En la anterior entrega del especial sobre receptores A/V vimos cómo estos potentes dispositivos eran capaces de corregir algunas de las desviaciones acústicas de nuestra sala y altavoces por medio de avanzados sistemas de ecualización.
En esta ocasión vamos a centrarnos en una de sus más interesantes funcionalidades, la relacionada con el procesado del audio multicanal, imprescindible para disfrutar de una auténtico sonido de cine en nuestras casas.
Hasta hace poco más diez años, los receptores A/V de gama media contaban con mínimas capacidades de procesamiento (o por lo menos comparadas con las que tienen hoy en día) para cambiar las características del sonido que posteriormente amplificaban.
Con el paso del tiempo y a medida que la Ley de Moore se imponía en la electrónica digital, los DSPs o procesadores digitales de señales se han convertido en una parte imprescindible de los receptores A/V, permitiendo añadir nuevos efectos y modos de ecualización avanzados a nuestros equipos.
Receptores A/V: Configuración avanzada de altavoces
Seguro que la mayoría de vosotros ha tenido algún equipo de música o minicadena en el que prácticamente lo único que podíais configurar era el tono o nivel de graves y agudos a una frecuencia o banda de frecuencias predefinida muchas veces desconocida.
Los receptores A/V modernos son capaces de ésto y de mucho más, ya que aparte de realizar las correcciones acústicas automáticas que vimos en el anterior artículo, en la mayoría de los casos permiten variar la respuesta en frecuencia de los altavoces en diferentes bandas de forma manual.
Ésto puede resultar útil en el caso de que no obtengamos los resultados esperados con el sistema automático o bien contemos con un equipo externo que nos permita medir de forma más fiable la respuesta en diferentes puntos de la sala para su posterior corrección.
Además, una de las funciones más útiles consiste en el filtrado de la señal en función del “tamaño” o mejor dicho de las capacidades frecuenciales de los altavoces que tengamos instalados. Como en el mundo de los altavoces el tamaño sí importa, para reproducir frecuencias graves se necesitan altavoces de grandes dimensiones, no siendo recomendable hacerlo con altavoces pequeños ya que pueden distorsionar o incluso dañarse físicamente.
Los receptores A/V nos permiten configurar frecuencias de corte paso-alto (o paso bajo, según se mire) para los diferentes altavoces conectados, enviando las frecuencias inferiores a la seleccionada al altavoz de graves o subwoofer. Por ejemplo, si tenemos un altavoz central con conos de 5 o 6 pulgadas podemos marcarlo como “medium o small” (esta terminología depende de la marca y modelo) y seleccionar por ejemplo una frecuencia de corte de 70 u 80 Hz, con lo que todas las frecuencias inferiores a ésta se enviarán al subwoofer.
Normalmente esta selección la realiza automáticamente el receptor, pero también podemos posteriormente ajustar los diferentes parámetros a mano para mejorar los resultados finales. Además, es posible variar manual o automáticamente el volumen de cada altavoz que tengamos conectado, por ejemplo incrementando el del canal central para que nunca más nos perdamos los diálogos de las películas.
Receptores A/V: Modos de audición
Los técnicos de sonido de los estudios de grabación generalmente crean el ambiente que ellos consideran apropiado en la pista de audio de cada película. Nosotros podemos seleccionar en el receptor algún modo de sonido que no aplique ningún tipo de efecto, para mantener la máxima fidelidad con el sonido original.
Sin embargo, en ocasiones puede gustarnos más aplicar un cierto “color” a las bandas sonoras, es lo que se conoce como modos de audición. Estos modos tienen varias funciones: por una parte aplican ecualizaciones predefinidas para conseguir un cierto ambiente o sensación con diferentes configuraciones, por ejemplo una para películas de ciencia ficción, otra para pelis de acción, terror, para simular estar en un concierto, etc.
Por otra, consiguen variar la respuesta temporal y modificar las reverberaciones de la sala con diferentes trucos técnicos, como el de añadir canales extra de posicionamiento. ¿En qué consiste esto? Muy sencillo, seguro que habéis oído hablar de sistemas de audio 7.1, 9.1 o incluso 11.1 y os habéis preguntado ¿de donde se sacan y para qué sirven estos canales extra si el DVD sólo tiene 5.1 canales o el Blu-ray en el mejor de los casos es 7.1?
