Los frigoríficos son unos de los electrodomésticos que más energía consumen en nuestros hogares, ya que funcionan las 24 horas del día. Aunque en las últimas décadas se han realizado muchos avances para mejorar su eficiencia energética, su tecnología de funcionamiento sigue siendo la misma que hace 100 años.
Los frigoríficos actuales funcionan mediante la compresión de un gas que se hace pasar por una serie de tubos y que transfieren el calor de dentro del frigorífico al exterior. Sin embargo, este sistema podría cambiar gracias a una nueva tecnología conocida como refrigeración magnética.
Qué es la refrigeración magnética
La clave del asunto está en lo que se conoce como refrigeración magnética, un sistema de enfriamiento basado en el efecto magnetocalórico. Se trata de una propiedad de ciertos materiales según la cual, al someterlos a un campo magnético, su temperatura sufre un descenso más o menos acentuado.
Este fenómeno se ha investigado desde hace bastantes décadas, aunque los descensos obtenidos en condiciones normales no eran muy buenos y para funcionar se necesitaban superconductores, que a su vez requerían ser refrigerados.
Ahora, los científicos de General Electric (GE) están más cerca de poder aplicarlo a un electrodoméstico real, gracias a un nuevo material de niquel y manganeso que puede funcionar a las temperaturas normales de una habitación doméstica.
Ventajas de la refrigeración magnética
El prototipo que han desarrollado en GE funciona usando 50 etapas de enfriamiento, cada una de las cuales hace descender un poquito la temperatura del objeto a enfriar.
¿Cuánto? Pues de momento con la refrigeración magnética se ha conseguido que la temperatura descienda con respecto a la temperatura ambiente 80 grados Fahrenheit (unos 44,4ºC), aunque afirman que en poco tiempo serán capaces de lograr descensos de 100 grados Fahrenheit (unos 55º C), una bajada térmica bastante considerable.
La ventaja de este sistema de refrigeración es que sus creadores afirman podría ser hasta un 30% más eficiente que los mejores equipos de refrigeración actuales.
Y esto es sólo el principio, ya que aseguran es una tecnología que se usará en los próximos 100 años, lo que dará tiempo suficiente como para mejorar su eficiencia y capacidades de refrigeración a medida que se descubran nuevos materiales con propiedades magnetocalóricas.
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