. Sin embargo, es evidente que cuando asistimos a una representación en vivo, sobre todo si es un concierto acústico, recibimos la información musical desde un único plano. Los instrumentos no están alineados exactamente en el mismo plano, pero sí colocados en posiciones relativamente cercanas.
Esta imagen sonora queda algo desvirtuada en los conciertos multitudinarios en los que es necesario amplificar el sonido de los instrumentos debido a que las cajas acústicas suelen estar colocadas no solo delante de nosotros, sino también en los laterales. Pero es importante tener en cuenta que cada una de ellas nos ofrece toda la información musical, y no solo la que procede de uno o dos instrumentos.
¿Multicanal? Sí, pero con matices
Cuando escuchamos música multicanal a través de nuestro equipo de cine en casa, con frecuencia los ingenieros de sonido realizan montajes efectistas y colocan algunos instrumentos a nuestro alrededor, y no solo en el plano frontal. Esta imagen, obviamente, es espectacular, pero no representa de forma fidedigna el acontecimiento musical original.
Por fortuna, esto no siempre es así. Las mejores grabaciones multicanal que he escuchado suelen colocar en el plano frontal la música, y utilizan las cajas acústicas traseras y laterales para restituir la información de ambiente, siempre que la haya, claro está. Su capacidad de inmersión es absoluta, y suelen recrear de una manera más fidedigna el acontecimiento musical original que las grabaciones estéreo. Un buen ejemplo de grabación multicanal de extraordinaria calidad es la edición en SACD de «Jazz at the Pawnshop», de Arne Domnerus, un disco que muchos entusiastas consideran el sanctasanctórum del jazz.
En definitiva, en mi opinión, música multicanal, sí, pero no a cualquier precio. Si es capaz de recrear el acontecimiento musical original de forma fidedigna y nos transporta a ese momento gracias a su capacidad de reproducir la información de ambiente, bienvenida sea. Pero aquellas grabaciones que ofrecen una experiencia excesivamente efectista suelen acabar saturándonos, por lo que me parecen mucho menos apetecibles. En cualquier caso, os animo a que las probéis y saquéis vuestras propias conclusiones.
En Xataka Smart Home | Dos razones de peso para preferir el sonido 5.1 al 7.1
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