Un hogar inteligente no tiene por qué significar siempre un hogar tecnológico. Hay pequeños detalles que pueden hacer nuestro vida más cómoda que poco tienen que ver con la electrónica, como por ejemplo este lavabo que se inclina para adaptarse a la altura del usuario.
Hace unos años, para mi proyecto final de carrera, hube de diseñar un centro de día para personas con movilidad reducida. Todo un reto, pues debía cambiar lo aprendido hasta ese momento en cuanto a medidas y proporciones de los objetos cotidianos se refiere. Por ejemplo, todo debía estar a una altura diferente, para poder ser accesible desde una silla de ruedas cómodamente.
Este lavabo inclinable, fruto del trabajo del diseñador francés Gwenole Gasnier, es un buen ejemplo de cómo se pueden adaptar las cosas a las diferentes necesidades de los potenciales usuarios.
Así, cuando lo usa una persona de pie, mantiene su altura habitual, mientras que cuando debe emplearlo una persona en silla de ruedas, o simplemente un niño, el lavabo se inclina para reducir su altura y hacerlo más accesible.
Obviamente, al inclinarse se reduce su capacidad, ya que el agua siempre mantiene la horizontal. Para mitigar este problema, incorpora un gran rebosadero en la parte más cercana al borde inclinado, y así evita que el agua se salga al usarlo en esta posición.
Desde luego, una gran idea del diseñador, muy útil tanto para edificios públicos como en nuestras casas; a mi me hubiera venido genial cuando me rompí la pierna y tuve que ir en silla de ruedas unas semanas.
Vía | DesignBoom
Fotos | Véronique Huyghe
Más información | Gwenole Gasnier
En Xataka Smart Home | Ducha de jardín automática para refrescarse en verano