Llega el calor y pensamos en comprar un sistema de aire acondicionado para casa, por lo que comenzamos a buscar ofertas en las tiendas y hay todo tipo de modelos con precios muy dispares pero que prometen aparentemente hacer más o menos lo mismo: producir una cierta cantidad de frío para refrescar nuestras viviendas.
Sin embargo, a la hora de elegir uno de estos equipos nos damos cuenta de que existe una enorme diferencia de precios, incluso en distintas líneas del mismo fabricante. ¿Es solo cuestión de marketing o realmente hay equipos que ofrecen funciones extra por las que merece la pena pagar?
A continuación vamos a explicar cuáles son las principales diferencias que podemos encontrar en los equipos de aire acondicionado domésticos, tanto en los de tipo fijo como en los portátiles y a señalar qué cambia entre un modelo barato y uno caro.
Sistema de compresión
Uno de los aspectos más importantes de un aire acondicionado y que determinará tanto el rendimiento como la eficiencia del equipo será su sistema de compresión, núcleo principal del aparato y responsable de la cantidad de frio que pueden ofrecer, el nivel de ruido y el funcionamiento del mismo.
Los modelos más básicos, baratos y más extendidos hasta hace unos años eran los basados en un compresor convencional que utilizan este elemento del equipo para alcanzar la temperatura indicada por el usuario y cuando lo consiguen se paran a la espera de que la temperatura vuelva a subir para activarse de nuevo.
Es un método que funciona al 100% de las capacidades del equipo durante un cierto tiempo y luego se para por completo, repitiendo este ciclo las veces que sean necesarias, lo que se traduce en una tecnología mucho más barata de fabricar pero que consumirá más electricidad al ser menos eficiente.
Los aires acondicionados más modernos montan sin embargo diferentes sistemas denominados "inverter", que son capaces de variar la potencia de funcionamiento de sus compresores en un cierto porcentaje para estar siempre listos sin necesidad de alcanzar ese 100% de potencia. ¿Supone mucho ahorro en energía? Pues dependiendo del modelo hasta un 50-70% menos de gasto eléctrico.
Son más complejos de fabricar y cada marca tiene su propia implementación de la tecnología que monta en sus diferentes gamas de producto, lo que a su vez repercute en el precio y rendimiento final de los equipos.
Potencia de refrigeración
Es el valor fundamental que miramos a la hora de elegir un aire acondicionado: qué potencia o capacidad de enfriamiento (o de calor en los modelos con bomba de calor) es capaz de proporcionar.
En general, los fabricantes de aire acondicionado dan valores de generación de frío en frigorías (1 frigoría corresponde a 1 kcal de calor absorbido) o BTU (la unidad del sistema inglés, cada frigoría equivale a unos 4 BTU), estando recomendadas alrededor de 100 frigorías por metro cuadrado suponiendo una altura estándar de unos dos metros y medio.
En los catálogos de cada fabricante encontraremos estos valores que además son directamente proporcionales al nivel de precios de los equipos. ¿Qué valores son los ideales para mi habitación?
Pues si hacemos números y tenemos una sala de unos 20 metros cuadrados, podemos optar por un modelo con unas 2.000 o 2.500 frigorías o por unas 3.000 frigorías si es portátil, ya que como vimos en su día estos últimos sufren de ciertas ineficiencias.
Comprar un equipo con menos potencia nos hará quedarnos cortos y pasar calor, mientras que si optamos por uno mucho más potente estaremos desperdiciando sus capacidades y habremos gastado un dinero extra que pocas veces podremos aprovechar, salvo en la rapidez con la que alcanzaremos la temperatura óptima de la habitación.
Eficiencia energética
Relacionado con los puntos anteriores tenemos el asunto de la eficiencia energética, que además ha cambiado de formulación para su clasificación en los últimos meses como ya vimos en su día.
Este año ya han desaparecido las famosas clases "A+", "A++" y "A+++", que fueron creadas para abarcar y poder describir a los productos más eficientes y que ahora han sido sustituidas por valores de "B", "C" y "D" respectivamente. Esto no significa que la calificación del electrodoméstico haya empeorado, sino que el nuevo etiquetado es más estricto y por el momento se deja la categoría "A" vacía a la espera de nuevos productos más eficientes que los actuales que llegarán en los próximos años.
¿Se nota mucho si compramos un aire más eficiente? Pues si lo vamos a usar muchas horas al día al final supondrá un considerable gasto a final de mes, ya lo encendamos en verano para enfriar la casa o en invierno para la calefacción.
