Autobacon es la máquina que todo americano tendrá en la cocina en un futuro no muy lejano, porque el amor que sienten por este derivado del cerdo es una cosa que supera los límites de la razón humana, hasta tienen vodka con sabor a bacon e incluso agua con ese sabor.
De hecho esta imagen es un ejemplo de ese amor desmedido, ya que es la ilustración de una camiseta de Glennz, ni siquiera un prototipo ni nada parecido, aunque no os creáis que se aleja mucho de la realidad, porque hace tiempo que los científicos del MIT están trabajando en una impresora de comida.
De nombre Cornucopia, que significa cuerno de la abundancia y es símbolo de la prosperidad, está máquina sería capaz de elaborar nuestra comida a partir latas y conservas con los ingredientes, mezclando, calentando y extrusionando la comida en la forma y cantidad deseada. Tan solo habría que indicarle el plato, asegurarse de que queda “tinta” en la impresora y listo.
Y es que las películas de ciencia ficción, aunque se precipitaron al pensar que el 2001 estaríamos viviendo en el espacio, no andan tan desencaminadas, y antes de lo que creemos el microondas y los robots de cocina actuales parecerán baratijas al lado de inventos como estos.
Vía | Directo al Paladar
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