Un sueño reparador es fundamental para contar con una buena salud y mejorar la calidad de vida. Muchos pueden pensar que ya "dormiremos cuando estemos muertos", pero ojo, que el descanso es básico para que el cuerpo se autorepare y noches como estas, de calor sofocante, ayudar lo que se dice ayudar, no lo hacen.
La ciencia nos habla de lo importante que es dormir y el calor no ayuda. Tampoco lo es abusar de ventiladores y menos aún de aires acondicionados. Y no sólo por el precio de la luz. Intentar dormir con calor no es fácil, pero una de las posibles soluciones está al alcance de todos y además es gratis. Por intentarlo no se pierde nada.
El secreto está en el aire... no el acondicionado
No podemos tomarnos a la ligera la ausencia de descanso. Un día, no pasa nada, dos tampoco, pero cuando ya son noches y noches nuestro cuerpo lo nota. Más irascibles, con serios problemas en nuestra capacidad para pensar, aprender y tomar decisiones... la falta de sueño está relacionada con la pérdida de hasta un 10% de la nuestra precisión motora y un deterioro importante de nuestra capacidad de percepción. Y en noches tórridas, todo esto se acentúa. Dar vueltas en la cama, sin dormir, viendo como pasa las horas puede ser desesperante.
Por eso, para intentar dormir y de paso no saquear la cuenta con una factura de la luz desmesurada, podemos tirar de algo tan básico como son las corrientes de aire y mantener la casa fresca. Algo que nuestros abuelos, padres y demás antepasados ya hacían... porque no somos los únicos en sufrir noches de calor infernales.
Cuando no había tantos medios como ahora, contar con refrigeración natural era básico. Es cierto que las paredes de las casas no son de papel, como ahora. Basta con ver los enormes muros de las casas antiguas en pueblos y ciudades. Sí, no usaban aislantes, pero vamos, que eran más frescas en verano y cálidas en invierno.
Y en caso de no poder contar con una temperatura uniforme y querer rebajar el calor, el aire puede ser uno de los principales aliados o las corrientes de aire, mejor dicho.
Se trata de aprovechar la ventilación que puede ofrecer nuestra casa usando corrientes de aire y beneficiándonos de la diferencia de temperatura entre el aire más caliente y el más frío. Mientras que el aire caliente tiende a ascender, el frío baja. A este fenómeno tenemos que sumar la existencia de tres tipos de ventilación (unilateral, cruzada y de tiro térmico) y agitar la coctelera con ambos ingredientes.
La ventilación unilateral, es la que logramos al abrir una ventana o cuando todas están en la misma pared y no enfrentadas o cruzadas y la verdad, ayudar a refrescar lo hace poco. La ubicación de las mismas, todas en línea, no genera demasiada corriente.
La ventilación cruzada es la que provocamos al abrir ventanas enfrentadas, esto es en paredes que están en sentido puesto. Imaginemos una ventana orientada al sur y otra al norte, en la misma o en distintas habitaciones. De forma natural, si hace algo de viento, puede aparecer una corriente de aire, pero también la lograremos gracias a la diferencia entre las presiones de aire caliente del exterior y más fresco en el interior de la casa.
Por otro lado, la ventilación de tiro térmico o de efecto chimenea es la lograda cuando el aire caliente hace uso de un corredor vertical para ascender. Para que nos entendamos, es la que podemos lograr con un patio de vecinos, un patio interior, una escalera... Con ella se genera un efecto ventosa que atrae el aire de zonas más frías mientras que el aire caliente asciende por el corredor.
Buscar corrientes de aire con sentido
Visto todo esto, es fundamental aprovechar las posibilidades de nuestra casa. Si vas a alquilar o comprar, puedes ver la orientación y sus opciones, eligiendo la que consideres está menos castigada por los elementos (esta página web muestra donde da el sol en tu ubicación), pero si ya tienes una y estás atrapado por un alquiler o hipoteca toca aprovechar las posibilidades que ya tienes.
Buscar habitaciones menos castigadas por el sol es fundamental. Lo mismo que crear corredores de aire, ya sea cruzada o de chimenea. La primera la puedes lograr si por ejemplo abres ventanas de habitaciones con distintas orientación o ventanas enfrentadas en la misma habitación.
Puedes aprovechar también la ventilación de chimenea, si tienes un patio interior o incluso usando el típico patio de vecinos (o patio de luces) que muchos tenemos en casa. Hasta puedes mezclar ambas, si una de las ventanas da por ejemplo, a un patio o una escalera.
Y dicho todo esto, hay algunos aspectos que debemos tener en cuenta. No se trata de abrir ventanas a lo loco, sin sentido. Cualquier momento no sirve para ventilar nuestra casa. Hay que hacerlo en las primeras horas del día y para dormir, cuando la temperatura exterior comience a bajar. Hacerlo durante las horas más calurosas del día puede ser contraproducente.
Además, para establecer corrientes de aire no es necesario abrir las ventanas de par en par. Basta con abrirlas ligeramente o si es posible usar el efecto basculante. Se trata de usar la misma apertura en ambas ventanas para optimizar la corriente de aire.
Una vez dicho esto y si establecemos una corriente de aire entre dos habitaciones o ventanas, conviene mantener el resto de estancias cerradas para así no restar eficacia a la ventilación.
En resumen, es un paso más para intentar mantener la casa a buena temperatura y que esto nos ayude a poder dormir. Un consejo más que se suma a la limitación a la hora de usar televisores, ordenadores, consolas...que hacen que suba la temperatura, usar ropa fresca y de tejidos naturales... todos consejos al alcance la mano.
Imagen | Pibank
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