Una de las principales diferencias existentes entre un componente de Alta fidelidad de gama básica y otro de referencia es la tecnología utilizada para minimizar las vibraciones. Cuando una caja acústica, un lector de CD o un giradiscos vibra, su rendimiento cae «en picado».
Esto se debe, por un lado, a que las vibraciones deterioran su calidad de audio, y, por otro, a que pueden llegar a producir su propio sonido. Es fácil entender esta idea si nos ceñimos, por ejemplo, al funcionamiento de una caja acústica.
Combate las vibraciones y vencerás
Podemos contemplar una de nuestras cajas acústicas como un gran transductor capaz de transformar energía eléctrica, la que recibe del amplificador, en energía acústica, que se manifiesta bajo la forma de ondas de sonido que se propagan a través del aire. Estas ondas son generadas gracias a la vibración del cono de cada uno de los altavoces de la caja acústica. Esa vibración genera unos cambios de presión en el aire constantes, y provoca la aparición de las ondas sonoras que nuestro oído va a registrar, y nuestro cerebro será capaz de procesar.
Si el recinto de la caja acústica es endeble, vibrará, y esas vibraciones adicionales se superpondrán a las de los conos de los altavoces, pudiendo llegar a enmascarar una parte de ellas. Si son lo suficientemente fuertes, incluso, pueden generar sus propias ondas sonoras, un fenómeno que interpretaremos bajo la forma de ruido y distorsión.
Desafortunadamente, no es fácil reforzar el recinto de una caja acústica para incrementar su inmunidad a las vibraciones. En muchos casos, de hecho, es imposible porque nos obligaría a desencolarla. Sin embargo, lo que sí podemos hacer es evitar que las vibraciones transmitidas por el movimiento de los conos al recinto se transfieran a su vez al suelo, o al mueble sobre el que hemos colocado la caja acústica.
Elige la solución que prefieras
Tenemos varias opciones a nuestra disposición, y algunas de ellas son muy económicas. Podemos colocar debajo de nuestras cajas acústicas, si se trata de monitores, unas bases de espuma de alta densidad que eviten el contacto con superficies resonantes, como, por ejemplo, estas de EZ Acoustics, o estas otras de Thomann.
También podemos colocar nuestros monitores o cajas acústicas de estantería sobre unos soportes o pies ajustables, como estos de NorStone. Esta solución es, sin duda, la mejor, pero también es la más cara. Aun así, merece la pena tenerla en cuenta porque hay soportes de buena calidad por precios módicos. Los de NorStone que os proponemos, por ejemplo, cuestan 89 euros la pareja. Un precio razonable, sobre todo si hemos invertido en unas cajas acústicas de calidad.
La tercera opción que os proponemos es válida tanto para las cajas de columna como para los monitores, y consiste en adherir a su base unas puntas de desacoplo que minimicen la superficie de contacto con el suelo o el mueble en el que las hemos colocado. Una opción interesante pueden ser estas puntas de HRL Definition, aunque también tienen muy buena pinta estas bases de desacoplo fabricadas por Inakustik. Vosotros tenéis la última palabra.
En Xataka Smart Home | ¿Es realmente útil quitar el protector de los altavoces cuando los escuchamos?
Ver todos los comentarios en https://www.xatakahome.com
VER 2 Comentarios