Hoy estamos de estreno en Xataka Smart Home. Este post es la primera entrega de una sección mensual en la que os propondremos algunas de las mejores grabaciones que podemos conseguir en el mercado actualmente, y con las que podréis sacar el máximo partido a las cualidades sonoras de vuestro equipo de música. Todas ellas tendrán en común una cualidad irrenunciable: su excepcional calidad de sonido. Pero, por supuesto, no descuidaremos tampoco su calidad artística, algo que podéis intuir si observáis cuál es nuestra primera recomendación.
En esta sección os propondremos música de varios géneros muy diferentes entre sí: rock, clásica, étnica, jazz, etc. Algunos discos, como el de este mes, serán muy conocidos; otros lo serán mucho menos, pero todos ellos deberán estar disponibles en las tiendas físicas o Internet para que podáis comprarlos si os apetece escucharlos en vuestro equipo. Y, además, intentaremos que su precio no sea exagerado.
Como vais a ver a continuación, en cada post analizaremos brevemente la calidad artística del álbum e indagaremos en el contexto en que fue creado. Pero, ante todo, profundizaremos en su calidad técnica, que es lo que más nos importa en Xataka Smart Home. Bienvenidos a esta primera entrega de «La grabación del mes».
«The Dark Side of the Moon»: calidad artística
Este extraordinario disco de Pink Floyd, el octavo álbum de estudio de su carrera musical, está considerado uno de los más creativos e innovadores de la historia de la música. En el momento en que lo concibió, la banda, comandada por el bajista Roger Waters, estaba en «estado de gracia». The Dark Side of the Moon es un canto a la locura magnificado no solo por la inspiración del grupo, sino también por el impecable trabajo en la producción de Alan Parsons, que consiguió afinar el de por sí magnífico sonido de Pink Floyd hasta conseguir situar este álbum en la estratosfera musical, donde continúa más de cuarenta años después de haber llegado a las tiendas de discos.
Los temas del disco reflejan de forma conceptual la vida, la muerte y los sentimientos que inevitablemente dominan nuestra existencia, como la codicia (Money), la locura (Brain Damage), el miedo (On the Run) o la ansiedad (Time). El equilibrio de todos los cortes de este disco es perfecto. Cada tema tiene personalidad propia, pero enriquece el conjunto de tal forma que cualquiera de ellos perdería una parte de su identidad sin los demás. Sin lugar a dudas, desde un punto de vista estrictamente artístico, The Dark Side of the Moon es uno de los álbumes más «redondos» de la historia de la música. Si os apetece descubrir muchos más datos acerca de este disco no os perdáis la estupenda crítica que en su momento publicaron nuestros compañeros de Hipersónica.
Calidad técnica
No se me ocurre una forma más apropiada de empezar la valoración técnica de este disco que asegurándoos que está a la altura de su calidad artística, lo que deja bien claro de qué estamos hablando. La toma de sonido es extraordinaria, y la producción de Alan Parsons remata la faena de una forma sobresaliente, lo que permite utilizar este álbum para poner sobre la mesa las cualidades y las deficiencias de cualquier equipo de música.
Si tuviese que destacar una característica de Pink Floyd en The Dark Side of the Moon desde un punto de vista estrictamente técnico sería su dinámica. En prácticamente todos los temas del álbum es sobrecogedora, lo que exige un esfuerzo muy notable a la sección de amplificación para respetar íntegramente los cambios de intensidad que se suceden de forma casi constante. Además, los graves en muchos de los temas, como en Time, tienen un impacto descomunal, lo que nos permite comprobar si el amplificador es capaz de controlar con precisión el desplazamiento del diafragma de los altavoces de graves.
Por otra parte, la resolución de cada instrumento y cada efecto es muy elevada, por lo que si tenemos unas cajas acústicas resolutivas seremos capaces de apreciar nuevos matices cada vez que escuchemos el álbum. Y la guinda la pone una escena sonora de una amplitud pasmosa, sobre todo en horizontal, en la que es posible distinguir nítidamente cada instrumento y cada efecto de todos los demás.
The Dark Side of the Moon está disponible actualmente en muchos formatos: CD, SACD, descarga digital, DVD, disco de vinilo… Si tuviese que elegir uno de ellos, habiéndolos escuchado todos, me quedaría sin dudarlo con el vinilo de 180 gramos, y, si no tuviese un giradiscos, con el SACD/CD. En cualquier caso, la toma de sonido es tan buena que todos ellos suenan de maravilla. Por su calidad artística este disco es un auténtico imprescindible, pero si además tenemos en cuenta que es uno de los álbumes mejor grabados y producidos que podemos encontrar, la única conclusión a la que podemos llegar es que tiene que formar parte sí o sí de cualquier colección musical que se precie de serlo. Si aún no lo tienes, regálatelo. No te arrepentirás.
9,2
A favor
- Excepcional calidad artística
- Dinámica apabullante
- Graves con mucha pegada
En contra
- Absolutamente nada. Artísticamente es un álbum perfecto, y técnicamente se codea con los mejores de la historia de la música
En Xataka Smart Home | Cinco grabaciones de jazz para poner a prueba tu equipo Hi-Fi
En Hipersónica | Pink Floyd - The Dark Side of the Moon (1973): bienvenidos a una nueva galaxia (1ª parte)
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