Muy sencillo, el receptor A/V puede analizar el sonido de la pista de audio e “inventarse” esos canales extra a partir de los ya existentes para mejorar la presencia sonora en la sala. Por ejemplo, algunos receptores incorporan los llamados altavoces de presencia que se instalan en la parte superior de la pantalla, a ambos lados, y que permiten simular el efecto de que el sonido del canal central sale por detrás de la pantalla, en vez de por el altavoz central.
Este tipo de efectos puede resultar útil en según que casos, como por ejemplo si tenemos una pantalla muy grande y nuestro altavoz central está situado muy por debajo de ella o no tiene una buena dispersión vertical del sonido.
Aunque todos estos modos de audición pueden resultar muy espectaculares las primeras veces que los utilizas, sin embargo, puede que al final os canséis de ellos y prefiráis un sonido más puro, algo más en la línea de lo que el productor quería transmitirnos. No hay problema, con sólo pulsar un botón en el mando a distancia la mayoría de los receptores A/V modernos nos permiten seleccionar lo que denominan “Pure Audio”, “Direct Mode”, “Pure sound” o algo similar.
Se trata de modos de audición en los que el sonido apenas sufre procesamiento y en general se limita a pasar desde la entra hacia la salida (con la amplificación que sea necesaria) Además, en estos modos de sonido “puro” suele ser habitual que toda la circuitería extra se desconecte, como por ejemplo las partes de procesamiento de vídeo e incluso la pantalla LCD de información del receptor, todo con la finalidad de minimizar las interferencias en el sonido y mantener la máxima fidelidad. Vamos, el paraíso de los amantes del HiFi.
Receptores A/V: Procesado avanzado del audio
En esta última parte de este tercer capítulo vamos a comentar algunas funciones de procesado avanzado que cada vez están más presentes en los receptores A/V. Para empezar comentaremos los modos de audición nocturnos.
Seguro que en más de una ocasión os habéis puesto a ver una película por la noche y para no molestar a los vecinos o a vuestra propia familia tuvisteis que bajar tanto el volumen que al final os costaba seguir los diálogos. Esta situación puede resolverse fácilmente subiendo el volumen del canal central, como ya hemos comentado, aunque también haciendo uso de la Compresión dinámica insertada en algunas pistas de audio.
El rango dinámico nos indica la diferencia entre los sonidos más suaves (un susurro o el aletear de un mosquito) y los más ruidosos (un disparo o una explosión). Los receptores modernos pueden jugar con este rango incrementando el volumen de los sonidos más suaves y disminuyendo el de los más fuertes de modo que todo se mantenga en un rango tolerable sin que nos perdamos los pequeños detalles.
Lo normal es que la propia pista de audio contenga información extra sobre esta compresión dinámica, permitiendo al receptor saber qué debe atenuar o reforzar y en qué medida, aunque cada vez más DSPs son capaces de ajustar sobre la marcha este tipo de parámetros para ofrecernos un control de decibelios que se ajuste a nuestras expectativas.
Son los llamados modos EQ avanzados o de volumen inteligente y tienen varias funciones. Por una parte, mantener constante el nivel de presión sonora con independencia de la fuente que estemos escuchando. Por ejemplo, seguro que os ha pasado que al cambiar de canal, poner un CD y luego un DVD o conectar la radio el volumen se dispara. Pues esta es una de las cosas que se intenta solucionar.
Pero además, los receptores de gama media-alta realizan complejos cálculos para tratar de mantener constante la percepción acústica a cualquier nivel de volumen. Es decir, que disfrutemos de todos los detalles y sutilezas del sonido tanto a volúmenes muy bajos como a muy elevados.
Es lo que algunas marcas como Audyssey llaman ecualización dinámica, que no es otra cosa que ir variando la respuesta de los altavoces en frecuencia y en amplitud (volumen), canal por canal, en función de las características instantáneas de la señal de entrada y del volumen que tengamos seleccionado en el receptor.
Por ejemplo, si vemos una película con el volumen muy bajo, las voces o los efectos por los altavoces traseros pueden llegar a desaparecer, al igual que ciertas frecuencias medias o graves. La ecualización dinámica trata de compensar estos problemas manteniendo un sonido equilibrado a cualquier nivel de audición que deseemos.
Índice del especial
Receptores A/V (I): funciones y características básicas
Receptores A/V (II): Consigue un “sonido de cine” gracias a la ecualización
Receptores A/V (III): Procesado de audio multicanal
Receptores A/V (IV): Funcionalidades avanzadas