Las lavadoras modernas cuentan con multitud de funcionalidades y características que permiten hacer la colada de forma sencilla y cuidando las prendas más delicadas.
Una de ellas es el denominado centrifugado, una especificación que muchos fabricantes se afanan en promocionar en las etiquetas de sus productos para resaltar elevadas cifras de revoluciones por minuto. Pero, ¿qué es el centrifugado, para qué sirve y cómo podemos elegir la velocidad más adecuada para nosotros?
Qué es el centrifugado
El centrifugado es básicamente el proceso de hacer girar el tambor de la lavadora a mayor velocidad que durante el lavado convencional para así favorecer, gracias a la fuerza centrífuga, la expulsión de las gotas de agua presentes en la ropa hacia las paredes del tambor.
Se mide en revoluciones por minuto o rpm, que hacen referencia al número de vueltas que da el tambor en un minuto, siendo los valores típicos de los modelos modernos cifras que oscilan entre las 700-1.600 rpm.
Cuanto mayor es esta velocidad de giro del tambor más cantidad de agua puede extraer de la ropa la lavadora, aunque también tenemos el inconveniente de que se arrugan más las prendas.
Sin embargo, la ropa no se va a lavar mejor porque seleccionemos una mayor velocidad de centrifugado. Sencillamente saldrá con más o menos agua. Por ejemplo según comenta el fabricante Balay, una lavadora que centrifuga a 600 rpm dejará casi el 80% de humedad en la ropa, mientras que una de 1.100 – 1.200 rpm dejará menos de la mitad de humedad.
Cómo elegir la velocidad que más me conviene
La necesidad de seleccionar una velocidad mayor o menor de centrifugado dependerá de varios factores. En primer lugar del lugar donde vivamos. Por ejemplo, si se trata de una zona soleada donde podemos tender al sol podemos permitirnos una menor velocidad de giro inferior a las 400-500 rpm.
Si se da el caso contrario y vivimos en una zona húmeda necesitaremos que la ropa salga lo más seca posible y convendrá elegir valores por encima de las 1.000 rpm.
Pero también dependerá del tipo de ropa que estemos lavando, ya que las prendas más delicadas necesitan velocidades de centrifugado más lentas. Esta es una característica que suele venir integrada en los diferentes programas de lavado, por ejemplo los típicos programas para lana, ropa interior, ropa delicada, telas sintéticas, etc. Cada uno suelen llevar asociada una velocidad diferente.
Por ejemplo, como señalan desde la OCU, materiales como la lana, la ropa interior o las blusas delicadas requieren velocidades lentas por debajo de las 800 rpm., mientras que las telas sintéticas necesitan entre 800-1000 rpm. y el algodón conviene centrifugarlo por encima de las 900 rpm.
También puede darse el caso de que nuestro modelo concreto de lavadora permita seleccionar manualmente la velocidad de centrifugado aparte del programa que usemos. En estos casos conviene leer bien a etiqueta de las prendas para saber cuál es la velocidad que recomienda el fabricante o seguir las indicaciones genéricas antes mencionadas.
Por último, hay que destacar que a mayor velocidad de centrifugado mayor ruido generado por la lavadora y mayor consumo eléctrico, factores que conviene tener en cuenta si por ejemplo queremos ponerla por la noche y molestar lo menos posible o ahorrar en la factura de la luz. En estos casos, podemos optar por los valores más bajos que nos permita nuestro modelo.
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