Cuando nos iniciamos en el mundillo del cine en casa nos surgen multitud de dudas acerca de los numerosos tipos de dispositivos, componentes, equipos, altavoces, reproductores y demás parafernalia tecnológica que está a nuestra disposición en las tiendas especializadas. Pero sin lugar a dudas, uno de los que más dudas suscita es el denominado receptor A/V o receptor de audio y vídeo.
Son esos voluminosos, calientes y pesados aparatos a los que generalmente están conectados los altavoces y que forman el corazón de nuestro home cinema. ¿No sabéis qué son, para qué sirven ni cuáles son las diferencias que presentan con respecto a otro tipo de dispositivos tales como preamplificadores, etapas de potencia, procesadores de señales, etc.? En esta serie de artículos vamos a tratar de clarificarlo.
Comenzaremos por el principio. En un sistema de cine en casa que se precie de serlo, contar con un buen sonido es tan importante como la calidad de la imagen que obtengamos mediante proyectores o televisores. Debido a las características físicas y técnicas de estos últimos, resulta casi imposible que incorporen altavoces de calidad, o por lo menos con las dimensiones apropiadas como para reproducir todo el rango de frecuencias audibles a niveles de potencia adecuados.
Por ello, se hace necesario utilizar altavoces externos que, a su vez, necesitarán de un sistema electrónico que les proporciones la potencia eléctrica necesaria para mover los electroimanes y producir el sonido. Esta es la tarea de los amplificadores de audio en general, utilizados habitualmente en todo tipo de dispositivos como cadenas de música, reproductores de MP3, televisores, barras de sonido, etc.
Por otra parte, las películas de hoy en día suelen contar con audio multicanal digital, lo que significa que para disfrutarlas en su máximo esplendor tendremos que tener un número de altavoces que se corresponda con el número de canales de la grabación (habitualmente 5 canales normales y uno de graves) y algún dispositivo que nos descodifique este audio digital y lo transforme en señales analógicas comprensibles por la electrónica de los altavoces.
Receptores A/V: Receptor y decodificador de audio
Es aquí donde los receptores A/V entran en juego, ya que una de sus principales funciones es la de ser los decodificadores de este audio insertado digitalmente en los DVDs y Blu-Rays (en formatos de tipo Doby Digital, DTS, etc.), transformando los ceros y unos en señales analógicas sinusoidales que una vez amplificadas alimentarán a los diferentes altavoces que tengamos instalados.
Es decir, su primera y más importante función es la de “recoger” las señales de audio procedentes del exterior, ya sean estas en formato digital o analógico, desde las múltiples y diferentes fuentes que tengamos conectadas (DVD, Blu-Ray, lector de CD, televisor, videoconsola, PC, etc.) y adaptarlas al lenguaje que entienden los altavoces: voltios y vatios.
Para ello, los receptores A/V suelen contar con multitud de conexiones en su parte trasera, tanto analógicas como digitales, que nos permitirán conectarle las diferentes fuentes de reproducción de contenidos que tengamos en casa y seleccionar en cada momento la que queramos escuchar.
Receptores A/V: preamplificador, DSP y etapa de potencia
La segunda y más importante función de los receptores A/V es la de servir también de preamplicador y de etapa de potencia. El preamplificador es el dispositivo que adapta los niveles eléctricos de las señales de entrada a niveles adecuados para su posterior procesado por parte de un DSP (procesador digital de señales) o amplificador.
La etapa de potencia, como su nombre indica, es la encargada de elevar los milivoltios que le proporciona el preamplificador o DSP a voltios, para generar los vatios necesarios como para mover los conos de los altavoces, es decir, es la parte que nos genera la potencia final que irá a nuestros altavoces.
La tercera función fundamental de un receptor A/V es la de actuar como procesador digital de las señales de audio, aplicándoles diferentes efectos, ecualizaciones, retardos, etc. adaptándolas a las características frecuenciales de nuestros altavoces y a las características acústicas de la sala (veremos en profundidad estas funciones en un posterior artículo).
Además, según los modelos, también pueden incorporar funciones avanzadas para manejar las señales de vídeo digitales o analógicas que les conectemos, realizando o no el procesado de las mismas para adaptarlas a las diferentes resoluciones y sistemas finales de representación (TV o proyectores), por ejemplo pasando una señal en baja definición a una en 1080p mediante reescalado.
Receptores A/V: Resumen de funciones
Reumiendo, los receptores A/V son los dispositivos encargados de recibir las señales de audio (y también de vídeo) procedentes de las diferentes fuentes que tengamos en casa, realizar la decodificación de las digitales (Dolby Digital, DTS, etc.), adaptarlas a un nivel de señal adecuado para ser procesadas, procesarlas para modificar su amplitud, fase y respuesta en frecuencia (ecualización), adaptarlas a las características de nuestros altavoces y sala, y finalmente amplificarlas hasta los niveles de potencia necesarios para que podamos escucharlas por los altavoces.
Es decir, los receptores A/V integran en un solo aparato la etapa de preamplificación, el decodificador digital y procesador de audio multicanal, el procesador digital de señales (tanto de audio como de vídeo) y las etapas de potencia (una por cada altavoz), reduciendo los costes y simplificando la gestión de todos estos dispositivos.
En posteriores artículos repasaremos más a fondo estas funciones y comentaremos las funcionalidades avanzadas que han convertido a los receptores A/V en los centros neurológicos de nuestros sistemas de cine en casa.
Índice del especial
Receptores A/V (I): funciones y características básicas
Receptores A/V (II): Consigue un “sonido de cine” gracias a la ecualización
Receptores A/V (III): Procesado de audio multicanal
Receptores A/V (IV): Funcionalidades avanzadas
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