Hemos visto como en muchas ocasiones nos referimos al hogar conectado con dispositivos inteligentes que cada vez están más presentes en distintos escenarios de la casa. Lugares hasta no hace mucho ajenos, ven como empiezan a llegar sistemas de todo tipo y la cocina y el baño son los mejores ejemplos.
Y eso es lo que propone este inodoro inteligente y conectado. Un elemento común en todos los hogares, pero eso sí, lo habitual es que esté desprovisto de todos los sensores y mejoras que presenta este desarrollo que presenta un equipo de desarrolladores de la Universidad de Stanford.
Para prevenir enfermedades
El equipo liderado por Sanjiv S. Gambhir, Seung-min Park, David Won y Brian Lee, ha llevado a cabo un proyecto que, publicado en la revista Nature Biomedical Engineering, presenta un inodoro inteligente gracias al uso de distintos sensores y cámaras cuyo objetivo no es sólo facilitar el uso del inodoro, sino que también busca ayudar a prevenir enfermedades.
Las cámaras cuentan con la capacidad de reconocer imágenes, ya que están respaldadas por el uso de una Inteligencia Artificial que, en función de las imágenes capturadas, permite reconocer qué personas lo usan en función de la huella anal. Mediante el sistema "Analprint Scan", el inodoro identifica el ano de cada usuario, como si de una huella dactilar se tratase, con el objetivo de detectar posibles enfermedades.
Tanto para orina como para heces, el sistema graba todas las evacuaciones del usuario, de forma que luego, procesando las tomas con un algoritmo especialmente desarrollado, es capaz de detectar posibles anomalías.
Una vez el usuario se sienta sobre el inodoro, un sensor activa el sistema de grabación con las cuatro cámaras que incorpora para empezar a registrar las imágenes. Junto a la grabación, una serie de tiras reactivas, similares a las que podemos comprar en farmacias, permiten analizar componentes de la orina y parámetros como el pH, la presencia de proteínas, glucosa y así detectar posibles infecciones.
Gracias a la conexión permanente, los datos recopilados se suben a la nube, donde la información está protegida, salvaguardando la privacidad de los usuarios, para poder ser analizada por personal médico especializado.
Con este inodoro lo que se pretende es que en base a una actividad diaria que todos llevamos a cabo, el uso de la computación en la nube y la Inteligencia Artificial, puedan colaborar a la prevención de enfermedades al monitorizar nuestra salud.
Vía | The Guardian
Más información | Universidad de Stanford
Imagen portada | Pixabay
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