La lavadora es uno de los electrodomésticos que todos tenemos en casa. De una forma u otra no podemos pasar sin ella y cuando no la tenemos a mano comprobamos como de latazo era el trabajo de lavar la ropa por parte de nuestras abuelas y bisabuelas (hablo de mujeres puesto que en esos años era lo habitual).
De esta forma la lavadora pasa a ser uno de los electrodomésticos más necesarios y por lo tanto a la hora de hacernos con una tenemos que meditar muy bien cuales son nuestras necesidades (presentes y futuras). Ya sea por precio, especificaciones o consumo energético, elegir una lavadora es un proceso que requiere controlar algunos apartados.
Se trata en definitiva de escoger una que se adapte a nuestras necesidades por lo que vamos a ver los puntos fuertes y no tan fuertes de una lavadora para que en función sus prestaciones elijas la que más te conviene.
Lavadoras de carga frontal
Unas formas que siempre hemos visto. La lavadora que hemos tenido en casa desde que tenemos recuerdos destacan por la posibilidad de cargar la ropa por la parte frontal, con una puerta que puede cambiar el tamaño según el modelo.
Las lavadoras de carga frontal son las más usadas porque permiten su colocación en un buen número de sitios, ya que la puerta frontal permite su integración en la cocina bajo la encimera. Para ello cuentan con unas medidas que podríamos decir que son casi estándar ofreciendo diseños que se adaptan al resto de electrodomésticos.
Un modelo de carga frontal es ideal para familias grandes gracias a una mayor capacidad de carga, que puede llegar fácilmente a los 15 KG. Además cuentan con distintos tipos de programa para la ropa que tengamos previsto lavar.
Entre los inconvenientes destacar sobre todo uno como es el proceso de carga frontal, un método que puede plantear problemas de acceso a determinadas personas, ya sean de avanzada edad o con algún tipo de problema de movilidad. A la larga en nuestra espalda se pasa factura.
Lavadoras de carga superior
Una opción que ha cobrado fuerza últimamente y muy usada por familias de pocos miembros o parejas. Y es que se caracterizan en primer lugar por la carga por la zona superior, en la que encontramos la abertura destinada a tal fin. De esta forma no es necesario agacharse para introducir la ropa
Este diseño ofrece un frontal limpio pero debido a que tenemos que dejar la parte de arriba descubierta su integración bajo la encimera del la cocina se hace casi imposible. Y si lo logramos, aunque sea sin encimera, tenemos una parte en la que no podremos realizar tarea alguna y que siempre tendremos que tener libre.
Frente al tamaño más uniforme y cuadrado de las lavadoras de carga frontal, estas son más estrechas y alargadas, lo que las hace ideales para colocar en un rincón, normalmente de una terraza de cocina o habitación al uso de forma que no reste espacio.
Además y pese a que tradicionalmente el frontal ha sido blanco, los fabricantes han optado por cuidar cada vez más el diseño, el aspecto para aportar así un toque decorativo, debido sobre todo a que normalmente son un electrodoméstico que tendremos a la vista.
Y respecto a su funcionamiento, ya hemos dicho que son usadas sobre todo por familias más pequeñas. Familias de tres miembros, monoparentales o parejas que ven ideales su menor capacidad de carga por lavado, que gira en torno a unos 7 KG.
Ofrecen sin embargo una serie de desventajas entre las que cabe citar sobre todo tres. En primer lugar el mayor consumo energético, pues gastan por regla general más que las de carga frontal ya que el proceso de secado por centrifugado es más lento.
Este proceso además, por la forma y disposición del tambor, genera más ruido y vibraciones y es más propenso a sufrir averías. Además, suelen ser más caras que los modelos de carga frontal.
Lavadoras secadoras
La tercera opción a la hora de hacernos con una lavadora es optar por una lavadora secadora. Un tipo de lavadora que suele ser de carga frontal y que como su propio nombre indica también permite el secado de ropa. Ojo, no confundir con una secadora que junto con una lavadora (cada una por su lado) sirven para que nos montemos una columna de lavado.
Las lavadoras secadoras pueden ser muy útiles en una época como esta, donde los fríos y las lluvias impiden que la ropa se seque adecuadamente en los tendederos de casa. Aportan por lo tanto una ventaja como es dejar la ropa prácticamente seca, ahorrando tiempo y esfuerzo.
Pero como pasa siempre, también hay inconvenientes y en este caso los principales hacen referencia a una capacidad de carga más reducida que suele oscilar entre los 7 y los 10 KG, limitando su uso para las familias de varios miembros.
Además el proceso de secado de ropa conlleva un mayor gasto energético, lo que provoca que esto se manifieste al final en la factura de la luz. Un sobrecoste que además se viene a unir a un precio que por regla general es superior.
Por lo tanto vemos como tenemos básicamente tres tipos, tres familias dentro de las cuales tendremos que buscar precios y especificaciones que se adapten a nuestras necesidades. Y siempre buscar sobre todo una buena calificación energética, algo que nuestro bolsillo agradecerá a la larga.