El título seguro que os suena a una canción mítica de los 80 como es Video Kill de Radio Star (El vídeo mató a la estrella de la radio) de The Buggles. Un título premonitorio que al final no se cumplió pero... ¿podríamos decir lo mismo de los asistentes personales y el uso del mando a distancia?
Y es que si hay un elemento en nuestro hogar que llegó con una gran fuerza para incluso cambiar nuestros hábitos de vida ese fue el mando a distancia. Un elemento que cambió la forma de comportarse familias enteras, sobre todo a la hora de interactuar con la televisión, el primer gran beneficiado de este aparato.
Se acabó el pedirle al hijo que se levantara a cambiar los canales o subir o bajar el volumen de la tele. Un mando te daba ese gran poder sentado en el sofá de casa. El levantarse se va a acabar que podrían pensar algunos.
Haciendo un poco de historia
La historia del mando a distancia nos hace viajar al pasado y mucho. Es en 1950 cuando Zenith Radio Corporation lanza un mando (el primero) que con el nombre de "Lazy Bones", estaba conectado al televisor mediante un cable y se basaba en un funcionamiento mecánico por medio de un motor que servía para mover el dial del televisor.
Más tarde, en 1955 llegó en "Flashmatic", el primer mando a distancia sin cables más parecido a lo que conocemos hoy día. Funcionaba por medio de 4 sensores lumínicos (cada uno tenía una función) situados en cada una de las esquinas del televisor y con un problema... la luz no era buena amiga de este mando ya que interfería en sus funciones.
No fue hasta los años 80 cuando llegaron los circuitos integrados a los mandos que más se parecen al concepto que todos tenemos en mente. Llegaron así los mandos basados en infrarrojos en esa década, un estándar que ha vivido hasta hoy entre nosotros.
El caso es que el mando a distancia, que llegó sobre todo con los televisores, comenzó un reinado que ni la monarquía con más abolengo de la tierra. Un accesorio que con el tiempo llegó a ventiladores, equipos de música, aires acondicionados... incluso hemos visto discos duros con mando a distancia.
Estábamos ante una época dorada en la que un mando a distancia era algo imprescindible. Una casa no estaba a la moda si no tenía un espacio habilitado para usar los distintos mandos a distancia. Tele, vídeo VHS, DVD, equipo de música, Canal+... todo un elenco que favoreció la llegada de los mandos remotos universales y de todo tipo de accesorios. Pero todo tiene un declive...
El smartphone, un devorador de gadgets
Una recesión que ha comenzado tímidamente con la presencia cada vez mayor de los _smartphones_ en nuestro día a día. Un aparato que se ha comido con patatas a las cámaras compactadas básicas, ha devorado a los reproductores mp3 y mp4 y ahora quiere hacer lo mismo con las tabletas, las consolas portátiles y quien sabe si con los mandos a distancia.
Y es que cada vez es más habitual ver aplicaciones en Android o iOS orientadas a controlar los distintos aparatos de la casa con el móvil. El televisor, el equipo de música, el home cinema... tener todo unificado en el móvil de forma que no precisamos de un mando a distancia clásico.
Esto choca por ahora no obstante con un problema y es que sólo podemos lidiar con aparatos compatibles. Deben ser dispositivos más o menos modernos que cuenten con algún tipo de conectividad ya sea Bluetooth, Wi-Fi o NFC y aún así tenemos un problema. Seguimos teniendo la mano ocupada. No es el mando, es el móvil.
El asistente quiere dejarnos las manos libres
Y en esas que llegan los asistentes personales. Un nuevo paso a la hora de controlar los distintos dispositivos de nuestro hogar de una forma más accesible. Nada de usar las manos. Sólo por medio de órdenes verbales podremos poner nuestra casa a nuestros pies.
Para ello partimos. como en el caso anterior de dispositivos modernos, que cuenten con soporte para Bluetooth, Wi-FI o NFC y que además estén conectados a la red. Estos se enlazan a nuestro asistente virtual (podemos llamarlo Siri, Alexa, Cortana, Google Assistant, Vicky, Bixby...) y permiten gestionarlos a distancia.
Además no sólo se quedan ahí, sino que por medio de este tipo de soluciones (y ya hemos visto gran variedad de ejemplos), podemos controlar con un mismo aparato toda la domótica de casa. Una sola orden de voz y podemos cambiar de un plumazo todo el ambiente de casa (clima, luz, sonido...) y eso mientras tenemos las manos libres para realizar cualquier otra actividad.
El mando a distancia mientras tanto, quedará arrinconado en un cajón, porque eso sí, aunque los asistentes pueden ser el futuro, no hay aparato que a día de hoy no venga con su correspondiente control remoto. Pasaremos poco a poco a comunicarnos de forma natural con la voz mientras que el móvil seguirá siendo usable para configurar los parámetros de los asistentes.
El despliegue ya ha comenzado y aunque es pronto para afirmar cual será el futuro, parece que llegan para quedarse. No obstante se trata de un desarrollo que puede ser un arma de doble filo. Hemos visto episodios recientes, en un caso aprovechando el funcionamiento del sistema y en otro caso por un fallo bastante discutible, que dejan al aire los defectos de unas funciones aún imperfectas.
¿Mató (matará) el asistente personal la estrella del mando a distancia? Mucho me gustaría pensar que no, que de nuevo el título vuelve a errar en la predicción pero esta vez me parece que no será así.
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