Las bombillas LED tontas son tan válidas como las inteligentes: así puedes integrarlas en tu sistema domótico sin comprar nuevas

Hacer de tu casa un hogar inteligente aporta una experiencia más personalizada, más eficiencia energética y más comodidad, pero es caro. Si tienes por casa unas bombillas LED tontas que funcionan, deshacerte de ellas en favor de modelos conectados se siente como una pérdida de dinero (porque de hecho, lo es). Lo bueno es que hay alternativas: así es como puedes usar tus bombillas tontas en la domótica de tu casa.

Nota: las soluciones listadas a continuación son comerciales, si bien existe la opción DIY open source de conectar el cableado eléctrico a domótica con sensores y actuadores  gobernada por Raspberry Pi y con Home Assistant.

Con un casquillo o portalámparas inteligente

Una solución discreta, efectiva y relativamente barata es colocar sobre el casquillo existente un casquillo o portalámparas inteligente simplemente enroscándolo. Te servirá para convertir en "smart" lámparas de noche, apliques de pared, lámparas de techo... que ya tengas en casa.

A partir de ese momento y una vez configurada, podrás controlar cuándo se enciende o se apaga a distancia la bombilla, programarla, crear temporizadores o rutinas desde la app o con órdenes de voz. En este caso, echa un vistazo tanto a su potencia máxima, el tipo de casquillo, compatibilidad con ecosistemas.

Casquillo de bombilla inteligente de Leroy Merlin

Con una lámpara inteligente

Otra solución de aprovechamiento para el hogar inteligente es apostar por una lámpara que tenga conectividad y a la que le podamos enroscar la bombilla. Ya te adelantamos que aquellas que doten de funciones conectadas a la bombilla son difíciles de encontrar, porque lo habitual es que las lámparas conectadas lleven ya la iluminación integrada (o usar casquillos smart, como ya hemos visto)

Hay otra alternativa para aprovechar esa bombilla que puede ser usar una lámpara inteligente donde la iluminación es tonta y emplea la conectividad para otras tareas. Un ejemplo: la Symfonisk de IKEA cuya conectividad Wi-Fi sirve para únicamente para el altavoz que integra, de modo que puedas escuchar música en streaming, podcasts, etc.

Symfonisk de IKEA

Con interruptores y conmutadores inteligentes

Puede que no quieras malgastar tus bombillas tontas que funcionan pero te plantees una reforma (o te encuentres en fase de construcción de tu casa) y te plantees una solución integral donde no cambias la bombilla ni el casquillo, pero sí los interruptores. En este caso es necesario instalación, por lo que es recomendable acudir a un profesional.

Un ejemplo que hemos probado son los Valena Next with Netatmo, que dispone de gateway, comando general inalámbrico (interruptor), enchufes de todo tipo, interruptores, sensores, tarjeteros (como en los hoteles), termostatos, reguladores, zumbadores, actuadores...la idea es que este conjunto sustituye los interruptores (y enchufes, si así lo deseas) por enchufes inteligentes.

Con conectividad Wi-Fi para la casa, protocolo Zigbee 3.0 para comunicarse entre dispositivos y compatible con los tres principales asistentes de voz, permite activar y desactivar los componentes, configurar escenarios, visualizar consumo, gestionar alertas, ampliar la instalación, entre otros.

Valena Next with Netatmo, Xataka

Aunque una la anterior es una de las familias más populares, también hay otras alternativas de Simon, de TP-Link,  de Tenda o en forma de conmutador para colocar en la instalación, como el Sonoff BasicR2.

Algunas ventajas e inconvenientes de esta decisión

El objetivo es aprovechar esas bombillas LED que tenemos por casa o a futuro, comprar los modelos no conectados, más baratos que los dotados de conectividad.

El primer matiz tiene que ver con la vida útil: en general y por definición, una bombilla (conectada o no) va a tener menor longevidad que el dispositivo smart al que la conectemos. Así, merecerá la pena prestar especial atención a su interfaz, compatibilidades, soporte y actualizaciones ahora y en el medio plazo. Una buena idea es apostar por marcas conocidas, de las que cabe suponer que en un par de años seguirán vigentes y operativas por si surgiera un problema y necesitásemos asistencia o recambios.

Por otro lado también toca hacer números: sustituir las bombillas por otras inteligentes no será barato, pero las alternativas para aprovechar las bombillas tontas implican una inversión que puede ser más alta y quizás una instalación más compleja, aunque en el largo plazo implique más independencia, ya que poder colocar prácticamente cualquier bombilla (obviamente, con unas especificaciones de potencia y casquillo compatible) abre el abanico frente a por ejemplo sustituir todas las bombillas de casa por unas Philips Hue y a posteriori, poder comprar otras Hue o bombillas compatibles con estas.

Las bombillas conectadas permiten una serie de funciones como encenderse o apagarse a distancia, programación, rutinas, ajuste de brillo, color, intensidad, entre otros. Con una bombilla tonta conectada a un cacharro inteligente pierdes funciones: seguiremos pudiendo controlarla a distancia y programarla, pero se reduzcan o directamente desaparezcan las opciones de ajustar brillo, color, intensidad...

Portada | Foto de Diz Play en Unsplash

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