Los equipos más baratos y menos eficientes pueden llegar a consumir hasta un 30% o 40% más de electricidad que sus equivalentes más eficientes. Y no hace falta irse de una marca a otra. El mismo fabricante ofrece en sus modelos prémium más caros una notable mayor eficiencia que pagaremos en el instante de la compra pero que luego podremos recuperar en el medio plazo.
Tipo y calidad de los filtros
Es otro de los aspectos más importantes a la hora de elegir un aire acondicionado y al que solemos prestar poca atención. Los filtros son barreras que eliminan la entrada de polvo, humo y otros elementos nocivos que pueden perjudicar nuestra salud y que de paso, si se acumulan, pueden obstruir los conductos de funcionamiento del aire acondicionado.
Para el hogar, los filtros más usados se agrupan en cinco categorías: filtros lavables, de carbón activo, de plasma o neoplasma, de aire electrostáticos y de tipo HEPA. Cuanto mejores sean los sistemas de filtrado y más funciones ofrezcan más caro será el aire acondicionado, pero tendremos más opciones para mejorar la calidad del aire.
Por ejemplo, como vimos en su día, los modelos avanzados cuentan con sistemas que son capaces de filtrar el aire eliminando al mismo tiempo virus y bacterias, atrapando el polen y sustancias perjudiciales, incluso eliminando malos olores.
Los más baratos y sencillos se limitarán a atrapar el polvo y poco más. Supondrá un ahorro al comprar el aparato, pero conviene valorar si queremos disponer de estas funciones avanzadas que convierten al aire acondicionado además en un purificador de aire.
Funciones inteligentes o conectadas
Otro aspecto a valorar y que encarece notablemente los equipos de aire acondicionado es la capacidad del mismo para conectarse a Internet y ofrecer algunas funciones "inteligentes". El optar por un sistema de climatización conectado puede ser interesante si buscamos una mayor facilidad de uso.
En general ofrecen un método de control que puede acabar por sustituir al mando a distancia y cuya gestión puede dar un salto al smartphone o la tableta. Podremos por ejemplo controlarlo a distancia sin que necesariamente tengamos que estar en casa.
Además, estos sistemas pueden evitar que tengamos el equipo funcionando más tiempo del estrictamente necesario en el caso de encontrarnos fuera del hogar y a su vez nos permiten que los encendamos a voluntad un par de horas antes de llegar para que la temperatura esté a nuestro gusto.
Un aire acondicionado "inteligente o conectado" permite además gestionar su funcionamiento de forma más sencilla con el móvil, incluso por medio de órdenes verbales si es compatible con alguno de los asistentes personales presentes en el mercado como Siri, Alexa o Google Assistant.
Incluso hay sistemas de climatización que cuentan funciones inteligentes avanzadas como detectores de presencia o de movimiento, de forma que se apagan o encienden cuando notan que hay alguna persona en la estancia. También encontraremos equipos con sistemas de geolocalización, pensados para adaptarse a las temperaturas de la zona geográfica en la que nos encontramos y así llevar a cabo un consumo más razonable.
Vibraciones y nivel de ruido
También influye en el precio de los equipos los niveles de ruido finales que son capaces de ofrecer al usuario y la opción de contar con modos realmente silenciosos.
En los más económicos se suelen ofrecer valores superiores a los 24-25 dB en modos de funcionamiento reales que pueden bajar algún decibelio en modos específicos para uso nocturno.
Los más caros y avanzados cuentan con tecnologías más depuradas que son capaces de rebajar estos niveles hasta los 19 dB, cifra muy conveniente si no queremos escuchar su presencia por las noches. Además estos equipos suelen ser también más silenciosos en las unidades exteriores, lo que puede venirnos bien si no queremos molestar a otras habitaciones de la casa o a los vecinos.
Los modelos de aires acondicionados portátiles son equipos mucho más ruidosos y que generan vibraciones donde los instalemos. De ahí la importancia de que cuenten con algún tipo de sistema de amortiguación en sus patas y que el nivel de ruido máximo marcado en las especificaciones no sea muy abultado. Normalmente nos encontramos con valores típicos de entre 45 y 60 dB que tendrán un impacto en el precio final del equipo.
Calidad de fabricación y servicio técnico
Otro punto que influye mucho en el precio de los equipos es su calidad de fabricación y la del servicio técnico que se nos ofrece. Ambos puntos son difíciles de valorar si no hemos tenido nunca un producto de la marca concreta que queremos comprar, pero parece lógico pensar que las más reconocidas popularmente ofrecerán más fiabilidad y durabilidad.
No es que las marcas más baratas no funcionen, pero su rendimiento final no será el mismo, a la larga producirán más ruidos, algunos componentes se estropearán antes, etc. Además, el poder contar con un servicio técnico que nos atienda en nuestra región siempre es bienvenido, aunque pueda suponer un coste extra en los aparatos.
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