La OCU aclara si son o no seguras las freidoras de aire. Este es el resultado

Las freidoras de aire o airfryers son dispositivos cada vez más habituales. Hace poco vimos cuáles eran los mejores accesorios baratos para sacarles aún más partido. Son pequeños electrodomésticos que han llegado para ocupar el lugar de las freidoras clásicas y acompañar o restar protagonismo al horno y al microondas.

Dicho esto, en torno a las freidoras de aire se ha generado mucha polémica. Hace unas semanas fue noticia la retirada de una gran cantidad de freidoras de aire del mercado, lo que hizo que mucha gente pusiera en duda su seguridad. Esto es precisamente lo que ha hecho la OCU: poner a prueba las airfryers para ver si son o no seguras.

La seguridad a prueba

Es un electrodoméstico muy popular. No en vano, y según la OCU, solo en 2023 se vendieron más de 1.600.000 unidades. Sin embargo, al ser tan populares, hay más posibilidades de que salgan a la luz problemas. Fallos que no deberían aparecer si el aparato está en buen estado y se usa correctamente.

La OCU ha decidido poner a prueba las freidoras de aire. Han verificado que cumplan con las normas de seguridad y que no tengan fallos de diseño que las hagan inseguras. Según su evaluación, ningún modelo ha presentado estos problemas.

Las pruebas para determinar si son o no seguras se clasifican y dividen en tres apartados:

• Seguridad térmica
• Seguridad eléctrica
• Seguridad de uso del aparato

Seguridad térmica

Para determinar la seguridad térmica, han medido las temperaturas que alcanzan las zonas exteriores de la freidora, es decir, aquellas que se pueden tocar fácilmente. En el interior se alcanzan temperaturas elevadas y es importante que tengan un buen aislamiento. Hay que tener en cuenta que las piezas internas de la freidora pueden alcanzar temperaturas cercanas a 200 ºC. Puedes quemarte si las tocas, al igual que con el alimento que está en el cestillo.

Los límites máximos dependen del tipo de material; por ejemplo, el plástico tolera una temperatura más alta que el cristal o el metal. Además, para clasificarlas, diferencian entre las zonas; no es lo mismo una zona funcional que un asa. Si un modelo no supera estos límites, no entra en la clasificación establecida.

Advierten que, aunque todas hayan pasado las pruebas, en cualquier momento puede aparecer un fallo o una avería. Por eso, hay que estar atento por si aparece alguna luz o indicador “modo de chivato” que avise de posibles averías, o si hace ruidos extraños, se calienta, o huele a quemado.

Seguridad eléctrica

Todas las freidoras de aire analizadas cumplen en este apartado. No hay partes que lleven electricidad que se puedan tocar y todos los cables están bien aislados. Aun así, no hay que olvidar que las freidoras de aire requieren las mismas precauciones que cualquier otro aparato eléctrico para evitar accidentes:

• Antes de limpiarla, asegúrate de que esté desenchufada.

• Nunca sumerjas la freidora en agua, ni para limpiarla.

• No debe enchufarse si no está completamente seca.

• No debe manipularse con las manos mojadas mientras está enchufada.

• Con el cable, evita tirones, que quede atrapado en cajones o puertas, y no lo tenses en exceso.

Seguridad de uso

En el último bloque, se comprueba que la freidora es segura en general: estable, robusta, con mandos claros… Tratan de analizar si existen errores de diseño que puedan provocar riesgos o inducir a un mal uso.

En este sentido, es fundamental leer el manual de instrucciones (como con cualquier aparato) antes de empezar a usar tu freidora. De esta forma, conocerás para qué sirve cada mando y control, y podrás usarla correctamente.

Imagen de portada | Xataka

Más información | OCU

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