Hay dispositivos y electrodomésticos a los que dotarles de conectividad tiene una utilidad cuestionable, pero en otros casos es sorprendentemente prácticos por los motivos más inesperados. Uno de los mejores ejemplos donde la conectividad brilla es en las neveras inteligentes, y es que aunque convertir el frigorífico en smart ofrece unas cuantas funciones interesantes, la de poder irse de vacaciones con tranquilidad es probablemente la mejor.
Hoy en día los principales fabricantes de neveras disponen de modelos conectados: Samsung y su Family Hub, los Bosch Home Connect, LG Signature Display, Liebherr Monolith... pero, ¿para qué puede servirnos una nevera inteligente? Tras repasar las características de estos modelos, podemos resumirlos en:
- Un inventario de su contenido, lo que permite recibir avisos cuando un producto se agota, poder añadirlo a la lista de la compra y hasta darte ideas de recetas con lo que hay.
- Si disponen de pantalla, se abre el abanico para usarlo para dejar notas, visualizar noticias o el tiempo, mostrar fotos y vídeos, navegar por internet para ver recetas son algunos de los usos más habituales.
- Manejo mediante comandos de voz si son compatibles con los principales asistentes como Alexa o Google Assistant.
- Controlarlos desde el móvil: para subir o bajar la temperatura, funciones boost para que súbitamente enfríen más (ideal si metes unas cervezas en la nevera) y notificaciones.
- Acceso al manual, diagnóstico, consejos de mantenimiento y soporte.
Todas las funciones anteriores tienen su aquel, incluidas las que se centran en el entretenimiento, pero si hay una que marca la diferencia para evitarnos disgustos es la de los avisos.
Si la diferencia de precio entre una versión no conectada y una que sí que lo está es mínima, dar el salto a una nevera inteligente es una opción simple y llanamente por probar, pero hay quien elige un frigorífico conectado pensando en potenciales problemas que acaban sucediendo tarde o temprano. Porque es cuestión de tiempo que una nevera falle, bien sea por un problema de sus componentes o directamente de la infraestructura eléctrica.
Lo mejor de la conectividad en nevera: saber los fallos en todo momento
Si la nevera deja de funcionar un día cualquiera, en cuestión de horas llegaremos a casa para percatarnos del problema y tomar medidas como contactar con el soporte y el apaño de consumir lo que corre prisa y comprar unas bolsas de hielo para guardar el resto en unas neveras portátiles. O llevar los alimentos a una nevera amiga. ¿Pero qué pasa cuando te vas de vacaciones?
Antes de marcharnos unos días de casa el sentido común nos invita a comprar con sentido para evitar despilfarro fruto de tener que tirar la comida. Pero si te vas una o dos semanas, no es descabellado dejar comida en su interior, como por ejemplo alimentos envasados, frutas y verduras. Así vuelves a casa y tienes algo para la primera comida. Y esto sin hablar del congelador, donde los alimentos pueden conservarse perfectamente durante meses.
Perder comida es una faena desde el punto de vista económico, pero es casi peor tener que realizar una limpieza a fondo de alimentos en mal estado y su terrible olor. Y aquí es cuando entra en acción la útil función de las alarmas de las neveras inteligentes: la notificación ante apagones, pérdidas de temperatura y otros problemas de forma remota. Llega el aviso al móvil y aunque probablemente no retornes de tus vacaciones para ver cómo está tu nevera, sí que puedes avisar a esa persona de confianza con llaves de casa para por ejemplo, restablecer la electricidad.
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