Entre los múltiples productos que ofrece Amazon se encuentran sus cámaras de seguridad y timbres inteligentes Ring, dispositivos que lleva comercializando desde que adquirió la empresa homónima en 2018. Sin embargo, la compañía lleva enfrentándose a problemas legales durante varios años referentes a la privacidad de sus productos. Estos problemas han conducido a Amazon a tener que pagar un total de 5,8 millones de dólares por una de las quejas formales ante la Comisión Federal de Comercio (FTC) en Estados Unidos.
Además de ello, la compañía también ha sido sancionada a tener que pagar 25 millones de dólares por vulnerar la privacidad de sus usuarios (incluidos menores) a través de datos recogidos por Alexa para entrenar sus algoritmos, algo que la FTC dictaminó que era completamente ilegal.
Grabaciones a las que empleados de Amazon y la policía tenía acceso
Hoy en día viene bien pensárselo más de dos veces a la hora de escoger un producto de cibervigilancia para el hogar. Si bien suelen ser dispositivos muy útiles para la seguridad de los nuestros, suelen ser susceptibles a brechas de seguridad. Además, el hecho de subir nuestras grabaciones a la nube puede suponer una vulneración de nuestra privacidad, información que las compañías podrían tener acceso para todo tipo de fines. Como es el caso de Amazon.
En este aspecto, la compañía ha tenido que enfrentarse a varias acusaciones referentes al acceso de los empleados de Amazon y de diferentes departamentos de policía a los datos recogidos por sus dispositivos. Las grabaciones de Ring se almacenan en los servicios en la nube de Amazon. Sin embargo, éstas se subían al servicio sin encriptación, haciendo que los empleados tuvieran acceso a estas grabaciones en todo el mundo. El único requisito que Amazon necesitaba para acceder a las grabaciones era el correo electrónico de los usuarios.
Según la información recogida por el organismo regulador, la compañía no pudo controlar de manera eficaz el acceso a estas grabaciones por parte de sus empleados. De hecho, en uno de los casos un empleado supuestamente habría visto miles de horas de contenido sensible de mujeres con dispositivos Ring.
No fue hasta el pasado año cuando Amazon ofreció a sus usuarios la posibilidad de almacenar contenido cifrado de extremo a extremo, para que de esta manera nadie pudiese acceder a las grabaciones.
Otro de los casos que tuvo que enfrentarse Amazon era el hecho de que los videos grabados a través de sus dispositivos Ring eran ofrecidos a los departamentos de policía para la investigación criminal. Este tipo de pruebas podrían ser vitales para la resolución de casos, aunque a costa de vulnerar la privacidad de los usuarios. A veces las grabaciones podrían involucrar a personas que no tendrían nada que ver con los casos, haciendo que las imágenes se queden registradas para siempre en los sistemas de la policía.
Tras el caso, Amazon cambió consecuentemente su política en los Estados Unidos, ofreciendo mayor transparencia hacia los datos que recopila sobre sus productos Ring. Ante esta mala praxis Amazon tendrá que pagar una cantidad de 5,8 millones de dólares por el escándalo provocado con sus productos Ring, una cifra que muchos consideran baja dada la escala de la empresa y los problemas ocasionados. Ésta también se suma a los 25 millones de dólares por haber comprometido datos de Alexa.
Este es un ejemplo más del cuidado que tenemos que tener a la hora de comprar dispositivos para la seguridad de nuestro hogar. Y es que inevitablemente, cualquier producto conectado a Internet supone una puerta de entrada para ciberdelincuentes o para que compañías compartan nuestra información con terceros. Es por ello que, como mínimo, es recomendable no utilizar nunca servicios en la nube para recopilar grabaciones, y si lo hacemos, que siempre estén cifradas de extremo a extremo. Una configuración en local siempre será lo ideal, pues solamente nosotros controlamos esa información.
Vía | 9To5Mac
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